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Franklin Hernández-Castro: Diseño Gráfico a futuro

El tema de esta nueva conversación con Franklin Hernández  -teórico, investigador, Diseñador Industrial, Doctorado en Ciencias del Diseño y Director de la Escuela de Ingeniería en Diseño Industrial del Instituto Tecnológico de Costa Rica-, es el diseño gráfico, en tanto hoy se vuelve ocupación de profesionales que no encuentran trabajo en lo que estudiaron, masa diletante que no conoce la teoría y carece de experticia.

LFQ: ¿Cómo percibes esta problemática?
Franklin Hernández:
Es la misma crisis que afecta a la fotografía, hoy se toman fotos hasta con la cámara del celular; todos se creen fotógrafos: médicos, abogados, ingenieros, y ese mismo fenómeno ocurre a los gráficos por todo el mundo, en Europa un setenta y cinco por ciento de los diseñadores que trabajan en gráfica no fueron formados específicamente para ese campo de trabajo.

LFQ: ¿A qué se debe dicho desplazamiento? ¿Cómo explicar el origen del fenómeno?
FH:
Tiene que ver con el modo como se fundamenta el proyecto, los diseñadores hacen la investigación, peo no la saben explicar ante el cliente, quien por lo general aprecia el trabajo como algo antojadizo. El cliente paga con la idea de recibir algo que él mismo no puede hacer, cuando se siente en capacidad de hacerlo, entonces duda en contratar al diseñador. Es necesario que el cliente pueda entender la argumentación y fundamentación del diseñador sobre el proyecto, si él siente al diseñador dando rodeos y alargar el asunto, no se convence de pagar los honorarios.

LFQ: ¿Qué estrategias observar?
FH
: El diseñador necesita servirse de tácticas de comunicación claras y precisas, ejemplificar cómo la propuesta se va a impostar en la conciencia del consumidor, entablar comparaciones que asimilen signos existentes exitosos y que lo catapulten.
Kenichi Ohmae, uno de los gurús actuales en estrategias empresariales, dice que la única manera de sobrevivencia en el siglo XXI, es matando tu propio negocio. Reinventarlo en una proyección hacia el futuro que utilice tecnología de punta; por ejemplo, uno que hacía y vendía libros, quizás podría reconvertirlo en una tienda de ambiente “high tech” donde se vendan lectores y libros electrónicos, cuyos contenidos sean asimilados por medios digitales con animación, video, música, fotografía.

LFQ: El asunto central de ese desplazamiento del diseño gráfico -tal y como lo predijo Bonsiepe y que hemos tratado en anteriores “post”-, ocurre porque otros profesionales ya tomaron las decisiones que los diseñadores debíamos haber implementado hace mucho tiempo.  ¿Cuál es el fututo ocupacional del diseñador gráfico?
FH:
el diseño a futuro es un producto conexo que se sirve de la fotografía, el cine, el video, la multimedia, la ingeniería computacional, la animación digital, se trata de un diseño reconsiderado -que ya se hablaba en la década de los noventas-, y que distingo como el “octavo arte”.
Ese sería el campo de acción para el diseñador del futuro, no haciendo los mismos loguitos o brochures con los mismos rudimentos con que se hacían antes. El futuro del diseñador gráfico, no se parece en nada a las necesidades del diseño gráfico del siglo XX, la actitud de diseñar sí continua siendo válida, es esa parte maravillosa inherente al ser humano y que solo pueden hacer los mismos diseñadores: lo que viene distingue esa dualidad entre la realidad física y la virtualidad.

LFQ: ¿Qué hacer ante esos movimientos en el ajedrez de esta profesión?
FH
: Un aforismo árabe expresa: “La luz que solo alumbra a los extranjeros. El diseñador tiene que esforzarse por encontrar el puesto de esta disciplina en el siglo XXI, actualmente si no te estás moviendo, estas equivocado. A los demás profesionales les es más fácil observarlo, pero desde dentro de la profesión es difícil explicarlo y determinar estrategias.

LFQ: De aquella canción de la banda “The Doors” del rock clásico titulada “Cabalgando sobre la tormenta”, se deduce la improbabilidad de ponerse delante de la fuerza destructora del huracán pues nos arrasa, como se entiende de una de las siete Leyes del Caos; hay que saber cómo remontarlo para descubrir el infinito arsenal creativo del efecto vórtice. ¿Cómo explicar la naturaleza de esas necesidades actuales para afrontarlas?
FH:
La realidad se mueve, activa patrones virtuales que te estimulan globalmente: música, imágenes, conceptos, asociaciones perceptivas. Alvin Toffler lo decía de otra manera: si corres para tratar de evitar la ola, te revuelca, si la afrontas de frente, te ahoga, lo único que queda es surfearla. El diseño gráfico tal y como lo conocemos ya no sirve, hay que verlo a futuro para tratar de entender los fenómenos que debemos remontar “surfeándolos”.

LFQ: Una de las maneras tradicionales de subir en los escalafones profesionales y -aplica para el docente-, exigía publicaciones de rigor, presentar conferencias y las investigaciones aparecidas en revistas especializadas. ¿Cuáles son los mecanismos actuales para validar la profesión?
FH:
Hoy en día lo que se exige son las patentes, cuantas patentes hiciste en un año, ya no existe valor en cuantas conferencias dictaste o cuantas publicaciones hiciste. Las impresiones no sirven para validarse en las carreras pues la gente no lee, los estudiantes exigen contenidos puntuales; es necesario trabajar en nuevas opciones.
Se trata de un protagonismo distinto que se mide en producciones multimediales subidas a internet y que se constatan en cuántas visitas diarias tienen.
Se dice que el Marcolli y el Bonsiepe del siglo XXI ya no escribirían libros, “harían desaparecer la torre Eiffel”, y eso habla del grado de manejo de la tecnología digital que se debe experimentar para crear la realidad futura.
Además la gente ya no necesita leer -decía Negroponte-, habiendo magníficos tutoriales que te lo explican todo. Hoy se enseña en videos, en mapas conceptuales, en realidad virtual.

Doctor Franklin Hernández-Castro. Fotograf{ia cortes{ia del diseñador.

En conclusión a este nuevo acercamiento a las problemáticas de transformación que experimenta el diseño y en este caso el gráfico, el doctor Hernández-Castro es enfático al decir que ya tenemos encima la ola, y hay que surfearla. Él habla del “Octavo Arte” y el universo virtual, debemos avocarnos a definir su sintaxis, a explicar cómo se prepara ese “plato” del futuro donde -como expresa Vargas Llosa en su último ensayo: los que tienen el protagonismo son los chefs y los modistos”. No nos podemos quedar en el punto al que se llegó, debemos catar las fuerzas de esos atractores para saberlas afrontar y, esa tarea solo se logra si la asimilamos en el trabajo diario y la formación constante, como la ley de la influencia sutil o efecto mariposa, sin percatarnos de hacerlo, estaremos reinventando esta profesión.
 

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