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Lix, el bolígrafo 3D que dibuja en el aire

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Diseñado por Ismail Baran, Anton Surovob y Delphine Eloïse Wood, Lix supone un paso adelante en el desarrollo de las tecnologías de impresión 3D: este bolígrafo, capaz de dibujar en el aire estructuras rígidas y autoportantes, abre las puertas de un nuevo universo creativo a arquitectos, ingenieros de producto, decoradores, joyeros, ilustradores y otros profesionales ligados al diseño. Lix no es la primera herramienta de su clase, pero sí la más refinada, la más pequeña, la más precisa y la más ergonómica. En definitiva, la más humana.

 

Bolígrafo 3D Lix, Ismail Baran, Anton Surovob y Delphine Eloïse Wood, 2014. 

El proyecto comienza a gestarse en 2013. Sus creadores, una startup británica fundada por Ismail Baran, Anton Surovob y Delphine Eloïse Wood, se plantearon como reto crear un producto que mejorase las deficiencias de los bolígrafos 3D diseñados hasta la fecha. Otros proyectos similares –3Doodler, SwissPen– resultaban demasiado incómodos y pesados como para poder manejarse con soltura, lo que dificultaba su uso entre profesiones que requerían una mayor precisión.

Bolígrafo 3D Lix, Ismail Baran, Anton Surovob y Delphine Eloïse Wood, 2014. 

Para resolver este problema, el estudio inglés decidió crear la tecnología del bolígrafo desde cero. En vez de utilizar piezas prefabricadas, los diseñadores proyectaron individualmente cada componente mecánico, desde el motor hasta el inyector: de esta manera se consiguió reducir ostensiblemente el tamaño del producto y estilizar su silueta hasta adecuarla a formas más amables. Todo ello favorece una mayor precisión de uso y un peso más balanceado.

Bolígrafo 3D Lix, Ismail Baran, Anton Surovob y Delphine Eloïse Wood, 2014.

El bolígrafo, de apenas 40 gramos de peso y 164 milímetros de alto, ha sido diseñado para adecuarse a la fisionomía de la mano. Su carcasa, un cuerpo fabricado en aluminio anodizado de 14 milímetros de diámetro, protege el núcleo interior de Lix. En su extremo superior se localiza el punto de calor, que puede alcanzar temperaturas de hasta 200º.

Bolígrafo 3D Lix, Ismail Baran, Anton Surovob y Delphine Eloïse Wood, 2014. 

Un orificio situado en la parte inferior sirve de entrada a unas varillas de plástico coloreado. Una vez insertado, este material es conducido por el interior del tubo hasta el punto de calor, que derrite el plástico de manera similar a como lo hace un soldador. El filamento resultante, extrudido a través de un inyector de 0,6 milímetros, vuelve a solidificarse a temperatura ambiente, dibujando finalmente los gestos del portador.

Bolígrafo 3D Lix, Ismail Baran, Anton Surovob y Delphine Eloïse Wood, 2014. 

Lix dispone de un control para regular la velocidad de extrusión, además de un sencillo monitor led que informa sobre la temperatura del punto de calor. El bolígrafo se alimenta energéticamente a través de un puerto USB 3.0, lo que permite su conexión a prácticamente cualquier terminal y facilita su portabilidad en cualquier rincón del mundo.

Bolígrafo 3D Lix, Ismail Baran, Anton Surovob y Delphine Eloïse Wood, 2014. 

El bolígrafo, que tras una primera ronda de financiación en Kickstarter consiguió superar la cifra de 900.000 euros, llegará al mercado el próximo mes de septiembre con un precio estimado de 43 euros.

Bolígrafo 3D Lix, Ismail Baran, Anton Surovob y Delphine Eloïse Wood, 2014. 

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