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Franklin Hernández-Castro: Pensamiento, Educación, Diseño

Atender a los razonamientos de Ph.D. Franklin Hernández-Castro -doctorado en la Universidad Duisburg-Essen, Alemania, actual director de la Escuela de Ingeniería en Diseño Industrial del Instituto Tecnológico de Costa Rica-, nos sume en el fractal del tiempo donde ponderar los sentidos de su discurso acerca del diseño en la Postmodernidad; nos motiva a decantar su aguda reflexión y visión crítica de la educación del Siglo XXI.
Hernández-Castro aduce que el escenario del diseño cambió a partir de la madurez alcanzada por la Revolución Industrial, donde un ícono como la torre Eiffel se sumó a la remezón social y cultural que generó la Gran Exposición Mundial de París,1900, pues aceleró el conflicto artificial entre el arte, el diseño y la arquitectura para divorciarlas de la técnica y la tecnología, cuando éstas pasaron a jugar roles independientes.

Doctor Diseñador Franklin Hernández-Castro imparte una de sus conferencias. Fotos cortesía del diseñador

LFQ: ¿Qué significado tiene ese divorcio, cuándo estuvieron casadas?
Franklin Hernandez-Castro:
Artistas como Filippo Brunelleschi, además de arquitecto, orfebre, escultor, diseñaba con tal dominio de la matemática, que influyó sustancialmente en la solución de la ingeniería constructiva que aplicó al Duomo de Santa María de las Flores de Florencia, Italia. Brunelleschi diseñó la grúa para subir los materiales al sitio, con mecanismos de fuelles impresionantes por el accionar de su diseño, accionar que deriva del amplio conocimiento de física mecánica e ingeniería, aplicado a las condiciones estructurales de una arquitectura que venía edificándose desde tiempos del Alto Gótico con Arnulfo Di Cambio; lo condujo a investigar cómo los romanos habían resuelto la construcción de la cúpula del Pantheón, considerando distintas mezclas adecuadas a cada nivel: las primeras eran pesadas y las superiores más livianas para no disparar el peso que soportaban los muros. Por otro lado, Brunelleschi fundamentó la teoría para que la perspectiva cónica tuviera su sintaxis -en consenso con otro de los teóricos de los sistemas de representación como Gianbattista Alberti-, estos aportes influyeron en un nuevo sentido que se reflejó en la representación espacial de la pintura del Renacimiento. Leonardo Da Vinci, fue otro ejemplo, también era ingeniero, físico, químico, él mismo hacía las pinturas con que pintaba sus cuadros y es reconocido por su pensamiento innovador que revolucionó la ciencia y la técnica de esas épocas.

LFQ: Comprendo el trasfondo histórico, pero por lo general lo observamos solo desde la visión del arte y no sopesamos los aportes de la ciencia y la técnica. ¿Carecemos en la actualidad de elementos integradores?
FH:
Sucede, que lo observemos por separado. Ellos, más que artistas, fueron ingeniosos inventores de mecanismos y lo hicieron con experiencia y profundos conocimientos sobre materiales y sistemas constructivos. Todo ese bagaje se perdió en el siglo XX, quizás por resentimientos de los mismos diseñadores y arquitectos delante del ingenio demostrado durante la Revolución Industrial para generar modelos innovadores, acordes con la técnica y tecnología de entonces. Imagina el impacto que sufrieron los pintores de esa época ante la invención de la cámara fotográfica y más adelante el cine, pero también la locomotora, los primeros autos y otras invenciones que animaron el llamado “Siglo de las luces”.

LFQ. ¿Cómo deduces el conflicto, en esa perspectiva?
FH:
Las profesiones relacionadas al arte, diseño y arquitectura perdieron ese bagaje que caracterizó a los artistas de antaño; es sensible sobre todo en arte: Los artistas no poseen experticia, su capacidad y la calidad de sus propuestas parecen estar vacías; se aprecia en galerías y museos obras sostenidas en flaquezas técnicas y escuálidos conceptos; ellos deberían aprender de tecnología, química, física, procesos de producción, para que puedan discernir cómo hacer funcionar sus piezas en un binomio entre el concepto y el cuerpo de la obra. Los individuos creativos en la actualidad, si quieren adecuarse a los nuevos lenguajes visuales, necesitan del soporte tecnológico que mitigue sus vacíos de conocimiento y dominio técnico; esas carencias de formación también se proyectan en el arquitecto y el diseñador, pues la innovación debe nacer de la sustancia misma que es de orden material y no de simple apariencia.

Doctor Diseñador Franklin Hernández-Castro imparte una de sus lecciones. Fotos cortesía del diseñador

LFQ: Hablemos del diseño para el futuro ¿Seguirá siendo la computación el disparador?
FH:
Hoy en día, la computación marca el futuro: se habla de diseño para la información: La sociedad de la información está apenas en gestación. Suscita un cambio similar al experimentado por la adopción de los tipos móviles en la imprenta de Gutemberg, pero con un valor exponencial a la mil, para ponernos en capacidad de traducir el conocimiento a la medida de lo virtual. El diseño para el futuro debe pasar toda la acumulación de información existente a lo virtual, y eso plantea situaciones de cambio muy fuertes, el diseño virtual requiere de su propia experticia y con ello lenguaje.
Hace ya más de un siglo que nació el séptimo arte, la cinematografía, y aun seguimos esperando el octavo. En medio de este florecimiento de capacidades y técnicas el diseñador debería impactar en ese universo virtual que permanece virgen. El arte, diseño y arquitectura tienen que llegar a un punto de quiebre.

LFQ: ¿Por qué el Good Design ya no es más el lenguaje diferenciador?
FH:
Aquella tendencia europea de post guerra, que se maduró a partir de los años 60 del siglo pasado, sirvió a Europa para insertar conceptos de calidad y poner en los terrenos del mercado la cultura como agente diferenciador, esa cultura de la calidad y del buen diseño no la ofrecían los competidores -los gringos-, pero eso funcionó hasta finales de los años 80. A partir de los noventas, con la entrada de los mercados globalizados e internet, el Good Design dejó de catapultar al producto y al diseño, en este nuevo escenario la mayoría de los consumidores tienen acceso a productos de buen diseño a muy bajo precio en su tienda local, o por compra en internet.

LFQ: ¿Cuáles son los paradigmas postmodernos?
FH:
Dar solución a la sobrevivencia de la sociedad. El petróleo se acaba en 20 años, todo colapsará. Es oportuno preguntarnos ¿qué hacemos los diseñadores ante la crisis energética? El paradigma central, como se dijo, debe ser la sobrevivencia y resolver el estado crítico en que se vive hoy. Cabe sumar preguntas como ¿qué hacemos los diseñadores por el calentamiento global, por las pandemias, por la inseguridad urbana? La verdad es que aún no somos capaces de responder a nada.

LFQ: Tú hablas de reinventar procesos, ¿qué ideas y referentes citar?
FH:
Diseñar para el futuro debe incidir, por ejemplo, en “conceptos de transporte”, no diseñar un auto más que se mueva en una ciudad colapsada, donde sólo se requiere el diez por ciento de sus capacidades -ejemplo los 4×4. Debemos dar sentido a la democratización de los medios de transporte, pensar en la infraestructura para dar soluciones factibles a los problemas de las autopistas, los parqueos, la contaminación visual, sónica y ambiental que repercute en el calentamiento global y los desastres naturales.
El concepto actual no funciona, los diseñadores somos responsables de tener que enfrentar de manera inteligente ese desasosiego de la urbe actual para proceder a pensarla para el futuro, cuyas soluciones deberían darse desde ya.
Los grandes diseñadores y arquitectos visionarios actuales tienen conocimientos de la ingeniería, civil, mecánica, de procesos, hablo de un Norman Foster que ideó el Viaducto de Millau en Francia (el más alto del planeta), quizás un Santiago Calatrava, un Frank Gehry, un Tadao Ando, que demuestran poseer experticia y dominio de la tecnología.

LFQ: ¿Cuál sería la sustancia a observar para el diseño del siglo XXI?
FH:
Si podemos ahorrar mas energía, impactar la sociedad produciendo mayor empleo que requiera otras capacidades y talentos humanos, que nos permita reinventarnos, ahorrar gasolina, y quizás un producto que aunque no sea bonito, pero que funcione; entonces el diseño tal y como lo conocimos en el siglo XX ya no es factible, debe ser mas riguroso, conducir a resolver los grandes retos del postmodernismo, que no son los mismos del pasado.

LFQ: ¿Puedes concretar la naturaleza de esos retos?
FH:
Hablo de afrontar los asuntos de las energías, de la generación del trabajo, del impacto ecológico, del sentido de calidad para acrecentar el nivel de vida.

LFQ: ¿Cuáles son esas flaquezas de la sociedad, a impactar por el diseño?
FH:
A pesar del desarrollo actual, existe una gran masa humana desprovista, por ello hay tanta delincuencia, necesidades sociales sobre todo de habitación, infraestructura, medicina, mayores empleos y regeneración de riquezas, así como una explotación respetuosa y tolerante de los recursos de la naturaleza.

LFQ: ¿Qué estrategias vislumbrar?
FH:
Desarrollo personal, calidad de vida, que ocurra una respuesta inteligente, para que vivamos bien, con confort y sobre todo seguridad.
¿Cómo puede ser que sigamos construyendo edificios con aire acondicionado cuando se pueden solventar con diseño adecuado al clima?
No podemos ser tan ligeros de frente a otros campos del conocimiento; artistas, diseñadores, arquitectos, requieren poseer más conocimientos técnicos, conocer de física, termodinámica, materiales, química, producción. Darle a la gente las herramientas para que sea autodidacta en lo que necesita para desarrollarse. Hay que hablar de desarrollo pensando en uno mismo como persona.

LFQ: ¿Qué ejemplos pueden contribuir a clarificarlas?
FH:
Los grandes inventos en la historia de la humanidad cambiaron la vida de todos. Hoy se habla mucho de cómo Steve Jobs, desde un garaje creo el input que conquistó la tecnología y cambió la vida de todos: actuar sobre los procesos, los ingenieros creen que no se puede hacer, pero el diseñador tiene que demostrar cuál es la ruta para llegar a la innovación. El diseñador piensa en el proceso, quizá, como dije, no importa si el producto es bonito pero debe ser eficiente y funcional, ya nos cansamos de productos que pronto serán basura, de ello hay demasiados ejemplos.

LFQ: Franklin Hernández-Castro expresa que “él no está de acuerdo con que la economía crezca”, eso es cierto, porque el crecimiento es circunstancial y ocurre solo para unos pocos; lo que se necesita es incrementar los procesos de administración para que las riquezas fluyan hacia todos. Esto es estratégico para generar mayores empleos, seguridad, salud, educación, esparcimiento, necesitamos una reingeniería del estado actual, bajo la óptica y pensamiento de diseño.


A manera de reflexión final sobre estos tópicos de la educación y el diseño abordados en esta entrevista con el Doctor Franklin Hernández-Castro, él expresa que en la sociedad de la (in)formación, hay un trasfondo que se sustenta en la experticia del profesional, en el talento de hacer, y de proyectar con calidad; no es suficiente solo el concepto, requiere de un manejo superior en términos de técnica y tecnología. Concuerdo con él en que nos hemos desvelado tanto por lo conceptual, que perdimos el dominio del hacer.
A manera de demostración nos presenta algunos ejercicios de la didáctica actual de la escuela que él dirige en el Tec (ITCR) y en la Hochuschule Für Gestaltung Schwäbisch Gmünd de Alemania donde imparte sus cursos, tienen que ver con animaciones computarizadas, con lenguaje de la virtualidad, que nos sorprenden por el carácter y dominio de tecnología. Ahora nos toca a los diseñadores ofrecer la sintaxis, el lenguaje, el sentido al diseño de dicho producto tecnológico para que tengamos un mañana promisorio, al observar las fortalezas del pretérito, sobre todo cuando expone su contribución al presente, lo redimensiona y nos estimula a reinventarnos.
 

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