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Paradojas objetuales de Oscar de la Cruz

Conocí el trabajo de Oscar de la Cruz a través de las fotografías de sus giras por diversos puntos geográficos del país: parques nacionales, reservas de la biosfera ejemplares de la biodiversidad que caracteriza al país, además por sus aportes a la revista Museo del Árbol on line, todas de sugerente encuadre y rigor técnico; conocí además su producción de “paradojas” en la muestra Objetos de Arte, de la Galería Nacional, San José, Costa Rica, en la cual aprecio su ingenio. En un anterior comentario que publiqué acerca de esa exhibición, Objetos evocadores me abstuve en ese momento de referirme a sus propuestas seguro de ofrecerle otro espacio y tiempo para sumirme en su punzante encanto.

Oscar de la Cruz. SACRA CLAVE, 2012. Ensamble: llave y fragmento de cerradura. Fotografía cortesía del artista.

Los objetos, componentes activos de la cultura material de nuestro tiempo, son importantes activadores del pensamiento de los artistas, quienes los elevan a un plano simbólico, reinventados o cargados de nuevos significados en un lenguaje enriquecido por la imaginación, razón por la cual pasan a ubicarse en ese universo metafórico tan propio del arte actual. Quizás el ojo del fotógrafo motiva a Oscar de la Cruz a ser explorador de esas filosas aristas de la paradoja. En la referida exposición se exhibieron cuatro de sus propuestas: Sacra Clave -2012-, Nueva Infancia -2013-, Gasterópodo -2013- y Atrapa Novias -2012-, que se distinguían por el agudo tratamiento del contenido, lo cual nos empuja a reflexionar desde la conciencia crítica aunque a su vez se muestran juguetones y traviesos, sostenidos por su rigurosa producción técnica.


Oscar de la Cruz. NUEVA INFANCIA, 2013. Ensamble: biberón y componentes electrónicos. Fotografía cortesía del artista.  

Oscar de la Cruz. GASTERÓPODO, 2013. Ensamble en metal. Fotografía digital monocromática. Fotografía cortesía del artista.  

Oscar de la Cruz. ATRAPA NOVIAS, 2012. Ensamble para fotografía. Dimensiones variables. Fotografía cortesía del artista.  

Desde mi lectura de asiduo observador de ese carácter de manifestación creativa, Sacra Clave precisa lo que me gusta del arte objetual, un ensamble muy bien acoplado entre la llave y la contraforma de la cerradura, sumado al sugestivo título de un objeto que es llave y cerradura en sí misma, activa en el espectador la posibilidad de anclar en diversos discursos actuales como el “cónclave” vaticano donde más allá de la puerta cerrada suceden tantos sacros misterios.
“Nueva infancia” es otra pieza que potencia en tanto es un eficaz activador emocional, cuando trae a la sala la reflexión actual sobre el tiempo vivencial de la niñez actual tan mediada por la tecnología: un biberón cuyo alimento es una compleja colecta de mecanismos de la electrónica –y, en vez del “chupón”-, acopla un conector. Se trata de un sujeto provocador que engulle la conciencia en el debate sobre las problemáticas de estos objetos como modificadores de las conductas, sobre todo de la niñez y la juventud, pero que cambian la cultura y nos vuelve cada vez más silenciosos o ensimismados conectados por todos lados por aparatos tecnológicos.
El “Gasterópodo” se acerca más a la construcción de la escultura, o sea es más para contemplar la estética y logro constructivo, en tanto parte de una faja de lámina metálica que da forma al cuerpo del bicho, y con un simple alambre configura las antenas.
“Atrapa Novias” es un ensamble de una “ratonera” con un anillo de compromiso que vuelve a jugar con los simbolismos del objeto seductor y el seducido, con una carga de visiones en torno a los significados sociales ante las amenazas que se ciernen sobre el concepto de la familia y la sociedad actual donde pesan tanto esos objetos símbolos de estatura social mediada por el mercantilismo y la publicidad.

 

Oscar de la Cruz. Fotografías de varias de piezas incluídas en el albun "Imaginación" de su página de Facebook.

En la página de Facebook de Oscar de la Cruz encontré el título “Imaginación”, se trata de un conjunto de situaciones donde el objeto trastoca la función liminar para la cual fue fabricado por la industria –de muy diversos períodos de la historia, digo, hay hasta una antiquísima plancha de hierro con tachuelas pegadas, con toda esa rica lectura que de ahí se desprende-, todo para abordar ese imaginario simbólico detonante de nuevas emociones, lo cual nos recuerda que en la imaginación humana el número de vidas es relativo, puede haber una segunda y hasta tercer vida según el ingenio de quien lo observe y su capacidad de transformar, misión del ser creativo, tal y como lo pensó Goethe cuando dijo: Transformación, eterna ocupación del eterno entendimiento.

  

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