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Splash, la gota gigante de Program Collective vuelve a Zaragoza

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Zaragoza recupera uno de los iconos más emblemáticos de la pasada Exposición Internacional de 2008. Splash, la colosal gota de agua diseñada por el colectivo internacional Program Collective, vuelve a ocupar el vestíbulo de la Torre del Agua de la capital aragonesa. Y con ella una reflexión sobre el papel del agua en el devenir del ser humano.

 

Splash, Program Collective, 2008 – 2014.

Splash ve la luz en 2008 con ocasión de la Exposición Internacional de Zaragoza. Ubicada en el vestíbulo de la Torre del Agua, uno de los espacios emblemáticos del evento, esta escultura reflexionaba sobre el rol fundamental del agua en el pasado, presente y futuro de la humanidad. Sus creadores, Program Collective —un colectivo pluridisciplinar integrado por Olga Subirós, Mona Kim, Todd Palmer y Simon Taylor— se propusieron diseñar una gigantesca gota que simulase rebotar contra el suelo y estallar en el espacio: un momento que expresase la complejidad, energía y dinamismo del líquido, pero también la fragilidad y destrucción que pueden acarrear en ocasiones.

Splash, Program Collective, 2008 – 2015.

Cuando la exposición clausuró la escultura fue retirada del vestíbulo. Siete años después Splash vuelve a su localización original con el propósito de recordar que el agua sigue siendo esencial para millones de personas. “Splash evoca la potencia del agua presente tanto en las gotas de agua que germinaron en un planeta áspero y violento hace millones de años, como la violencia del agua en un tsunami o la alegría de un niño jugando con agua”, aseguran desde el colectivo.

Splash, Program Collective, 2008 – 2015.

La escultura, de 23 metros de alto y 7,6 toneladas de peso, está fabricada a partir de 84 piezas de poliestireno revestidas con resina de poliéster. En su interior un esqueleto de aluminio y acero vertebra los distintos módulos y proporciona estabilidad a la estructura. Finalmente, las piezas están acabadas con una capa de aspecto cromado que dota al conjunto de una apariencia metálica.

Modelo digital, Spaslh, Program Collectiveo, 2008 – 2014.

Modelo digital, Splash, Program Collective, 2008 – 2015.

Ensamblaje, Splash, Program Collective, 2008 – 2015.

Esqueleto de aluminio y acero, Splash, Program Collective, 2008 – 2015.

Escultura, Splash, Program Collective, 2008 – 2015.

La configuración física de la escultura ha sido proyectada gracias a un software de simulación de fluidos y dinámicas. Este programa permitió resolver la complejidad estructural de las distintas gotas y calcular la relación de fuerzas necesaria para impedir que los módulos se desmoronasen. Una vez diseñado el modelo las piezas fueron cortadas por ordenador, ensambladas a mano y finalmente pulidas.

Vista en contrapicado, Splash, Program Collective, 2008 – 2015.

La estructura cuelga de una parrilla fijada al techo gracias a 140 cables. Estas cuerdas metálicas, cuyos diámetros oscilan entre los 18 y los 6 milímetros, distribuyen adecuadamente el peso de la escultura y permiten que las gotas sobrevuelen el vestíbulo sin ningún refuerzo desde el suelo.

Pozos de luz, Program Collective, 2008 – 2015.

Pozos de luz, Program Collective, 2008 – 2015.

Splash, Program Collective, 2008 – 2015.

La intervención se completa con una instalación de sonido y audiovisuales situada a nivel del suelo. Unas pantallas led de forma circular iluminan el espacio y reflectan su luz sobre la superficie de la escultura, que cobra una nueva vida. La experiencia visual se convierte así en multisensorial y efímera, reflejando la naturaleza siempre voluble del agua. 

Modelo digitalizado, Splash, Program Collective, 2008 – 2015.

Splash, Program Collective, 2008 – 2015.

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