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Roberto Guerrero: “Vergüenza ajena”

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El Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, presenta entre julio y setiembre de 2015, en la Sala 1 y curada por María José Chavarría, la muestra de videos, fotografías e instalaciones de Roberto Guerrero, quién, en “honor a su apellido”, se comporta como un “guerrero” de “armas tomar”, pero revestido de coloridas escarchas, lentejuelas y asumiendo el discurso gay. 

Fotografías cortesía del artista.

Me acerco a Guerrero para indagar cuestiones centrales de su forma de arte; entre otras, preguntarle ¿Por qué “Vergüenza ajena”? y, ¿por quién o por qué sentirla?

El afectado es el espectador ante la confrontación de verdades que siempre le son incómodas , o son incómodas a la sociedad. El tema viene de la teoría “queer” y/o estudios gay-lésbicos, de la vergüenza gay. Incorpora un análisis de ideas que provienen de la sociología, la filosofía, las teorías de género. 

El tema de la identidad gay, ya estaba planteaba en las portadas de revistas, pero lo tocaba de manera muy intuitiva, hasta que encontré este espacio de pensamiento que replantea el significado de autoafirmarse, influenciado por Michel Foucault y Judith Butler quienes estudian la idea de un espacio normativo para la convivencia en sociedad, como integrante de una cultura en la cual uno como individuo debe acatar reglas. A veces nos sentimos afuera; algunos teóricos conceptualizan una manera de generar control al afuera de la norma, a partir de una vergüenza, por ejemplo, que te mantiene inmerso o al margen. Dicho espacio de pensamiento permite repensar para afirmar nuestra propia identidad. La vergüenza en ese sentido es una imposición del poder, es ajena.

Fotografías cortesía del artista. 

¿Qué buscas con tu forma arte? ¿A qué se debe ese deseo de “tpunzarnos” con tus propuestas? ¿Es el observador o visitante al museo quien debe sentirla al anclar en cada una de tus propuestas?
A partir del arte. uno puede reivindicarse, tiene que ver con el exorcizar los fantasmas de la violencia. Como cuando uno mismo se castiga o la sociedad lo castiga enterrándole cuchillos en la espalda. De la reivindicación surge la respuesta a la pregunta ¿Por qué sos tan loca?; ya que tiene que ver con la segunda parte de la exposición: con salir a la luz y con intentar subvertir a esas estructuras generadoras de la norma, mediante obras que evidencian la parodia y la ironía, y que por tanto, se anclan mejor en la conciencia del espectador.

Fotografías cortesía del artista.  

Hablemos un poco acerca del proceso. ¿Cómo construyes esos imaginarios y simbolismos?

Yo pienso que al proceso creativo lo define lo asociativo, uno puede tener una idea que va cruzando o interrelacionando con otros pensamientos y referencias para construir nuevos sentidos. Sin embargo esa idea siempre necesita de un detonador, de un escaparate que la catapulte y la engatille. Por ejemplo, la obra “Ecce Homo” (el mural Pop-Up de pared), surgió a partir una pieza de Alberto Durero: “El éxtasis de María Magdalena”. Ese personaje bíblico (reconocido como una cortesana pecadora), como referente, me permitió rodear la imagen central de ángeles y estrellas, como las imágenes provenientes del mundo del espectáculo cargado de brillos y signos de culto. Más allá de esto, el juego de lenguaje de Ecce Homo plantea que un significado que remite a ser castigado y sufrido, se presenta como una figura que mas bien podría venir a juzgar. 

Con esa obra, inicio lo que llamo “Arqueo-loca-logía”, una manera de criticar al poder y explicar, a la vez, referentes en los que veo a las construcciones de mi propia subjetividad. Dado que tiene que ver conmigo, en la obra incluyo la imagen de mi niñez y otros simbolismos que no me abandonan desde mis inicios, como los soldaditos.

Fotografías cortesía del artista.  

Me pareció sugestiva tu pieza de los almohadones que se salen del closet. Sin embargo, pienso que el vehículo de comunicación, (los almohadas) e imprimir las frases sobre esos objetos no es tan efectiva, pues a como quedaron en la instalación se superponen unos a otros y los mensajes, que son los que nos seducen y hasta intimidan, se esconden. ¿De dónde provienen tales mensajes? ¿cómo hiciste esa recolección o compilación? ¿Cómo explicas o quién es el sujeto central de la propuesta?

Mi idea inicial siempre ha sido que los espectadores puedan interactuar con las almohadas, que las tomen, las lean y las reposicionen. Quizás por la premura de tener lista la muestra un día antes de la inauguración (para el ART City Tour -al cual llegaron unas tres mil personas-), no se logró lo que yo buscaba (la interacción); sin embargo, en este momento, quien visite el museo puede leer cada almohada. También he pensado que voy a reelaborar la idea para otra muestra. Tomaré y presentaré fotos de cada almohada, ya que constituyen un importante instrumento durante las cavilaciones del reposo, de la conciencia durante el sueño. La idea central es reflexionar sobre la ambigüedad entre la palabra y el cuerpo, cuando el lenguaje y el deseo del cuerpo colisionan. 

Los textos fueron extraídas de un foro anónimo en internet, en el cual varones han escrito sus fantasías sexuales y sus experiencias de encuentro. Me apropié de esos textos para evidenciar que existen sujetos que ponen en evidencia como, a veces, falla la matriz cultural del lenguaje que se denomina heterosexualidad. La obra pretende que pongamos la mirada sobre un cierto aspecto de la diversidad. Me interesó mucho la relación entre sujetos que verbalizan vehemente su adherencia a la matriz heterosexual, pero que al mismo tiempo revelan que sus deseos los contradicen.

Fotografías cortesía del artista.  

Evidentemente Roberto Guerrero es el sujeto central de esos dramas expuestos donde hay mucho morbo, trasgresión, pero también hay pasión, hay dolor (evocaciones, recuerdos), hay fuego. ¿Hasta dónde pretendes llegar?

De repente ver esa obra junta me hace pensar hacia donde voy, ya yo no estoy cerrado en ese juego, ya soy el sujeto o el “Ecce Homo”. Existe un tránsito que aun no resuelvo, me gusta hablar de mis temas a partir de otros, la violencia hacia el sujeto producto de esas normas culturales y sociales y hasta políticas.

¿Cuál es el significado de llevarnos al Roberto niño; a llevarnos a la lúdica pero sin abandonar la poética?

El juego es una realidad ejemplar, es una actividad o mecanismo cultural con el cual aprendemos para potenciar el poder: a hacer hombre, a ser niños, a ser artistas, futbolistas, trabajador de la industria, incluso para ser “guerrero”. Utilizo el juego como recurso evidente al asumir los grandes patrones: los futbolistas escarchados en el video, el juego como acción discursiva. Me motiva jugar con los discursos, con la ironía, la parodia, intentar generar placer lúdico durante la reflexión y adquisición consciente de un rol.

Fotografías cortesía del artista.  

¿Cómo te ubicas respecto a esta tendencia del arte contemporáneo, y alternativa de abrir tu intimidad y mostrarte tal y como eres ante esta sociedad que a veces se vuelve homofóbica, bipolar y hasta malintencionada?

Los discursos homofóbicos no se pueden destruir. Lo único que se puede hacer es asumir una actitud de resistencia, yo soy un guerrero y lo intento. Por un lado, aprovecho esa beta que se le permite a lo íntimo y personal. Por otro, valorar la necesidad de trabajar con el concepto y el sentido, eso sí, sin menoscabo de la forma. A veces me gustaría ser más minimalista.

¿Por qué los racimos de bananos en la gran fotografía de la “Santa Cena” lo cual abre el discurso hacia otros territorios, por ejemplo, lo político?

Los poderes, la autoridad de la Iglesia, del militarismo y del Estado son responsables de generar esos espacios normativos de los que hablamos al inicio. En la fotografía “La negociación” (Estos chanchos también comen guineo), se presentan figuras del poder que reprimen lo mismo que ellos hacen o quieren hacer. Los personajes negocian entre ellos y con su propia sexualidad; pero los espectadores también lo hacen; ya que asocian los simbolismos en la imagen y generan el sentido del discurso: los chanchos (el poder corrupto y, a la vez, las nalgas), los bananos verdes o guineos (los penes), y la cena (la festividad, la comelona, la holgura, lo orgiástico).

Fotografías cortesía del artista.  

La intensidad discursiva de esta muestra en la Sala 1 del MADC afecta a todos por igual delante de las preferencias sexuales, nos implican. Andar esos espacios donde cuelga el símbolo de un enorme falo construido por rosarios, brillos y luces, que proyecta sobre el pavimento de la sala un video “gelatinoso” donde se observan individuos que tratan de alcanzarlo: tema central de la muestra, él, ella, yo, aquel, aquella, ante lo cual uno no sabe qué decir o qué actuar para no salir agredido; en tanto su autor es un “guerrero” que imprime el gesto actual de la incertidumbre y las contingencias del cotidiano existir.

  

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