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Solar Impulse II, la vuelta al mundo con energía limpia

Solar Impulse, 2016.

Solar Impulse, 2016.

En el penúltimo tramo para completar la vuelta al mundo aterrizó en Sevilla (España) el Solar Impulse II, el avión que se impulsa únicamente mediante energía solar y que podría propiciar el comienzo de un cambio en el paradigma del transporte aéreo. Los responsables del proyecto son los pilotos suizos Bertrand Piccard y André Borschberg.

 

Solar Impulse, 2016.

El jueves 23 de junio, poco antes de las ocho de la mañana (dos horas antes de lo previsto), el avión Solar Impulse II tomó contacto con tierra sevillana en el aeropuerto de San Pablo. Procedente del JFK de Nueva York, la aeronave atravesó los 6.765 kilómetros de cielo que lo separaban del suelo europeo. El vuelo, a través del Océano Atlántico, duró dos días, 23 horas y 8 minutos “con un avión impulsado únicamente por energías limpias, sin una gota de combustible fósil“, declaró el orgulloso padre de la hazaña, Bertrand Piccard, el piloto en este tramo y uno de los dos responsables de este ambicioso proyecto. La otra mitad de la empresa, André Borschberg, lo esperaba ansioso a pie de la pista sevillana.

Solar Impulse, 2016.

En 1964, un Bertrand Piccard de once años de edad conocía a Charles Lindbergh, quien casi cuarenta años antes se había convertido en el primer hombre en cruzar el Océano Atlántico en solitario. Ese encuentro marcó el espíritu de Piccard de tal forma que, en 1999, junto con el piloto británico Brian Jones, se propuso darle una vuelta al mundo en el Breitling Orbiter 3, un globo aerostático que debía permanecer en el aire durante veinte días. Luego de dos intentos fallidos, y presionado por el ultimátum de quienes financiaban el proyecto, en la tercera oportunidad lo logró. Pero la aventura no terminaba allí.

Solar Impulse, 2016.

En 2005, con Piccard y Borschberg como directores, nació el proyecto Solar Impulse. El objetivo programado no era modesto en lo más mínimo: realizar en el año 2010 la vuelta al mundo en un prototipo (Solar Impulse HB-SIA) alimentado exclusivamente de energía renovable. Sin embargo, luego de varias pruebas con resultado adverso, los aventureros suizos comprendieron la necesidad de fabricar una nueva versión del prototipo que mejorara detalles técnicos y de confort, y postergaron el inicio de la travesía. Así crearon el Solar Impulse HB-SIB y marcaron una fecha y un lugar de partida: el 9 de marzo de 2015 desde Abu Dhabi, la capital de los Emiratos Árabes Unidos. El trayecto se dividió en 16 tramos y los pilotos debían alternarse en el mando de la aeronave.

Solar Impulse, 2016.

El Solar Impulse HB-SIB es un aparato de gran envergadura (similar a la de un Boing 747) pero ligero. Por un lado, era necesario que el avión fuera liviano (sólo 2.300 kilos) para minimizar el consumo energético. Por el otro, era imprescindible que se pudieran instalar en sus alas (una superficie de 204 metros) más de 17.000 células fotovoltaicas. Propulsado por cuatro motores eléctricos que se alimentan o bien de las células solares o bien de las cuatro baterías de ión-litio que le brindan autonomía durante la noche, el avión solar se desplaza a una velocidad crucero de 90 kilómetros por hora.

Solar Impulse, 2016.

Desde Sevilla, con fecha aún pendiente de confirmación, se llevará a cabo el último despegue para completar la vuelta al mundo en un avión impulsado exclusivamente por energía solar. Sin duda, cuando el Solar Impulse II aterrice en Abu Dhabi, el hecho se apuntará en la historia del progreso humano. Y aunque todavía las características del artefacto, sobre todo las referentes a velocidad y capacidad espacial (sólo cabe una persona), puedan mostrarlo como un suceso intrascendente en lo inmediato para la población, tal vez podría tratarse de la gran gesta que inspire la concepción de los futuros cambios en el transporte aéreo.

Solar Impulse, 2016.
Solar Impulse, 2016.
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