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Diseño para la Bienal Centroamericana de Arte

El diseñador Gráfico José Alberto Hernández, fue elegido para crear la nueva imagen para la Bienal Centroamericana de Arte, que en su décima edición 2016 -dirigida por la crítica y curadora cubana Tamara Díaz-, observa una nueva estructura y organización, por lo tanto es el momento propicio para presentarse con esta renovada imagen.

 

José Alberto Hernández, Bienal Centroamericana de Arte, 2015.

Observar el trabajo de este diseñador costarricense, su nivel de investigación, experimentación, verificación y abundancia en la aplicación de una marca, entre otros aspectos de lo producido por él con enorme esmero, ofrece esperanzas para el futuro, en tanto hoy en día asusta el concepto que la gente tiene de nuestra profesión y que debemos enseñar con proyectos que marquen la diferencia.

Baja percepción de la profesión

Un día de estos constaté cuál es el “diseño gráfico” que ofrecen en sitios de impresión digital, con pavor observé a usuarios llegar y esperar el turno ante un rótulo que ofrece los servicios de Diseño Gráfico, pasar con una persona expectante ante la computadora, el usuario le comunica sus necesidades de “x” impreso, y aquel “diseñador(a)” abre “Google images”, extrae fotos, incluso hasta lemas o “mensajes cliché”, y en cosa de quince minutos el usuario sale contento, pues le brindaron un servicio de diseño gráfico al costo de una impresión. ¡Así de simple! Para ellos -las grandes mayorías de la población-, el diseño actual es cosa de “bajar, cortar y pegar”. Le pido disculpas a José Alberto por referirme a esa parodia del diseño tan ultrajante para con la profesión; pero por otro lado tengo un magnífico ejemplo de lo que significa hacer buen diseño:

Imagen “X Bienal Centroamericana de Arte”

Su diseño es trascendente, contemporáneo, eficaz e índice de su perspicacia, me refiero a lo que finalmente verá la comunidad y adeptos al evento, pero más lo es lo que no verá, lo que quedó en bocetos, testimonio de largos días, semanas, meses de prueba hasta completar el proceso una y otra vez sin dejar sitio a la duda, hasta estar seguro de que sea la respuesta a la verdadera necesidad de comunicación visual. Se trata de un trabajo de explorar las posibilidades que presenta un símbolo, comprobarlo y volver a empezar, no darse por vencidos, en tanto para los clientes responsables quienes creen y saben valorar el principio de calidad actual de una marca, el diseño jamás será nunca cosa de “bajar, cortar y pegar”.

José Alberto Hernández, Bienal Centroamericana de Arte, 2015.

 

 

José Alberto Hernández, Bienal Centroamericana de Arte, 2015.

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José Alberto Hernández, Bienal Centroamericana de Arte, 2015.

Nos hemos acostumbrado tanto a los ilusionismos del mercado, a creer en lo enlatado, en la magia y lo automático, al punto de creer que el diseño es un acto mágico, explosivo, que se hace con un guiño de ojo o con mover la punta de la nariz. A qué bajezas se ha llegado en esta coyuntura de inicios de centuria y milenio, qué mentiras se han entronizado en los campos de actuación del diseñador, quien con su práctica creíble guarda distancias y demuestra el verdadero camino.

José Alberto Hernández, Bienal Centroamericana de Arte, 2015.

Observando el proceso de exploración del presente proyecto, constato la significación de “caminar”, el diseño es de caminantes quienes al dar cada paso reflexionan, intrincan en el proyecto, colectan y vuelven a comprobar la credibilidad de lo encontrado. En ocasiones dicho camino posee bifurcaciones las cuales debe andar aunque de pronto se cerciore que no le llevaban a la meta, debe devolverse a la ruta principal y al pisar dicha meta encuentra que no era tal, que existe gran porosidad en los bordes de una idea y comienza de nuevo a hacer camino, a documentar el registro de las huellas con una taxonomía que le permita revisiones constantes, retroalimentación y negociación con el cliente.

José Alberto Hernández, Bienal Centroamericana de Arte, 2015.

Bondades de la nueva imagen para la Bienal

La propuesta de José Alberto para la décima versión de la Bienal Centroamericana de Arte, maneja un lenguaje contemporáneo, cuando con poco se dice mucho. Entabla una “descomposición armónica” de un espacio dinámico mediado por las contraformas de las letras de la palabra “BIENAL”, las cuales, en las aplicaciones, a veces se proyectan generando inusitadas percepciones del binomio (positivo-negativo), cuando el signo tipográfico es fondo y en otras forma, y el color ancla su valor de identificador al lado de la estructura, la fuente tipográfica dicha y el contenido del símbolo.

José Alberto Hernández, Bienal Centroamericana de Arte, 2015.

Las aplicaciones diseñadas son elegantes, certeras, ese grado de validez solo ocurre cuando uno quisiera tener uno de esos bolsos, camisetas, calendarios, en tanto somos colectores de belleza, catadores quienes encontramos en cada pieza de diseño o de arte el placer de entendidos e implicamos el estímulo de poseerlos. Aquí actúa el paradigma sociológico de que lo hecho, me hace, verdadera estrategia de un producto en la comunicación actual a sabiendas que dicho objeto nos va a transformar.

José Alberto Hernández, Bienal Centroamericana de Arte, 2015.

Recapitulando

Como expresé, duele sobremanera percatarse de esa noción equivocada de la ocupación de diseñadores gráficos, que se haya desvirtuado tanto, sin embargo, me afano ante las esperanzas pues existen colegas serios, responsables, “verdaderos caminantes y colectores” en quienes ponemos la visión de futuro, donde esas huellas documentadas proporcionen el peso, la carga de positividad y profesionalidad que tanto nos hace falta en la actualidad.

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