experimenta_

El palomar francés

Th-render.jpg

Renovarse o morir. Esto debió pensar la asociación de colombófilos La Défense al apuntarse al programa Nouveaux Commanditaires de la Fondation de France, quien, a su vez, les puso en contacto con la diseñadora Matali Crasset. Con el fin de fomentar la peculiar costumbre de criar y adiestrar palomas, propuso «Le pigeonnier, capsule», un loft futurista en el que aves y cuidadores se sienten como en casa.

 

Propuesta aceptada de palomar.

La cría de palomas mensajeras es una tradición que, como tantas otras, parece destinada a desaparecer. Sin embargo, siempre es posible luchar contra la fatalidad. En ello confiaron los cuidadores de palomas de la región francesa de Nord-Pas-de-Calais, donde dicha actividad es la práctica local preferida. Por ello, ingresaron en el programa Nouveaux Commanditaires, que permite a los ciudadanos tomar la iniciativa y la responsabilidad de la producción de una obra de uso comunitario. En esta ocasión, se precisaba el proyecto de un palomar futurista que se encargó a la diseñadora francesa Matali Crasset, quién rebuscó en la cultura colombófila y advirtió los trazos de una expresión personal y cultural más allá de los clichés de una afición que, a primera vista, puede sorprender o divertir. Se sintió motivada, según sus propias palabras, por «una tarea que consistía en acompañar una tradición a lo largo del sendero del arte contemporáneo».

Los requisitos de estética, funcionalidad y pedagogía requerían una solución audaz. Crasset presentó dos propuestas: «Meeting Pot» y «Cápsula». El primero consistía en la superposición de tres espacios (simbolizados por macetas): el inferior dedicado a los hombres, el intermedio a las palomas y el superior a la naturaleza. Pero fue «Cápsula» la construcción finalmente escogida por los colombófilos. Se trata de una figura en forma de vehículo espacial, de seis metros de alto y cinco de ancho, que evoca a los palomares del Antiguo Egipto.

El interior recuerda al lugar habitual de descanso para un pájaro, las ramas de un árbol, con una estructura de mástiles de metal cromado. A ella se superpone una sombrilla de madera cuya división en secciones se inspira en una seta. En el exterior, el caparazón es una funda protectora que oculta, a la vez que deja intuir un mundo secreto de animales alados. Ligeramente elevado, como si estuviera en suspensión, el loft sugiere la idea de partida, muy adecuada a las circunstancias de las palomas mensajeras. Aerodinámico, futurista y lúdico, «Le pigeonnier, capsule» es la primera micro-arquitectura creada por Crasset.

Salir de la versión móvil