experimenta_

Cassiopée y Andromède, las lámparas de estrellas de Ludovic Falédam

Cassiopée y Andromède, las lámparas de estrellas de Ludovic Falédam

Cassiopée y Andromède, las lámparas de estrellas de Ludovic Falédam

“Tuve la idea de utilizar pequeños palitos de madera con forma de cerilla, ya que este material es delicado y con un alto grado de precisión. Todo ello permite crear una infinitud de volúmenes geométricos con un simple módulo de base. Pese a su rigidez estructural, estas nubes de madera son muy aéreas”.

Según la mitología clásica, Casiopea y Andrómeda abandonaron su forma humana para convertirse en constelaciones de estrellas. El diseñador francés Ludovic Falédam retoma la alegoría griega y encierra el fulgor de las heroínas en Cassiopée y Andromède, dos lámparas de suspensión editadas por la firma francesa Sentou. Al igual que las constelaciones en las que se inspiran, las piezas proyectan un intricado juego de luces y sombras que remiten a la inconmesurable belleza de la bóveda celeste.

Como sus nombres indican, Cassiopée y Andromède —Casiopea y Andrómeda en castellano— invocan la figura de dos personajes mitológicos de la cultura helena. Según cuenta la tradición, Casiopea, reina de Etiopía, se jactaba de ser más bella que las Nereidas. Esta arrogancia desató la ira de Poseidón, que envió al monstruo marino Ceto a destruir su reino. En un intento por aplacar la cólera del monstruo, la reina ofreció en sacrificio a su propia hija Andrómeda, encadenándola a una roca.

La princesa etíope fue rescatada en última instancia por Perseo, que convirtió al leviatán marino en coral gracias a la mirada petrificadora de la cabeza de la Medusa. Las lámparas aluden a las constelaciones que nacen tras las aventuras y desventuras de las heroínas: mientras que Casiopea fue encadenada a los cielos como castigo a su arrogancia, Andrómeda se asentó cerca de la constelación de su esposo Perseo como premio a su fidelidad.

Las pantallas de Cassiopée y Andromède hacen pensar en una agrupación de estrellas, y más concretamente, en su representación gráfica tal y como se refleja en las cartas celestes. Del mismo modo, la estructura de madera interactúa con el foco de su interior creando un juego de destellos y sombras que conviene al transfondo mitológico del proyecto: la luz arrojada es tenue y difusa, creando una atmósfera vaporosa que viste el espacio más que invadirlo.

En un plano más formal, Cassiopée y Andromède se configuran en torno a dos estructuras, una fuente de luz colgante y un armazón de madera que pende del cable y actúa como pantalla. “Tuve la idea de utilizar pequeños palitos de madera con forma de cerilla, ya que este material es delicado y con un alto grado de precisión. Todo ello permite crear una infinitud de volúmenes geométricos con un simple módulo de base. Pese a su rigidez estructural, estas nubes de madera son muy aéreas”, describe el diseñador francés.

Las dos lámparas, fabricadas a mano y editadas por Sentou, se inscriben dentro de la linea de productos exclusivos de la firma parisina. La producción ha sido limitada a un serie reducida de piezas y numeradas convenientemente para expresar su calidad artesanal y el paciente proceso de fabricación que acarrean. Al igual que otras lámparas autoproducidas como Micol o Piñata, el proyecto de Falédam experimenta con una economía limitada de recursos. El objetivo: conseguir más con menos y consagrar la autonomía creadora del diseñador.

Casiopée, Ludovic Falédam para Sentou.
Casiopée, Ludovic Falédam para Sentou.
Casiopée, Ludovic Falédam para Sentou.
Casiopée, Ludovic Falédam para Sentou.
Casiopée, Ludovic Falédam para Sentou.
Casiopée, Ludovic Falédam para Sentou.

 

Salir de la versión móvil