Jorge Díez, responsable del estudio de concepto de Audi en Múnich

Jorge Díez, responsable del estudio de concepto de Audi en Múnich

Presente y futuro del sector del automóvil

Nacido en La Coruña en 1976, Jorge Díez es ya una figura de referencia en el sector del automóvil. Tras estudiar Diseño Industrial en Valencia, donde descubrió su pasión por la automoción, cursó el máster de Diseño de Vehículos del Royal College of Art de Londres. Esta profesión poco conocida en España le llevó en el 2000 a emigrar a Alemania de la mano de Audi y marcó el comienzo de una prolífera colaboración con el Grupo Volkswagen que aún continúa. A continuación, hablamos con él sobre su trayectoria profesional, la importancia del papel del diseñador de coches dentro y fuera de nuestro país y el presente y futuro del sector del automóvil.

Estudiaste Diseño en la Escuela de Diseño Industrial de Valencia antes de especializarte en el mundo del automóvil, ¿de dónde y cómo nace tu pasión por los coches?
Siempre me han gustado los objetos en movimiento y la sensación que producen en nosotros, ya se trate de un monopatín, una bicicleta o un automóvil. Al contrario que muchos de mis colegas de profesión, no he sido un niño “loco” por los coches, ni siquiera era un buen dibujante. Sin embargo, tenía una gran imaginación, y la frase “ya esta pensando en las musarañas” era parte de mi día a día. Mi pasión por los coches surgió mientras estudiaba Diseño Industrial en Valencia. Me gustaban disciplinas muy distintas, y durante mis estudios tuve la suerte de poder conocer muchas de ellas gracias a un plan abierto que abarcaba desde el diseño gráfico al industrial, incluyendo una parte de ingeniería. Allí me di cuenta de cómo el diseño de automóviles representa la acumulación de muchas disciplinas del diseño que a mí me fascinan: la gráfica, por la instrumentación, la navegación, la señalética y el interiorismo; la industrial, aplicada a la proyección de su interior, o la textil, a través del tratamiento de los asientos y las tapicerías, sin olvidar las proporciones adecuadas y la proyección de sensaciones en el diseño exterior.

Jorge Díez, responsable del estudio de concepto de Audi en Múnich
Jorge Díez, responsable del estudio de concepto de Audi en Múnich

¿Cómo comenzó tu incursión en este mundo y, sobre todo, tu trayectoria en una marca del nivel de Audi?
En 1997, mientras estudiaba en la Escuela Superior de Diseño Industrial de Valencia, aún no se conocía muy bien en España la carrera de Diseño de Automóviles. No sabíamos dónde se podía estudiar y solo conocíamos a un compañero de un curso superior que se había ido a cursarla al Royal College of Art en Londres, una escuela de diseño de automóviles con más de cuarenta años de trayectoria y gran prestigio internacional. Recuerdo que ya durante las noches en vela que pasé junto a mis compañeros, Luis, José Luis y Domingo, elaborando la que sería nuestra primera colección de muebles para una empresa valenciana, la idea del diseño de automóviles rondaba mi cabeza, aunque por el alto nivel de dibujo que veía en las revistas no sabía si realmente lo podría conseguir. Al finalizar nuestra colección de muebles, se la entregamos al empresario, que nos felicitó por nuestro trabajo y nos pagó con lo que costaba un Alcatel One Touch Easy de 1997 (nuestro primer móvil de empresa al que solo llamaban nuestros padres). A su propuesta de si podíamos seguir colaborando con él, le respondí que no, que quería dedicarme al mundo del automóvil, y, después de preguntarme si lo decía en serio, se echo a reír como si fuera algo imposible de conseguir. Ese fue el último empujón que necesité para decidirme a estudiar diseño de automóviles.

En 1999 finalicé mis estudios de Diseño Industrial en Valencia, y ese mismo año intenté entrar en el Royal College of Art de Londres. Con un inglés muy básico y el apoyo inestimable de mis padres, logré pasar unas pruebas muy exigentes. Cuando fui admitido en el máster de Diseño de Vehículos, mi sueño empezó a hacerse realidad. Durante el primer año de los dos que duró el máster, mandé muchas solicitudes para hacer prácticas en los meses de verano. Contestaron a diez de las cuarenta cartas que envié, y en solo dos de ellas, provenientes de Volkswagen y Audi, me proponían una entrevista. Al final me decidí por Audi, que además de mi ser marca favorita contaba ya con el primer Audi TT, un coche de mi total devoción. Quién hubiese dicho en ese momento que años después diseñaría la segunda generación del Audi TT…

Jorge Díez, responsable del estudio de concepto de Audi en Múnich
Jorge Díez, responsable del estudio de concepto de Audi en Múnich

Has trabajado para Audi, en Alemania, y SEAT, en España. ¿Cuáles son las principales diferencias que has encontrado entre ellas a la hora de concebir el diseño de un coche?
Todas las empresas en las que he trabajado durante estos dieciséis años pertenecen al Grupo Volkswagen, que, con doce marcas –Volkswagen, Audi, Bugatti, Porsche, SEAT, Škoda, Bentley, Lamborghini, Ducati, Scania, MAN e Italdesign–, cuenta con muchos sistemas estandarizados y unos jefes, la mayoría de ellos alemanes, que me han enseñado a ser perfeccionista, a no conformarme y a creer que la solución imposible puede existir. Aunque dentro del grupo hay diferencias, son sobre todo culturales, ya que los equipos son internacionales. Resulta enriquecedor ver cómo piensan y enfocan cada proyecto los distintos diseñadores.

El proceso de trabajo está estandarizado y funciona por competición interna. Los diseñadores desarrollamos nuestro propio concepto y las propuestas del producto que debe diseñarse, y después competimos con nuestros propios compañeros hasta que es elegida la mejor idea. De los aproximadamente veinte diseñadores involucrados en un modelo que presentan bocetos de los proyectos, se eligen ocho en una primera etapa y más tarde seis, que empezarán un proceso de superficies generadas por ordenador CAD. Tras seleccionar dos maquetas a partir de las cuatro presentadas a escala 1:1 y fabricadas en clay –un material parecido al barro–, se elige el diseño definitivo. Los concursos pueden durar tres o cuatro años, y ser eliminado en la última fase puede resultar muy duro.

¿Consideras que está igualmente reconocido el papel del diseñador de automóviles en España que en países como Alemania o Inglaterra? ¿En qué punto se encuentra esta disciplina en nuestro país?
La profesión de diseño de automóviles sigue siendo un poco desconocida en España, aunque poco a poco, y gracias a los medios de comunicación y las escuelas, se va conociendo más y más. De hecho, durante estos últimos quince años la calidad de los diseñadores españoles de automóviles ha crecido muchísimo, aunque muchos ya no estamos en nuestro país. Internacionalmente hay grandes profesionales en el sector y he de decir que en general los diseñadores españoles somos vistos como gente muy competente en este campo. Todos mis compañeros españoles de profesión tienen un nivel muy alto comparado con los profesionales extranjeros. Pero, a pesar de que los diseñadores de automóviles españoles están al máximo nivel, existe un problema: las pocas oportunidades que existen en España para trabajar en el sector. Aunque nuestro país produce muchas marcas de automóviles, solo SEAT en Martorell diseña, desarrolla técnicamente y produce sus futuros vehículos. Con estas reducidas opciones, es normal que muchos diseñadores tiendan a salir al extranjero para poder realizar sus sueños.

Jorge Díez, responsable del estudio de concepto de Audi en Múnich
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Actualmente trabajas en Audi, ¿podrías explicarnos cuántas personas formáis el departamento de diseño y cómo se organiza el trabajo?
El equipo de Audi Design lo componen cuatrocientas veintitrés personas, entre diseñadores de exterior, diseñadores de interior, Color & Trim (responsables de colores y materiales), los ingenieros y otros equipos, como los de estrategia, comunicación, management, costes… Dentro de cada departamento hay diferentes ramificaciones. El de diseño interior, por ejemplo, está formado por los que realizan la arquitectura general, que incluye el diseño del salpicadero; los que, más cercanos al diseño industrial, proyectan los volantes, pomos y asientos; los programadores y diseñadores gráficos, que desarrollan la interfaz y los navegadores y diales; los user interface (UI) o los user experience (UX), que investigan el uso real del consumidor y el modo de crear una experiencia única para satisfacer sus necesidades. Se trata de un proceso sumamente complejo en el que intervienen muchos departamentos y hay que tener en cuenta aspectos tan diversos como la belleza, la funcionalidad, la ergonomía, la seguridad, las fuerzas que actúan sobre el objeto en movimiento o la normativa internacional. Además, la larga duración de los proyectos, en torno a los cuatro años, hace que el diseñador deba anticiparse al futuro, imaginando hoy los coches que se venderán en el 2021.

¿Cuáles son los principales aspectos que tienes en cuenta a la hora de enfrentarte a un nuevo diseño? ¿Qué buscas despertar en el usuario?
Siempre he pensado que un vehículo debe de mostrar visualmente lo que vas a sentir conduciendo: si es dinámico en su conducción, debes ver y sentir ese dinamismo aún cuando está parado; si es seguro, debes sentir desde el exterior esa estabilidad. Tratamos de generar sensaciones, y estas deben plasmarse de forma diferente dependiendo del tipo de vehículo del que se trate, ya que, aunque la forma sigue a la función, cada diseño debe despertar algo distinto en el usuario. Muchas personas saben si les gusta un coche no, pero no saben la razón de ello. Nosotros debemos averiguar ese porqué, algo complicado debido a la subjetividad del diseño.

Supongo que no resulta fácil aunar diseño y eficiencia. ¿Cómo os coordináis con el equipo técnico y los ingenieros?
No es fácil, debido a que, al haber tantos condicionantes técnicos, el diseñador se ve obligado a aprender muchas disciplinas para defender la belleza de su idea ante un requerimiento técnico. Es una batalla difícil porque la técnica es más cuantificable –por ejemplo, un sistema funciona mejor de una manera que de otra o una pieza varía su precio según cómo sea construida–, pero convencer de que es necesario invertir un cierto capital para que el objeto sea más bello es una ardua tarea ya que la belleza es subjetiva. Sinceramente, hay muchas disputas entre diseñadores e ingenieros, pero es necesario permanecer muy unidos para resolver los problemas mejor, y en esto la comunicación y la mano izquierda son claves para poder convencer o para entender los problemas de otras áreas que pueden influir en nuestro trabajo. De hecho, los ingenieros están siempre presentes en el diseño, puesto que la ingeniería se hace más compleja a medida que el proyecto avanza y siempre tenemos que ser los mejores en cada uno de los departamentos para conseguir la excelencia en el diseño, la ingeniería, la acústica, la ergonomía, la aerodinámica, el confort… Juntar todo esto a veces no es fácil si se tiene en cuenta la alta complejidad que conlleva el diseño de las cuarenta mil piezas que constituyen cada automóvil. La competitividad en el sector es extremadamente alta.

¿Pueden darse razones objetivas del triunfo o fracaso de un diseño?
En mi opinión puede haber factores que influyan, como el precio, la calidad o la funcionalidad, pero las razones estéticas son mucho más difíciles de evaluar. Esto ocurre sobre todo cuando se trata de un diseño que se plantea de forma global y debe ser vendido a gente de diferentes culturas en distintas partes del planeta, ya que, aunque en algunos aspectos somos muy parecidos, en otros nos diferenciamos mucho. Por ello, Audi tiene tres estudios de diseño –el de California en Estados Unidos, el de Alemania en Europa y el de Pekín en China– para poder así crear un lazo de unión directo con los gustos de cada consumidor y aunarlos en un vehículo sin que ello afecte negativamente a los usuarios de otros países.

Es cierto que hay unos ciertos cánones de belleza, ¿pero existe realmente la belleza estándar? Yo creo que cada uno tenemos nuestro propio gusto, que en el caso de los diseñadores de automóviles se basa sobre todo en la proporción de la arquitectura del vehículo y de los elementos entre sí. Como si de un rostro se tratase, variando las formas de los faros, su tamaño, la inclinación de las líneas, etc. se puede dar una determinada actitud al vehículo, haciendo que parezca, por ejemplo, más agresivo o más simpático. Un diseño triunfa si los clientes en los que se pensó al idear el concepto del vehículo se ven atraídos por él y lo compran.

Desde que comenzaste tu trayectoria profesional, la tecnología ha dado un gran salto cualitativo que, sin duda, ha debido cambiar vuestra forma de enfrentaros al trabajo. Cuéntame algo del proceso, desde la idea hasta su comercialización, y cómo este ha evolucionado durante los últimos años.
Efectivamente, la tecnología ha cambiado mucho nuestra forma de trabajo, optimizando al máximo la producción. Pero, a pesar de que utilizamos herramientas de última generación como impresoras 3D, Sketch Digital, CAD con los últimos programas de generación de superficies en 3D o presentaciones virtuales, el lápiz sigue siendo la herramienta más potente del diseñador, la que expresa de una manera más rápida las ideas que tenemos en la cabeza.

En el proceso de desarrollo de un automóvil ya no es suficiente con proyectar el objeto físico. Este sigue siendo muy importante, pero ahora juega un papel fundamental todo lo que gira alrededor de él: la experiencia del usuario, la generación de la electrificación, la inteligencia artificial y la conducción autónoma. Los usos, el comportamiento y los clientes han cambiado, y estamos al inicio de una nueva revolución basada en la digitalización, en la que las personas constituirán más que nunca el foco de atención.

Durante las casi dos décadas que llevas en el sector automovilístico habrás sido testigo de muy distintas tendencias de diseño. Háblame un poco de ellas. ¿Consideras que, como ocurre en la mayoría de los sectores, la del automóvil es una moda cíclica?
Desde que hace más de un siglo se creó el primer automóvil, los vehículos han evolucionado muchísimo. De los carruajes de caballos con motor se ha pasado a los grandes coches americanos de los cincuenta basados en aviones, los pequeños coches europeos de la posguerra o los vehículos que disfrutamos hoy en día. Todas estas tendencias estuvieron influenciadas por los acontecimientos culturales, técnicos o históricos surgidos alrededor del automóvil y, aunque es cierto que en estos momentos podemos encontrar diseños clásicos como el Fiat 500 o el Mini, en general no creo que sean modas cíclicas que vuelven de nuevo, sino una evolución del producto determinada por la historia de la marca, el desarrollo de la técnica, las nuevas necesidades del usuario y la normativa del momento. En ocasiones, los diseñadores nos dejamos condicionar por el pasado de la marca, pero siempre con la vista puesta en el futuro, como ocurrió cuando integramos de nuevo la parrilla por la que hoy en día se reconoce a todos los Audi. Se trata de un elemento originario del Silver Arrow de los años treinta, interpretado ahora de una forma totalmente diferente y acorde a las necesidad de la técnica actual.

¿Hacia dónde tiende el diseño de coches en este momento y en un futuro cercano? ¿Qué demandan las marcas?
Las marcas no demandarán nada, sino que será el consumidor quien lo haga, y quien no se adapte sencillamente morirá. Como hemos visto en el caso de grandes empresas como Nokia, es importante adaptarse a los nuevos tiempos. En un futuro cercano, el diseño de coches hará del usuario su protagonista principal, poniendo sus problemas e inquietudes en primer plano, y aspectos como las nuevas tecnologías basadas en el respeto al medio ambiente o el cambio de modelo de negocio influirán en el automóvil, haciéndolo más efectivo y fácil de usar. Aunque la electrificación reducirá la contaminación atmosférica y sonora de las ciudades, en mi opinión el mayor cambio se producirá con la conducción autónoma. Además de abrirse el mercado al público menor de edad y a los mayores con impedimentos físicos, que podrán transportarse sin problemas, se crearán nuevas formas de consumo de transporte mediante sistemas de pago mensual o préstamo que harán que no sean necesarios tantos coches en la ciudad, lo que conllevará la creación de zonas peatonales o verdes. Todo esto cambiará también la forma de los coches, en los que se dará prioridad al diseño del interior, creando espacios que tenderán a parecerse cada vez más a nuestro hogar u oficina. Los diseñadores contaremos con nuevas herramientas para poder hacer de un simple viaje algo mucho más placentero, y el ocio crecerá para proporcionar nuevas experiencias a los usuarios.

¿Quieres destacar alguno de los modelos entre los que has participado, algún “hijo predilecto”?
Aunque por nuestra forma de trabajo, a través de concurso interno, he perdido muchos más procesos de los que he ganado, entre los trabajos de los que me siento más orgulloso se encuentra la segunda generación del Audi TT, que debía respetar el icono que representa pero aportándole más dinamismo; el Audi A7, que en mi opinión materializa el equilibrio entre la deportividad y elegancia que Audi simboliza, o el SEAT León, mi primer trabajo en España. Sin olvidar show cars como el Audi Shooting Brake Concept; el SEAT IBe, primer concepto eléctrico de la marca; el SEAT 20v20, que abrió el mercado de los SUV para una empresa española, o, más recientemente, la Ducati Bobber Concept Bike. Me resulta muy difícil elegir mi preferido entre ellos, porque con cada uno he ido creciendo y aprendiendo cosas nuevas.

¿Qué sientes cuando ves uno de tus diseños en movimiento?
Verlos por primera vez en movimiento es algo muy especial, puesto que hasta ese momento han sido solo maquetas, modelos estáticos en los que has trabajado junto a tus compañeros durante cuatro años, con cientos de departamentos intentando dar lo mejor de sí, concentrados en una pieza creada no solo para moverse, sino para hacer disfrutar del viaje. Verlos en movimiento es como verlos vivos por primera vez.

¿Cuáles son tus planes actuales? ¿Hay algo que nos puedas anticipar de los proyectos en los que te hallas inmerso ahora?
Durante los últimos años y siendo yo responsable del estudio de concepto de Audi ubicado en Múnich, hemos desarrollado numerosas propuestas conceptuales proyectadas para el periodo entre 2025 y 2030, pero debido a motivos de confidencialidad no puedo dar ningún anticipo, solo puedo decir que el futuro se presenta excitante.

NOTA: Jorge Díez, responsable del estudio de concepto de Audi en Múnich, es un artículo escrito por Laura Novo Muñoz publicado en el número 79 de Experimenta. Puedes conseguir este número y muchos más en nuestra tienda online.

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