Creo que el diseño desde su idiosincrasia, se han ido construyendo perfiles, circunstancias poliédricas en distintas épocas y escenarios sin abandonar su naturaleza, por ejemplo el conocimiento tecnológico como condición para elaborar proyectos desde una intención anticipativa, formulando y definiendo también procesos en conversión o síntesis.
Hasta hoy en lo que se ha ido llamando algorítmica sin la necesidad de especialización, sino entendido este conocimiento como circunstancial en la solución o el ordenamiento de aspectos que surgen durante el proyecto. Desde su talante experimentador, su voluntad, cualidad creativa, el diseño, el proyecto, necesita de conocimientos bien de forma interesada, indirecta o también accidentalmente en la resolución de problemas, movilizando todo discurso en el proyecto mismo.
Normalmente el diseño genéricamente, difícilmente se enmarcaría en una especialización y en concreto en este contexto tecnologico. Aunque hayan puntos de coincidencia por ejemplo la figura del king coders ( en Silicon Va ley): sus capacidades digamos holísticas su interés en los procesos, programaciones, además que creativos y experimentadores, podría alinearse o compararse con el profesional del diseño. Apunta Eric Sadin en su libro Siliconización del Mundo:
«La algorítmica estudia los algoritmos, sus propiedades y su eficiencia. La algorítmica tiene como objetivo el desarrollo de métodos y técnicas para el diseño ( …) así como el desarrollo de algoritmos y que resuelvan problemas concretos».
Pero lo que nos puede interesar sobre el perfil del king coder»( …) Saben captar precisamente la naturaleza y el espíritu de un proyecto, saben sintetizar las exigencias técnicas requeridas y ofrecer soluciones adecuadas y generalmente inéditas. De su talento dependerá la eficacia funcional y ergonómica de una aplicación o de un sistema. Se supone que la mayor parte es atípica o «excéntrica», y combina cualidades creativas y rigor metodológico».
Podríamos ir estableciendo el perfil del diseño en el devenir e ir proyectándolo hacia el futuro, quizás no sabríamos si la palabra diseño o diseñador podría tener otro significado e incluso hoy es difícil situarlo. Pero aun hoy podríamos apuntar a acepciones más especializadas como las anglosajonas, o también podríamos referirlo al uso de sistemas complejos como los diseños de interfaces o la experiencia del usuario (ux) en trabajos de computación donde el significado de la palabra diseño se adapta como emprendedor designativo, constituyéndose en las distintos espacios especialización atendiendo en la gráfica de iconos, en los procesos de creación y animación en las games motion design o en las producciones de 3d, prototipado etc.
Y desde este perfil emergente, habría que hacer un esfuerzo prospectivo dar un paso hacia adelante, como la implicación en otros contextos socio- culturales en realidades complejas desde datos experienciales, hacia la descripción de supuestos procesos en la contemporeidad de cada problema y hacia la determinación de futuros no descritos, quizá solo intuidos.
Marta Peirano, apunta posibles escenarios unos incluidos en intenciones milenaristas cercanas a la ciencia ficción proyectando utopías en que su camino ya denota teleologías distópicas, susceptibles de tesis «conspiranoicas». Por otra parte el cambio climático, enlazaría con el recurso creacionista (destrucción creativa) de las corporaciones y las decisiones de los personajes que las dirigen.
Creo que más que nunca los que nos dedicamos al diseño debiéramos ser conscientes de los posibles futuros que se están gestando en el presente aunque es bien sabido que en el devenir puede haber determinadas influencias causales o casuales en donde los procesos se enfrentarían a situaciones imponderables, pero afortunadamente también contingentes y recursivas
También Marta Peirano pone atención a varias causas que promoverían situaciones y escenarios bastante arbitrarios desde los intereses de corporaciones importantes y empresas financieras. Esta periodista nos sitúa en varios espacios, desde las políticas
económicas extractivas: intervenciones en las territorialidades sumisas hasta el extremo de la esclavitud. El populismo, la oportunidad del capitalismo neoliberal y los movimientos fascistas disfrazados de ambientalistas, o también los posibles escenarios virtuales en los medios y las redes, lanzando mensajes en donde enfatizan oportunamente, mitos de la ciencia-ficción como la consideración de la terraformación de Marte y a la inversa «amartizar» la Tierra. En la ficción se va creyendo en las posibilidades de esta transformación en Marte que apuntaría como en el pasado la escapada a un mundo nuevo, el anhelo, la utopía. Marta Peirano dice lo siguiente:
«las paradojas del imperativo extraterrestre empiezan a hacerles grietas al clásico relato de ficción colonial, que en realidad habla de cómo la tierra un día podría ser Marte, Un planeta hostil donde un puñado de desgraciados sobreviven excavando con la esperanza de que un día sus hijos puedan vivir mejor»
Citas
Peirano, Marta. Contra el futuro.
Resistencia ciudadana frente al feudalismo climático. Ed. Debate sociedad Barcelona.
