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La columna de Eugenio Vega: Los inventos del profesor Bacterio

La columna de Joan Costa en Experimenta

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“En realidad, soy un socialista. No de esos que hacen que los recursos productivos dejen de serlo, que pretenden hacer el bien pero provocan mucho daño. El socialismo verdadero busca lo mejor para todos” (Elon Musk, en Twitter, 16 de junio de 2018)

I

El propietario de Twitter, el empresario Elon Musk anunció el pasado 23 de julio que la plataforma había cambiado su nombre y su marca por otra nueva (X) que, según parece, “encarna las imperfecciones que nos caracterizan como seres humanos” (Carlson, 2023). Como es lógico, este cambio trajo consigo un nuevo logo que manda al baúl de los recuerdos el pájaro azul que identificaba hasta hace unos días una de las redes sociales más conocidas.

Musk se hizo con Twitter hace poco más de un año pagando unos 44.000 millones de dólares (que se dice pronto), sin tener idea clara de qué hacer con lo que había comprado. Aunque las medidas que ha tomado no parecen tener sentido, todo apunta a que su pretensión es transformarlo en algo completamente distinto a lo que ha sido hasta ahora. Para ello, el nuevo propietario, además de despedir a miles de trabajadores, intentó convertir a los usuarios de la aplicación en suscriptores de pago (algo que no consiguió) con la intención de acabar con las cuentas falsas y el spam que caracterizaron a la aplicación en los últimos tiempos (Dans, 2023). Lo cierto es que Twitter se había convertido en una red llena de basura, necesitada de recobrar el sentido que pudo tener en sus inicios.

Como es sabido, en enero de 2021 (antes de que Musk apareciera en escena) Twitter llegó a cerrar la cuenta de Donald Trump por considerar que sus tweets no eran otra cosa que información falsa propagada con las peores intenciones. Desde hacía tiempo, la actividad del todavía presidente era calificada por los gestores de Twitter y Facebook como propaganda tendenciosa fundada en hechos no probados. Pero la clausura de esas cuentas mostró otra de las anomalías de estos tiempos que vivimos: no fue la justicia la que las cerró sino una empresa privada, movida por el creciente deterioro de su propia imagen más que por su devoción a la verdad o el respeto a la ley.

El sábado 5 de noviembre de 2020, Donald Trump publicó uno de sus tweets más recordados en el que pedía que se paralizase el recuento de los votos emitidos en las elecciones que habían tenido lugar el martes de esa semana. En julio de 2023, Trump ha sido imputado por su intento de subvertir el resultado de las elecciones de 2020 mediante todo tipo de procedimientos (Executive Office of the President of the United States, 2020).

II

En opinión de Enrique Dans, muchas de las expectativas generadas por Twitter estaban basadas en cientos de chiringuitos digitales que producían continuamente cuentas e informaciones falsas “vendidas al mejor postor “ (Dans, 2023). Pero cuando Musk se dio cuenta de todo eso, e intentó dar marcha atrás, ya era demasiado tarde para arrepentirse.

En definitiva, la única solución era convertir la red social en algo completamente distinto. La directora ejecutiva de X Corp, Linda Yaccarino, confirmó que la nueva marca con la que operaría la desaparecida Twitter, “es el futuro de una interactividad ilimitada” que servirá para cualquier propósito (Carlson, 2023). Necesariamente, eso obligaba a despreciar una referencia tan conocida como Twitter, de incalculable valor en el mercado, una locura que solo podía salir de la mente de alguien como Musk. Pero, en realidad. no parece que tuviera otra alternativa en ese enrevesado panorama. Además, el cambio, por disparatado que fuera, podía provocar una polémica que llamara la atención sobre lo que pretendía poner en funcionamiento: una aplicación capaz de ofrecer todo tipo de servicios, desde información, interacción social o mensajería a servicios de pagos bancarios y compras de productos. En ese sentido, Musk había ya expresado su interés en crear una “aplicación para todo”, a la manera de la china WeChat, con su amplia oferta de utilidades (Carlson, 2023).

Obviamente, para alguien que tiene tanto poder, las viejas teorías sobre marcas, productos e identidad no son más que recetas inútiles, propias de negocios de poca monta. Quizá Telecinco, que atraviesa en estos momentos una crisis de audiencia tan grande que afecta a la identidad de la cadena, pudiera tomar nota de estos métodos poco ortodoxos. En realidad, el propietario de Tesla, y de tantas otras compañías, podría haber llamado a su futura aplicación Virgen del Camino (como Talgo hacía con sus locomotoras) y en cuatro días la nueva marca sería conocida en medio mundo. Como recordaba Dans, “si tienes en tu poder el altavoz mediático más grande del planeta, muchas de las preocupaciones del común de los mortales, como destruir una marca potente o desmontar una compañía hasta sus cimientos, son secundarias” (Dans, 2023). Otro asunto es, como afirman muchos diseñadores y especialistas en comunicación visual, que las marcas tengan cualidades formales en sí mismas que deban ser valoradas al margen de su eficacia comercial (Cruz, 2023).

Musk, obsesionado con la antepenúltima letra del alfabeto (una presencia constante en su imaginario personal), tomó parte en el diseño de la nueva marca e impuso la simplicidad como característica dominante. En su opinión, siempre documentada, “el estilo más cercano a X debería ser, por supuesto, el Art Deco” (Carlson, 2023). En resumen, el pajarito fue reemplazado por este emblemático signo en todos los soportes de comunicación y en los edificios de la compañía. Musk ha tenido además el bonito detalle de colocar en sus oficinas de San Francisco el nuevo logo mediante un sistema de luz parpadeante (en contra de las normas municipales) que impide el descanso de los vecinos que viven enfrente en estas asfixiantes noches de verano (Castañon, 2023). 

Como es lógico, las empresas cuentan estas cosas como mejor viene al caso. Linda Yaccarino afirmaba que este cambio es una especie de regalo del cielo: “es raro, en la vida o en los negocios tener una segunda oportunidad de causar un gran impacto […] Twitter lo hizo en su momento  y cambió la forma en que nos comunicamos. Ahora, X irá más allá” (Carlson, 2023).

III

Al igual que el prestigioso profesor Bacterio, Elon Musk es un visionario, capaz de imaginar con décadas de antelación todo aquello que espera la humanidad como agua de mayo. Según parece, en diciembre de 2016, publicó en Twitter una declaración premonitoria: “el tráfico me está volviendo loco. Voy a construir una máquina perforadora para hacer túneles y me voy a poner a cavar…” (Twitter, 2016). Dicho y hecho; poco después creó The Boring Company, una empresa especializada en perforar el subsuelo para acabar con la congestión en las grandes ciudades. Pero, años después los únicos túneles abiertos al tráfico en Las Vegas no superan los tres kilómetros de longitud (Rubio, 2023) y no dejan de ser una demostración palpable de la incapacidad de Musk para comprender la ciudad y proponer soluciones razonables.

En otras materias, su atrevimiento es igual de llamativo. Por mucho que la NASA hubiera sido capaz de poner a seres humanos en la Luna hace más de medio siglo no tuvo más remedio que llegar a acuerdos con SpaceX en materias que parecían de su exclusiva competencia. En septiembre de 2016, Musk presentó un sistema de transporte interplanetario (tal como suena) que recibiría el nombre de  Starship, financiado de forma privada y orientado a realizar vuelos tripulados.

En la imagen, la tripulación de la misión SpaceX Crew junto a Steve Jurczyk, por entonces administrador interino de la NASA, y Elon Musk el 23 de abril de 2021. Fotografía de Kim Shiflett, NASA. Imagen de dominio público.

Muchas personas que pasan por científicos elogian sus métodos de trabajo. José Luis Cordeiro, uno de los impulsores del transhumanismo, firme defensor de la idea de que el hombre puede vencer a la muerte en la próxima década, señalaba cómo “este tipo de razonamientos ha permitido a Musk revolucionar la industria de pagos con PayPal”, transformar la energía solar con SolarCity, los automóviles eléctricos con Tesla y la inteligencia artificial con OpenAI (Cordeiro, 2019) 

Grandes cosas se esperan de este gran benefactor de la humanidad en la hora solemne en que la civilización comience a asomarse a una nueva era. Nadie duda de lo necesario de despreciar los viejos métodos para afrontar los grandes desafíos del futuro con ambición y coraje; pero Musk necesitará Dios y ayuda para que su extraordinaria confianza en sí mismo le permita comprender lo que Henry Kissinger (1950) llegó a definir como el sentido de la historia. 

Referencias

Carlson, Cajsa (2023) “Twitter rebrands as X with art deco logo”, en dezeen, 24 de julio de 2023.

Castañon, Nacho (2023) “Elon Musk tiene un nuevo problema: el enorme logo en la sede de X está molestando a los vecinos”, en El Español, lunes 31 de julio de 2023.

Cordeiro, José Luis et al. (2019) La muerte de la muerte: La posibilidad científica de la inmortalidad física y su defensa moral. Barcelona, Deusto.

Cruz, Pepe (2023) “El nuevo diseño de Twitter” en Las tardes de Radio Nacional, 25 de julio de 2023.

Dans, Enrique (2023) “Twitter, X y las muchas incógnitas”, en enriquedans.com, 26 de julio de 2023.

Ibáñez, Francisco (1972) Los inventos del profesor Bacterio. Barcelona, Bruguera.

Kissinger, Henry (1950) The Meaning of History: Reflections on Spengler, Toynbee, and Kant, tesis doctoral presentada en la Universidad de Harvard.

Rubio, Isabel (2023) “Así son los túneles subterráneos con los que Elon Musk aseguró que iba a acabar con los atascos”, en El País, jueves 5 de enero de 2023.

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