La BID Madrid 2016 en Costa Rica: espacio para la evocación

La BID Madrid 2016 en Costa Rica: espacio para la evocación

Costa Rica en la quinta edición 2016 de la Bienal Iberoamericana de Diseño de Madrid

Una ojeada a la representación de Costa Rica en la quinta edición 2016 de la Bienal Iberoamericana de Diseño de Madrid, expuesta entre marzo y abril de 2017, motiva a reflexionar sobre el rol de la profesión en la actualidad, a preguntarnos en qué se avanza, y qué impacto tienen en la cultura local los productos seleccionados por un jurado internacional como el de la BID Madrid, para que se exhiban ahora en el Centro Cultural de España -“El Farolito” del barrio Escalante, San José-, exhibidos con rigor en una muestra bien articulada y organizada.

Motivaciones para caminar dichos espacios

Activa a comentar, cuando lo expuesto convence -y no solo implica la percepción del convencimiento-, sino cuando demuestra el valor alcanzado por los productos de diseño local, lo que nos representa y son exhibidos pensando generar una atmósfera apreciable, para que las miradas del espectador lleguen a cada punto, a cada ángulo, a cada cartel, objeto, impreso, vestido, textura, metáfora, joya, vitrina, iluminación, y nos empodere como espectadores con tantos factores que nos influencian en la actualidad. Al contrario, cuando lo exhibido es atiborrado de “chunches” (el supermercadito chino o aquellas tiendas tipo “ropa americana” que vemos a veces en ferias y hasta en museos), ni siquiera motiva a entrar, menos comentar una visita tan comprometida como sería en tales situaciones; digo, no tengo nada contra esos desencuentros de mercancías, critico lo estético de las apariencias cuando lo exhibido alcanza la pueril acumulación, y defiendo mi posicionamiento desde el minimalismo.

Comentar las exposiciones, en mi caso personal, cada vez más encuentro una “cuesta empinada”: tener que trasladarme hasta los centros expositivos resulta una experiencia agobiante (tomar fotografías, estar atento a leer las fichas para cerciorarse de quiénes son los autores y los títulos de los proyectos), se vuelve una actuación sinceramente pesante. Sin embargo, lo comento, pues mirar y andar entre lo expuesto, cuando es positiva la apreciación, da cabida a una “emocionalidad” que impregna los poros de la piel y las neuronas, y se cruzan vivencias y sentimientos que porta cada proyecto, para convencernos, y como dije, empoderarnos. Es ahí cuando tengo la certeza de no quedarme callado.

Algo de lo expuesto en la V BID Madrid

Aunque lo he visto cientos de veces, sobre todo el año pasado que tuvo lugar en San José la Décima Bienal de Arte Centroamericana, una vez más me emocionó apreciar el proyecto de José Alberto Hernández (el infaltable a la cita de la Bid Madrid cada dos años), con esa gracia que brinda el rigor y el esmero que caracteriza su trabajo, no solo de gráfica aplicada a la comunicación visual, sino de contundente artista fotógrafo, así como el conocimiento aportado al diseño, en este caso de los identificadores de una imagen corporativa, y el arco de aplicaciones, ejemplos de un buen contenido para la vida contemporánea.

Proyecto de identidad corporativa de la Décima Bienal Centroamericana de Arte, diseñada por José Alberto Hernández en 2016. Foto LFQ.
Proyecto de identidad corporativa de la Décima Bienal Centroamericana de Arte, diseñada por José Alberto Hernández en 2016. Foto LFQ.

El «gran banano» de Paulina Ortiz

También disfruté del “gran banano” de la artista textilera Paulina Ortiz, objeto que toca nuestra sensibilidad, pero a la vez instiga a la discordia en tanto evoca nuestra condición y paradójica dependencia de países ístmicos, en este caso referidas a las compañías bananeras y a lo que puede representar una fruta de esas dimensiones, cual caballo de Troya, en la intimidad de un ángulo del hogar: Se vuelve punzante, pero exquisito, y eso agrega un signo más a la paradoja.

Un proyecto textil de Paulina Ortiz, realizado con fibras naturales.
Un proyecto textil de Paulina Ortiz, realizado con fibras naturales.

Los carteles de “Hola Lola”

Me encontré los productos y carteles de “Hola Lola” los cuales siempre emocionan por su exquisita grafica y rigor de producción, pero sobre todo nos enseñan a mirarnos reconociéndonos en el maremagno de visiones acerca de lo propio, sobre el paisaje de las ciudades, pero sutilmente focaliza lo que somos, como somos y la manera de vernos por parte de los demás; es un discurso quisquilloso, pero que siempre permite escuchar una voz más.

Productos Hola Lola. Foto LFQ.
Productos Hola Lola. Foto LFQ.

Me encantaron las propuestas del vestido (me disculpo por no citar nombres, pero aunque tomé fotos de las fichas quedaron borrosas, tampoco tengo el catálogo de lo expuesto), en lo que se cuelga en los maniquíes se percibe calidad, innovación, manejo del sentido de la elegancia, en prendas muy bien confeccionadas para la mujer elegante de carácter urbano contemporáneo. Así mismo influyó -para que externe este acercamiento a lo expuesto-, el diseño de joyería, que tampoco retengo nombres pero si los productos, en el instante de escribir este comentario tan solo evoco los productos de “Gótika Design”, entre otros.

Me impresionó la propuesta del estudio “Entre Nos Atelier”, de Michael Smith y Alejandro Vallejo, ya en otra oportunidad lo comenté en esta revista, la Cueva de Luz, que ahora recibr Mención en la categoría de Diseño de espacios e interiorismo, También recibió simialr distinción Marcelle Desanti Jerez, en la categoría de Diseño y Emprendimiento por el trabajo “Jujuca”.

Participación de diseño de moda y joyería. Foto LFQ.
Participación de diseño de moda y joyería. Foto LFQ.

Quizás para concluir

Ante la dificultad actual de poder visitar exposiciones, por el tiempo, el transporte, la presión de la vida actual, cosa que se vuelve desafío, pero al llegar a nuestro lugar de trabajo, íntimo y solitario, muchas ideas suelen friccionar entre las paredes de la memoria, impactando de un lado a otro como un triquitraque que se enciende al fragor de la celebración, pero, ¡qué importante!, digo tener estos desafíos que calan al valorar lo que se está produciendo en el país, antes de que se apaguen, y aportar al reconocimiento profesional que rastrea la BID Madrid cada dos años, en lo poco o mucho que se produce en términos de innovación y creatividad del diseño nacional.

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