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3 Salón Anual de Fotografía

Lo fotográfico, hoy en día, ante la innovación tecnológica que aventaja la cámara fotográfica, donde el amplio domino de lo digital redimensiona el escenario de la imagen, en contradicción pareciera entrar en crisis cuando todo mundo se cree diestro en esta forma de creación visual; digo, crisis en el sentido de que el artista fotógrafo requiere marcar la diferencia, en tanto ya él –como profesional del campo-, anduvo por todos esos recodos del oficio que lo hacen, lo forman y transforman a cada momento. Hacer fotografía no es lo mismo que tomar fotos, e intentarlo tal vez con una cámara profesional o hasta con la camarita del celular; hacer fotografía requiere pensamiento, como expresa Jorge Luis Ramírez de la Fundación IMAGO en el brochure de la muestra: “Es hora de darnos cuenta que la mejor cámara es el cerebro”.

Damaris Betancourt, Cuba. Fotografía cortesía de IMAGO.

René Peña, Cuba. Fotografía cortesía de IMAGO.

Tercer Salón de la Imagen
El pasado mes de setiembre de 2012 se realizó en el país el Tercer Salón Anual de la Imagen, organizado por la Fundación IMAGO, en la Galería Nacional de nuestra capital San José. Constó de dos salas, la primera, curada por Juan Antonio Molina, se título “El Baño, la fotografía Contemporánea, entre lo Público y lo Privado”, con artistas internacionales como Abigail Gonzales de Cuba, Alinka Echeverría de México, Arelí Vargas Colmenares de México, Cia de Foto de Brasil, Damaris Betancourt de Cuba, Daniela Edburg de México, Eduardo Muñoz de Cuba-USA, Jorge Sáenz de Argentina-Paraguay,  Katiuska Saavedra de Cuba-México, Marcos López de Argentina, Melissa Valenzuela de México, Omar Gámez de México, René Peña de Cuba, Roxana Naguigueller de Costa Rica, Yolanda Andrade de México, Fernando y Gerardo Montiel Klint de México, Francisco Mata de México, Pedro Meyer de México, Joan Fontcuberta de España y Mariana Do Vale.

Baño Dorado y Bordes, Muestra El Baño. Fotografía cortesía de IMAGO.


Jorge Sáenz, Ducha en Reclutamiento. Fotografía cortesía de IMAGO.

En la segunda sala se exhibió “San José, Ciudad de Contrastes” curada por Jorge Luis Ramírez, con artistas que producen su obra en el ámbito local como Anel Kenjekeeva, María José Torres, Gretel Monge, Lidilia Arias, Mario Acosta, Mariela Víquez, Luis Gutiérrez Rubino, Jeffrey Arguedas, Isaac Martínez, Priscilla Castro, Victoria Cabezas, Walter Rojas, Julia Murillo, Luis Diego Matarrita, Elías Marín Lara, Carlos Antonio Gutiérrez y León Reyes.

Mariela Víquez, San José Ciudad de Contrastes. Fotografía cortesía de IMAGO.

Elías Marín, de la serie Cronotopias. Fotografía cortesía de IMAGO.

“El Baño”
Impacta, esta muestra curada por Juan Antonio Molina, en tanto acuden una serie de visiones e interpretaciones acerca del significado de ese recinto íntimo o público, que, en la muestra, son espacios lúdicos donde tiene cabida la metáfora en la vivencia cotidiana de usarlo para limpiar el cuerpo, pero además visto desde la noción del tiempo -otra forma de intersticio para la remembranza o internamiento existencial donde reflexionar sobre el gozo de vivir, o en situaciones incluso el discurso atañe a la fatídica muerte que acecha a nuestras espaldas.
Es impresionante la foto del cubano René Peña por tanto silencio, extrañamiento y pensamiento de todo aquello que acude al terreno de la fotografía, que no es pueril captura de una imagen sino que dicho recinto se vuelve laboratorio de situaciones sociales, culturales, míticas o vividas desde el ser, un alguien dentro que vive, goza o quizás hasta fenece. La propuesta de este veterano de la fotografía cubana posee distintos ángulos para ser vista, de ahí la riqueza de sugerencias estéticas que la resaltan. Disfruté la pieza de la también cubana Damaris Betancourt en la cual el recinto de baño quedó aislado en medio de un paisaje desolado y hasta abatido por esos temporales de la vida: No por la apariencia de un día soleado todo sea pasajero o rutinario, tal vez –volviendo a la pieza de Peña-, exista aridez, sequedad, desierto, soledad que nos instiga y mueve recordar. También me detuve a valorar la fuerza que detona el uso del blanco y negro en “Ducha en reclutamiento” del argentino-paraguayo Jorge Sáenz, porque es otra manera de deleite del desnudo en este caso el masculino situado bajo las aguas, signo que alude a otra manera de limpiar el cuerpo abatido por las contingencias y el no saber de los tiempos actuales. Fue una muestra para ejercer el grado de libertad que nos motiva el rol de espectador, quien llega a colmarse para recordar y sentir el impacto de esa huella en la memoria, que –como he repetido en mis comentarios de arte-, revuelca las aguas del río de la interpretación en el instante de visitar la sala, pero de vuelta a la vida de cada quien esas aguas apacientan, la turbiedad cede, y la claridad trae la comprensión cuando la mirada se posa en la virtud de sus fondos.

Lidilia Arias, San José Ciudad de Contrastes. Fotografía cortesía de IMAGO.

San José Ciudad de Contrastes
Como en toda visión de la urbe, el curador mezcló algarabía y regocijo -como en la pieza de Lidilia Arias-, pero también el antagonismo de tener que situarse al margen, ante el embate de la ofuscación y el desenfreno que acecha el entramado de la metrópoli actual. La ciudad es como una enorme pantalla donde detona la tensión social y proyecta lo infundado por el mercantilismo actual, los símbolos y mercancías de una sociedad consumista que ve por todo mitos y vaguedades; el asunto central es que nos ha tocado vivir épocas de una levedad que engorda, y una aparente salud que mata.


Priscilla Castro, ST. Fotografía cortesía de IMAGO.

En mi caso personal, como perceptor de estas propuestas del Tercer Salón Anual de la Fotografía, más que disfrutar el despliegue de técnica y demostración de buen manejo de recursos fotográficos y tecnológicos que tiene a su haber el fotógrafo en la actualidad, me anclan aquellas propuestas de minimalismo conceptual y formal; aquellas otras, las elaboraciones “magistrales”, aunque dicen mucho e impresionan no me inquietan ni motivan a detenerme para intentar apaciguar dichas aguas de la interpretación. Me encantó, por ejemplo, el ensayo fotográfico de Mariela Víquez que dentro de aquel terrible silencio y vacío bajo los puentes de las autopistas que llevan a la urbe y -por la situación que aqueja a muchas personas en esta sociedad, sobre todo la mujer-, entre la oquedad de esos espacios solitarios la artista puso su pensamiento para hacer mover un signo quizás reivindicador.


Jorge Luis Ramírez, Templo Hamburguesa. Fotografía cortesía de IMAGO.

Es memorable que el mes de setiembre sea tomado por los fotógrafos para mostrar sus investigaciones y creaciones de la imagen, como esta muestra en la Galería Nacional, y, no muy lejos, allá en la Universidad Véritas, otras muestras de fotografías agitan las aguas en espera de que la mirada del perceptor las apacigüe.

 

 

 

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