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Objetos evocadores

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Los podemos apreciar en la Galería Nacional, Museo de los Niños, San José -entre Diciembre y Enero 2013-2014-, exhibición curada por Luis Chacón, Rodrigo Rubí y Vita Cascante, en la cual participan unos cincuenta artistas, arquitectos y diseñadores con poco más de una centena de testimonios de cuando la creatividad humana los transforma para enriquecer nuestra vivencia con el entorno, material y/o natural.

Gran Sala de la Galería Nacional, con piezas de artistas varios. Fotografía LFQ.

Objetos de Arte. Galería Nacional, con piezas de Moyo Coyatzín, Luis Chacón, Loida Pretis, entre otros. Fotografía LFQ. 

Desde hace poco menos de una centuria –para muchos distinguida como el Siglo de las Luces-, los productos de la industria gravitaron, y aun lo hacen, al interno de la esfera del arte. La razón es pura y sencilla, la Revolución Industrial maravilló a los habitantes de ese entonces, impresionados con el confort de su uso, la creciente variable función vrs costos y la valorización del principio de calidad, fueron signos indiscutibles de vitalidad y coexistencia en el entramado urbano de aquellos y éstos tiempos; suman -por supuesto-, invenciones tales como la electricidad, la radio, el teléfono, la aviación –entre otros avances-, que incrementaron las posibilidades de comunicación, central a la vida moderna.

Zoleila Solano y Luis Fernando Quirós. "Los zapatos del pintor" y Visicitudes", 2013.  Fotografía LFQ. 

En nuestro caso actual, probados nuevos materiales y tecnologías, advertimos cierto grado de nostalgia por esos sujetos, en tanto fueron y son componentes activos del cotidiano en el cual tiene lugar la vida en sociedad. Sin embargo, aquellos que guardan alguna memoria o porque estuvieron quizás olvidados en un rincón del espacio habitacional, se cuelan en el ámbito de la mirada del artista o diseñador, quienes se atreven a reinventarlos en una lámpara o florero, e incluso, en tanto son signos de dicha cultura material que da carácter a esta civilización, cargados de reminiscencias y memorias, intentamos cambiarles de lenguaje sumiéndolos en el imaginario simbólico del arte.

Victoria Montero. "Espejo de mano", 2013. Fotografía LFQ. 

Objetos que, vistos de una manera pueril serían basura, en la conciencia del individuo creativo emerge el deseo de recrearlos y los carga de la fuerza de su poética, él es quien los ensambla con gracia y sentido de originalidad para generar diálogos entre sí. La pieza “Espejo de mano” de Victoria Montero, expuesta en la exhibición es un buen ejemplo, en tanto observamos la intrínseca relación entre el contenido asimilado en el título, y el objeto mismo -un renegrido brazo de muñeco que tal vez encontró tirado en algún basurero público, ahora es acoplado en intensa unidad al espejo de mano.

Alexander Chávezs. Fotografía LFQ. 

Esas experiencias en el vivir cotidiano, generan historias presentes en la piel del objeto, éstos se vuelven portadores, evocadores, provocadores de ideas o conceptos, como aquella hamaca “Vicisitudes” de Zoleila Solano, la cual sumida en el jardín por más de tres o cuatro décadas, cuando sus hijos se recrearon en su infancia, y mientras crecieron el objeto se transparentó, emergió su poesía dejando además apreciar las contradicciones de la vida que nos afectan o afectaron no solo a ellos, sino a todos; al final, el sujeto un día fabricado sugiere convertirse en una maraña ensortijada en sí misma e invadida por las formas de vida de la naturaleza.

Dinorah Carballo y Mariano Prada. Fotografía LFQ. 

Xinia Matamoros. Fotografía LFQ. 

Lo transformado por los artistas en algunas de estas piezas, las vuelve críticas pues al tratar de entablar su lectura cuestionan los asuntos que atañen a tantas problemáticas sociales y del vivir contemporáneo, tan mediado por la tecnología, nos enfrentan al otro espejo donde la mirada parece escabullir para no delatarse, cuando dichos facilitadores del vivir -como son esos productos tecnológicos-, en el inminente combate mercantil de cada momento y de todos los días, también nos hacen sumisos de sus intensiones y usos. Aunque algunas piezas expuestas carecen de estrategias para anclar lo mirado, no es suficiente instalar aquello que en determinado momento parezca oportuno exponer, esa táctica debe ser comunicativa y activadora emocional para que lo visto sume a “Objetos de Arte” en la Galería Nacional; cuando no existe esa provocación o conexión, uno se pregunta –y esto, ¡qué hace aquí! ¡Eh ahí la paradoja!, se trata de motivar una reflexión sobre nuestras relaciones actuales con aquello que producimos y fabricamos para generar riquezas, empleo o calidad de vida, y, que nos motiva a recordar, una vez más, aquel famoso grabado de Escher en el cual una mano se dibuja a sí misma, o sea que en tanto hacemos, fabricamos, construimos, lo hecho se convierte en una horma, materia dura, que al mismo tiempo nos hace. 

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