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Mujeres que no son florero

Mujeres que no son florero

Ana Milena / Masquespacio © Beatriz Tafaner

En el Día Internacional de la Mujer, un mensaje en forma de muestra de diseño, que pudo verse dentro del Programa Off del Madrid Design Festival.

Con lamentablemente demasiado aún por batallar y sobre todo por tratarse, en algunos casos, de un ámbito profesional, el de la cerámica, que aún no tiene su merecido reconocimiento, la Revista Diseño Interior en colaboración con QUAM Arquitectura, trajo a Madrid en el marco del festival, la muestra Mujeres que no son florero”, comisariada por Adriana Cabello e Inma Bermúdez, presentada por primera vez en Valencia en el contexto de Valencia World Design Capital 2022.

Nada menos que 14 creativas, entre diseñadoras, ceramistas y artista de origen o residencia valenciana –Aleksandra Zeromska, Ana Milena (Masquespacio), Inma Carpena, Sandra Mar, Ana Illueca, Raquel Vidal (CANOA-lab) y Patricia Soriano y Celia Collado (CUIT)– a las que se sumaron cuatro creadoras que trabajan en Madrid -Marre Moerel, Isabel San Martín (PLAART), Sonia Pueche (Epoca Ceramic) y Julieta Álvarez-, además de las curadoras, que trabajaron en torno a un objeto bien simbólico: el jarrón. Una tipología que seduce por sus formas , textura y color, pero que encierra mucho de trabajo, investigación, procesos y creatividad.  

Así, dieron el presente, el de Inma Carpena que se quebró en el camino y con esto nos regaló la más bella metáfora del ser mujer: eso de romperse tantas veces para volverse a armar. 

Los diseñados por Bermúdez para IKEA y las de Aleksandra Zemeroska para la empresa de porcelana Lladró. 

Los en clave totalmente artesanal, como los producidos por Raquel Vidal de Canoa-Lab, que investiga y desarrolla las técnicas cerámicas más ancestrales como la reproducción de piezas a través de moldes por apretón o el modelado mediante el procedimiento de rollos o en cera. Los de Ana Illueca, que se centra en la investigación de las raíces de las culturas mediterráneas actualizando símbolos, formas, técnicas y pigmentos. El de Sandra Mar, que entiende el barro como un lienzo que convierte en un soporte para sus dibujos y escritos y el de Cuit.

También los creados por Cabello, de estilo arquitectónico y racional, con distintos volúmenes y geometrías, los diseños experimentales de Marre Moerel y las piezas de Isabel San Martín de Plaart que transforman en arte la cerámica utilitaria.

Por último, la propuesta de Sonia Pueche, de Epoca Ceramic, en relación a la vuelta al origen y lo esencial. Las piezas de Julieta Álvarez, con formas orgánicas, libres e irregulares, inspiradas también en la naturaleza y el universo. Y las de Ana Milena de Masquespacio,

En plus, la muestra sumó el virtuosismo de las diseñadoras y artistas florales Irene Rodríguez  de Semilla Salvaje y Milena Orlandi de Estudio Seiva del Madrid Flower School, que agregan el su diseño con plantas y flores.

El espacio que acogió la exposición, es un antiguo sótano situado en un edificio de 1914, reformado como vivienda por QUAM Arquitectura, que fue prestado según contó de manera muy graciosa y a la vez tierna, en la presentación a la prensa un de los arquitectos que conforman la dupla, por tratarse de su mamá.

Ana Illueca © Beatriz-Tafaner
Adriana Cabello © Beatriz Tafaner
Aleksandra Zeromska © Beatriz Tafaner
Celia Collado y Patricia Soriano / Cuit © Beatriz Tafaner
Inma Bermudez © Beatriz Tafaner
Inma Carpena © Beatriz Tafaner
Isabel San Martin / Plaart © Beatriz-Tafaner
Julieta Alvarez © Beatriz Tafaner
Marre Moerel © Beatriz Tafaner
Raquel Vidal / Canoa Lab © Beatriz Tafaner
Sandra Mar © Beatriz Tafaner
Sonia Pueche © Beatriz Tafaner
Ana Milena / Masquespacio © Beatriz Tafaner
Adriana Cabello e Inma Bermúdez, comisarias de Mujeres que no son florero
De izquierda a derecha: Sonia Pueche, Ana Illueca, Celia Collado y Patricia Soriano, Aleksandra Zeromska, Ana Milan, Inma Carpena, Isabel San Martin, Julieta Alvarez, Marre Moerel, Raquel Vidal y Sandra Mar
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