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Maestros del diseño en América Latina: Aixa Díaz (Venezuela)

Maestros del diseño en América Latina: Aixa Díaz (Venezuela)

Maestros del diseño en América Latina: Aixa Díaz (Venezuela)

La diseñadora gráfica especializada en diseño editorial Aixa Díaz comenzó su actividad en Caracas, Venezuela, a partir de 1983. Formada en la Escuela de Letras de la Universidad Católica Andrés Bello, y en la Escuela de Artes Visuales Cristobal Rojas, Aixa fue profesora en la Asociación Prodiseño de Caracas y directora artística de la Revista Actual y de Folios, una publicación de Monte Avila Editores Latinoamericana.

Durante más de 4 años Aixa fue asistente del diseñador Nedo M.F. – maestro de la gráfica venezolana – en la Unidad de Diseño del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.

Con una singular obra gráfica, Aixa trabaja en su propio estudio desde 1990, desempeñándose como diseñadora freelance para una variedad de clientes institucionales públicos y privados, como el Museo de Arte Contemporáneo Mario Abreu de Maracay, el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber, la Fundación Polar, la Sala Mendoza, Ediciones Casa 62, Fundación Cisneros, el Museo de Bellas Artes de Caracas y el Museo de Arte Colonial de Caracas entre otros. 

Ella ha participado en numerosas exposiciones colectivas, como Diseño Gráfico en Venezuela 70.80.90 y Arte Venezolano del Siglo XX, La Megaexposición, entre otras. En 1997 y en 2001 dos de sus trabajos recibieron el galardón “Mejor Libro del Año”, otorgado por el Centro Nacional del Libro, Caracas; en 2018 y en 2020 sus proyectos recibieron el premio AICA al Mejor Libro del Año, otorgados por la Asociación Internacional de Críticos de Arte, Capítulo Venezuela.

Aixa Díaz

¿Cómo fueron tus primeros pasos en la carrera del diseño en tu país? En otras palabras, ¿cuál era la percepción de este trabajo en ese momento?Mi relación con el diseño comenzó un poco tarde, si hablamos en términos generacionales, aunque los libros – y la literatura en particular – estuvieron presentes en mi vida desde que era adolescente. 

Cursé la carrera de Letras en la Universidad Católica Andrés Bello, en Caracas, y durante un tiempo impartí clases de literatura en educación media. Luego me casé con un librero que se iniciaba como editor y fue entonces que descubrí que los libros no se hacían solos y que había una carrera llamada “diseño gráfico”. Podría decir que fue una suerte de epifanía que de alguna manera cambió mi destino, porque a partir de allí mi interés por la literatura se extendió hacia el objeto que la contenía, el libro.

Comencé a estudiar esta segunda carrera en la Escuela de Artes Visuales Cristóbal Rojas, en Caracas, donde tuve la suerte de contar con profesores de primera línea: un muy estimulante Santiago Pol fue mi profesor al inicio, más adelante fue Nedo M.F., quien se convirtió en mi maestro y guía por varios años. 

En esa época Nedo también trabajaba como Jefe de Diseño del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas y necesitaba formar un equipo. Siendo todavía su alumna, Nedo me invitó a participar y, junto con Luis Giraldo, conformamos la Unidad de Diseño Gráfico que funcionó en su estudio particular y no en las instalaciones del Museo. Al cabo de un tiempo, algunas materias que cursaba en la escuela comenzaron a coincidir con mi horario de trabajo. Recuerdo que le expresé a Nedo mi dilema entre continuar o dejar los estudios, y su respuesta fue categórica: “Aixa, su escuela soy yo”. Y para mi fortuna, así fue.

Nedo era un creador nato, que no paraba de producir ideas tanto para su trabajo plástico como para el proyecto gráfico que lo ocupara en ese momento. Y como maestro, estaba convencido de que la mejor manera de aprender era trabajando; él mismo era incansable y nosotros debíamos seguir su ritmo. De esa experiencia diaria aprendimos a ver más allá de lo evidente, a relacionar lo que parecía opuesto, a valorar lo que se consideraba insignificante y, de alguna manera, a subvertir el orden preestablecido. 

El hecho de trabajar en ese equipo me permitió vincularme a la esfera museística y editorial de mi país, que en esos años vivía un momento estelar. Los museos y galerías de arte mantenían una actividad incesante, y constantemente surgían nuevas editoriales, más especializadas, para satisfacer una demanda cada vez más selectiva. Afortunadamente, a pesar del tiempo y las circunstancias actuales, algunos de esos vínculos se han mantenido y he podido establecer nuevos con los que he tenido la oportunidad de realizar proyectos muy interesantes y satisfactorios.

Revista Folios, 1992
MonteAvila Editores, Caracas

¿Se reconoció la importancia de este trabajo?
Sin duda. Al comenzar a trabajar como diseñadora independiente, en mi corto currículum el hecho de haber trabajado con Nedo tenía un peso específico y sin duda eso abrió algunas puertas, pero en poco tiempo – y con abundante trabajo – pude demostrar mis propias capacidades y obtener un reconocimiento que aun, hasta hoy día, me intimida un poco.

Revista Actual, 1989
Caracas

¿Cómo era el entorno cultural del país en ese momento?
En los años 80 Venezuela vivió un auge económico que permeó en todos los ámbitos de manera importante y el cultural no fue la excepción. Todas las instituciones, tanto públicas como privadas, pudieron beneficiarse de ese auge que se vio en una mayor oferta cultural. Surgieron nuevas compañías de teatro, de danza y agrupaciones musicales que llenaban los teatros. Se organizaban festivales internacionales que reunían un público ávido de conocer lo que se hacía afuera del país. Los museos por su parte estaban en capacidad de ofrecer exposiciones memorables, a la altura de cualquier prestigioso museo foráneo. Sin embargo, lo más importante de este período fue el crecimiento sostenido de un público más exigente y de intereses diversificados que hizo de la experiencia cultural del país un universo mucho más rico.

Cartel-Programa para la Semana Internacional de la Poesía, 1999
Ediciones Casa de la Poesía, Caracas

Por entonces, todo el trabajo de diseño se realizaba manualmente. ¿Crees que con la llegada de los ordenadores has perdido algo, o crees que la esencia del diseño sigue siendo la misma, sin importar las herramientas?
Afortunadamente yo pude migrar sin mucho trauma del trabajo manual al trabajo realizado en computadora; y siento además que el haber trabajado manualmente facilitó esa migración. Para el momento del cambio ya tenía una cierta formación en diseño editorial y algo de conocimiento de las técnicas de impresión, así que lo primero que quise aprender a hacer fue un “arte final” apto para ser impreso. 

Las ideas y bocetos para un trabajo seguían – y siguen siendo – con lápiz sobre papel, pero me di cuenta de que con la nueva tecnología el oficio adquiría responsabilidades técnicas que antes quedaban en manos de los encargados del fotolito. Hablo, por supuesto, desde la experiencia de alguien que ha trabajado en solitario – un gusto personal – la mayor parte del tiempo. 

Creo que los diseñadores a los que nos tocó “vivir a caballo” entre las dos tecnologías ganamos más de lo que perdimos. Ganamos libertad y autonomía con la nueva herramienta y lo fundamental del diseño sigue allí. De llegar a perderse, no sería el ordenador el responsable.

Cartel Petroglifos venezolanos, 2004
Ediciones La Galaxia, Caracas

¿Crees que tu trabajo podría haber sido diferente si hubieras tenido acceso a todas las herramientas tecnológicas que tenemos hoy? ¿O no cambiaría en absoluto?
Pienso que no habría cambiado en su esencia.

Mirándolo ahora, si pudieras, ¿hay algún trabajo propio que hubieras cambiado o hecho de otra manera?
¡Claro que sí! Algunos los conservo en mi archivo y los hojeo de vez en cuando como un ejercicio de revisión.

Libro Los coloritmos de Alejandro Otero. Catálogo razonado, 2018
Autores: Juan Ignacio Parra y Rafael Romero
Ediciones Casa 62, Caracas

En mi juventud tuve una necesidad vital de consumir revistas internacionales y publicaciones de diseño, como Graphis, Idea, Novum y otras, ya que en mi país (Brasil) no teníamos nada local. ¿Cómo ha sido esto en su caso particular?
Más que publicaciones de diseño y revistas especializadas internacionales, comencé a alimentarme con la producción local que salía de las manos de los maestros diseñadores (Nedo, Gerd Leufert, Santiago Pol) y diseñadores emergentes de mi país (Alvaro Sotillo, Luis Giraldo, Waleska Belisario, Carolina Arnal y Carlos Rodríguez entre otros) cuyos trabajos eran muy innovadores y de altísima calidad. 

Además, tuve la suerte de poder tener acceso a todo el material de Nedo cuando comenzamos a organizar su archivo. Anécdotas y reflexiones sobre el diseño acompañaban las jornadas de clasificación y registro de todo su trabajo desde que llegó a Venezuela, así como de los trabajos de otros diseñadores que él había ido coleccionando a lo largo de los años. Realmente fueron unas clases magistrales.

Libro Las casas de don Juan de Vegas y de don Felipe de Llaguno, 2012
Autor: Carlos F. Duarte
Caracas

¿El término «diseño», aplicado a todo y a todos, incluidos los nuevos edificios residenciales, parece una trivialización de esta profesión?
El uso del término diseño se ha popularizado mucho y las relativamente recientes redes sociales se han encargado de la tarea difundir lo que es y lo que no es diseño, todo bajo un mismo paraguas. Parafraseando el dicho popular pareciera que hoy “el diseño lo aguanta todo”. 

Sin embargo, como en todas las disciplinas, hay profesionales que se dedican con rigor a pensar y crear productos que sobresalen por su equilibrio entre lo novedoso de la forma y lo depurado de su función. En consecuencia, estos productos del diseño han ido creando un público cada vez mayor, más exigente y selectivo, que apoya de una manera u otra al verdadero diseño.

Libro Grandes maestros carpinteros del período hispánico venezolano, 2004
Autor: Carlos F. Duarte
Ediciones Cantv, Caracas

Hoy me parece que hay un total desinterés de los jóvenes por la información, el conocimiento, etc. Milton Glaser afirmaba que los estadounidenses desconocen todo lo que sucedió hace más de 5 años. Es un hecho que estamos viviendo un desastre cultural, no solo por lo que se ofrece sino también por la indiferencia de una parte de los jóvenes ¿Cómo lo ves en comparación con otras épocas?
No estoy completamente de acuerdo con esa afirmación. La generación que tiene un camino recorrido tiende a ver a la generación emergente como un grupo de jóvenes sin intereses concretos, dispersos y sin un propósito profesional claro. Al cabo de los años algunos de esos jóvenes “desorientados” se convierten en profesionales estudiosos y dedicados que hacen aportes importantes en su campo. Obviamente, y por distintas razones, no todos lo logran, y eso ha sido así a lo largo de la historia.

Colección La Diosa, 1999
Ediciones Casa de la Poesía, Caracas

La pregunta clásica: si tienes algún consejo que dar a la nueva generación de diseñadores, ¿cuál sería? ¿Y por qué?
En general les recomendaría que se aproximen al hecho cultural en su sentido más amplio, que sean curiosos, que indaguen más allá de lo que está al vista. Con las posibilidades que brinda el internet, y con algo de criterio, podemos acceder a lo que se está gestando en el diseño así como a su historia y evolución.

Libro Miguel Arroyo y la cerámica, 2020
Autor: Lourdes Blanco
Ediciones Asociación Civil Forma M20, Caracas
Catálogos de diversas exposiciones
Sala Trasnocho Arte Contacto, Caracas
Catálogos Fotografías de Andrés Serrano, 1996 y Brandtiana, 1992
Sala Mendoza, Caracas
Catálogo Musa-Papeles Oterianos. 2015
Sala Trasnocho Arte Contacto, Caracas
Catálogo El otro Nedo. Más allá de su diseño gráfico, 2008
Sala Trasnocho Arte Contacto, Caracas
Catálogo Multimedia, 2005
Museo de Arte Contemporáneo de Caracas
Catálogo Los primeros 10 años de la Sala TAC, 2013
Sala Trasnocho Arte Contacto, Caracas
Calendario MAO, 2000
Museo Alejandro Otero, Caracas
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