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La columna de Eugenio Vega: Jan Tschichold y el orden social

La columna de Joan Costa en Experimenta

La columna de Joan Costa en Experimenta

“S’han publicat les candidatures de Barcelona-Ciutat i Barcelona-Circunscripció, que porten el nom de Front Català d’Ordre, en les quais figuren noms d’homes de diferents matisos polítics de gran prestigi i solvència, tant sota el punt de vista d’indiscutible intel·ligència en el règim de la cosa pública, com si es mira la reputació de la seva honorabilitat” (Gazeta de Vich, 1936).

I

1974 fue un año de grandes convulsiones. En abril, en la noche del sábado de Resurrección, España recuperó la fea costumbre de adelantar el horario con llegada del buen tiempo, una medida que se había puesto en práctica (con alguna interrupción) entre 1918 y 1949 pero parecía felizmente olvidada. Unos días después, el ejército portugués acabó con el régimen salazarista que, curiosamente, cumplía sus primeros y únicos cincuenta años.

Jan Tschicholf,sentado en las escaleras, junto a varias compañeras de clase, un compañero y el profesor Heinrich Wieynck en la Akademie für Kunstgewerbe de Essen, en julio de 1920. Fotografía de autor desconocido.

 

Sin embargo, la muerte de Jan Tschichold, acaecida el 11 de agosto de 1974 no apareció en los medios de comunicación de país alguno. Un par de años antes, la revista Typografische Monatsblätter publicó un número especial sobre su vida y milagros cuyo principal contenido fue seguramente redactado por el propio Tschichold (Kinross, 2007, 7). A partir de ese material, Ruari McLean confeccionaría en 1975 una biografía que, hasta principios de este siglo, fue la principal referencia sobre el tipógrafo alemán.

Es difícil valorar la importancia de Tschichold en la cultura del siglo XX. Al igual que otros fenómenos y personajes que surgieron con la agitación de las vanguardias, se convirtió en un mito que sirvió para muchos (y variados) propósitos. Su obra más importante, Die neue Typograpahie (La nueva tipografía), publicada en 1928, apenas circuló fuera de la Europa Central y no tuvo ningún impacto en el Reino Unido hasta que su autor empezó a trabajar en Penguin. Las reediciones fueron escasas y tardías pues, hasta 1987, la editorial Brinkmann und Bose no publicó un facsímil que es, en realidad, una segunda edición. La dificultad para ello radica en que la tipografía y la composición de sus libros son inseparables del texto que contienen (Kinross, 2007, 8). 

En consecuencia, las reediciones se limitan a reproducir (hasta donde es posible) las páginas de la edición original. Pero eso no es tan sencillo cuando se trata de traducirlos a otro idioma, de tal modo que los resultados no son siempre satisfactorios. Por esta y otras razones, Die neue Typograpahie no fue editado en ninguna otra lengua hasta que en 1995 apareció una traducción al inglés de Ruari McLean gracias a la University of California Press. Unos años más tarde, en 2003, la editorial valenciana Campgraphic publicó la edición en lengua castellana que hoy es casi imposible de encontrar. 

II

A principios de los años veinte, cuando Tschichold era un joven calígrafo y rotulista, tenía de su oficio ideas completamente tradicionales, vinculadas a una forma centroeuropea de entender el Arts and Crafts. Sin embargo, en 1923, con tan solo veintiún años de edad, tras un viaje desde Leipzig para ver la exposición de la Bauhaus en Weimar, quedó profundamente impresionado por la experimentación formal de las obras allí expuestas y por el catálogo diseñado por Lászlo Moholy-Nagy. El impacto fue tal que volvió “completamente agitado” por la impresión que todo aquello le produjo (Burke, 2007, 23). 

Tschichold comprendió enseguida la capacidad innovadora de aquella forma de entender la escritura “propia de la era de la máquina”, según sus dogmáticos partidarios. Curiosamente, el catálogo de Moholy-Nagy incluía un ensayo del diseñador húngaro con el  título, Die neue Typographie, donde hacía hincapié en la posibilidades de estas nuevas fórmulas de composición para proporcionar un mayor contraste e impacto visual (Burke, 2007, 34). Aquel texto tendría una gran influencia en Tschichold quien, a partir de entonces, fue consciente de la necesidad de sistematizar en un libro lo que estaban haciendo las vanguardias, a pesar de la tradición tipográfica en la que se había educado. 

Publicado en 1928, cuando su autor apenas tenía veintiséis años, Die neue Typogrpahie era a un tiempo una reflexión sobre las innovaciones artísticas y un manual práctico para el uso de diseñadores e impresores. Su objetivo era explicar a los profesionales de las artes gráficas las ventajas de una nueva forma de componer la escritura. Tecnologías como el offset o la fotocomposición, que estaban entonces en sus inicios, señalaban la dirección en que se movería la industria en las siguientes décadas, como así sucedió. Su propósito era organizar toda esa información y exponerla de un modo que pudiera ser asimilada por la conservadora industria de las artes gráficas. 

III

Es fácil hacerse con libros diseñados por el propio Jan Tschichold anteriores a la llegada del nazismo. Se encuentran en Internet a precios razonables y en buen estado de conservación. En ocasiones, son decepcionantes porque el texto se extiende por las páginas de una manera tan ordenada y regular que hace fatigosa la lectura. No hay que olvidar que la mayoría de ellos fueron diseñados después de 1930, cuando Tschichold había comenzado a renegar de su interés por las vanguardias. Sin embargo, los más interesantes son los que combinan texto con imágenes porque le obligaron a abandonar su querencia por la marcha uniforme y le forzaron a buscar alternativas.

En la imagen, dos cubiertas del libro Mit Kamera und Schreibmaschine durch Europa. A la izquierda, la edición de Bücherkreis Verlag (1932), a la derecha, la de Klastext Verlag (2016). Colección del autor.

Que yo sepa, pocos de estos libros ilustrados se han reeditado. Quizá el único sea Mit Kamera und Schreibmaschine durch Europa (A través de Europa con una cámara y una máquina de escribir), un libro de viajes por varias ciudades europeas, publicado por la editorial berlinesa Bücherkreis en 1932. Mientras el texto aparece compuesto en Futura sobre papel rugoso, las imágenes están impresas en huecograbado en un papel alisado con el texto calado sobre las imágenes. Hace unos años, en 2016, Klartext Verlag reeditó el libro y se tomó la libertad de cambiar la fotografía de la cubierta.

Si, como se ha señalado, el periodo de fascinación por la vanguardia que conmocionó a Tschichold fue breve, su inclinación por el orden pervivió con la misma fuerza en las siguientes etapas. La intención divulgativa está presente en su retorno a la tradición que adquirió una mayor intensidad tras sus años en Penguin. Son conocidas las anotaciones en las que Tschichold señalaba detalles del espaciado que tanto rechazo produjeron entre los trabajadores, como recordaba Richard Doubleday: 

“Después de fijar las normas de diseño, Tschichold hubo de explicarlas a los numerosos componedores e impresores de Penguin, la mayoría de los cuales no se mostraron entusiasmados por el intenso nivel de escrutinio y tanta intromisión en su trabajo. Tschichold exigía cuidado en el detalle, una creencia total en sus principios y la total adhesión a las normas de diseño que estaba desarrollando en la cultura de Penguin (Doubleday, 2006, 40).

Uno de esos libros divulgativos menos citados en las monografías sobre Tschichold es Was jedermann con Buchdruck wissen sollte (Lo que cualquiera debería saber sobre la impresión tipográfica). Apareció en 1949, poco después de abandonar Penguin) y nunca fue editado en otra lengua que no fuera la alemana. El volumen, de poco más de sesenta páginas, explica los principios de la tipografía y sus fundamentos tecnológicos a los profanos que pudieran verse implicados en la edición de libros y necesitaran un conocimiento mínimo para tomar decisiones razonables. Algunos de sus consejos, demasiado condicionados por su manera de ver las cosas, parecen poco prácticos.

Doble página de Was jedermann vom Buchdruch wissen sollte, libro escrito y diseñado por Jan Tschichold en 1949. En la página derecha pueden verse dos ejemplos sobre cómo resolver un impreso. El autor se inclina por la solución más sencilla (laque aparece en la parte inferior) por ser más clara y ordenada, pero no más fácil de recordar. El orden no siempre soluciona los problemas de la comunicación gráfica. Colección del autor.

Con intención parecida a la que tuviera Tschichold en 1949, Erik Spiekermann y E.M. Ginger escribieron en 1993 Stop, Stealing Sheeps, and Find Out how Type Works, uno de los primeros manuales tipográficos de la era digital. En aquellos años de digitalización forzosa, los usuarios tuvieron que familiarizarse con nociones hasta entonces desconocidas y los diseñadores expertos se vieron obligados a  iniciarse en la composición digital. Expresiones como cuerpo, interlínea, sangría o kerning empezaron a ser familiares para un número creciente de diseñadores profanos, sin más conocimiento que el obtenido con el uso de los procesadores de textos y otras aplicaciones parecidas. Gracias a estos libros, el orden (tipográfico), principio rector de la vida social, llegó también a las oficinas y a los hogares.

 

Referencias 

Burke, Christopher (2007) Active literature. Jan Tschichold and New Typography. Londres, Hyphen Press.

Gay, Peter. (1984) La cultura de Weimar. La inclusión de lo excluido. Barcelona, Argos Vergara.

Grisar, Erich (1932) Mit Kamera und Schreibmaschine durch Europa. Berlín, Bücherkreis Verlag

Kinross, Robin (1992) Modern Typography, an Essay in Critical History. Londres, Hyphen Press.

Kinross, Robin (2007) “Towards a critical understanding of Tschichold’s work”, en Burke, Christopher. Active literature. Jan Tschichold and New Typography. Londres, Hyphen Press.

McLean, Ruari. (1975) Jan Tschichold: typographer. Londres, David R. Godine.

Spiekermann, Erik y E.M. Ginger (1993) Stop, Stealing Sheeps, and Find Out how Type Works. Mountain View, Adobe.

Tschichold, Jan. (1987) Die neue Typogaphie. Berlín, Brinkmann und Bose Verlag.

Tschichold, Jan. (1949) Was jedermann vom Buchdruch wissen sollte. Basilea, Birkhäuser.

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