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‘Retratos Inconclusos Policiales’ de José Alberto Hernández

Las Salas 3 y 4 del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) de San José, Costa Rica, se convirtieron en escenario de indagación para la obra creativa del fotógrafo y diseñador costarricense José Alberto Hernández. Aunque contaba con antecedentes de esta muestra –investigué en la web del museo–, me impactó entrar a oscuras, sin la acostumbrada iluminación de un museo de arte; sólo habían unas cuantas lámparas con sus cables regados por el piso, de esas que alumbran cuando se cava, se abren fosas, o se escruta entre capas de registros (des)cubiertos en un sitio donde se cometió un crimen.

Tal vez fui uno de los primeros en ingresar –era el momento de la apertura, dentro de un itinerario que marcaba varios puntos en el centro de la ciudad para visitar el circuito de museos capitalinos–, de inmediato, en el túnel de mi memoria se encendieron los recuerdos de cuando años atrás visité el penal abandonado de la Isla de San Lucas, en el golfo de Nicoya del Pacífico; u otra inspección a las ruinas de la antigua Penitenciaría Central, antes de que fuera recuperada su añosa edificación para convertirla en el actual Museo de los Niños.

Vistas de las salas de exhibición de R.I.P. de José Alberto Hernández. Abril 2011. Fotos cortesía del MADC.

La idea de dejar en manos del visitante el poder manipular las lámparas, encenderlas, apagarlas, desplazarlas, fue una magnífica estrategia suya de intervención del espacio museístico para sumar a la tensión temática tratada, para llevar “luz” hasta aquellos retratos de gran formato, o dar lumbre a las profundas y estrechas oscuridades del crimen, cual si fuera una indagación policial rastreando registros, métricas, huellas, territorialidades, estratificaciones donde cifrar y comprender el enigma de aquellos rostros velados, borrosos, (de)formados por el recurso de la creación de la imagen.

INVENTARIO. Armas decomisadas, Organismo Investigación Judicial CR. Fotografía película blanco y negro sobre papel metálico (1.5 x 1 m) Año: 2006-2007. ObeliskWDC, Instalación y cartel. Año: 2006-2007

En ese preciso instante se disparó en la “caja” de mis evocaciones e interpretaciones de la obra de arte, aquella otra gran Serie de José Alberto, titulada Inventario, de su muestra Metodología 2007 (Armas decomisadas por el Organismo de Investigación Judicial), también expuesta en el MADC, para ser parte de esa escena donde sentir el fuego de la propuesta y abrir el flujo de los significados que como vectores cruzan el espacio de las salas.

El artista explica en el catálogo de la exposición: Cada (anti)retrato de la serie R.I.P. pertenece a un delincuente reincidente que ha sido capturado por la policía en múltiples ocasiones por varios delitos, pero que finalmente son liberados de manera casi inmediata. Cada uno de ellos es identificado por las siglas de su nombre y la cantidad de detenciones-arrestos por la que ha pasado.

R.E.L. (31) -23 arrestos desde el 2001. Serie R.I.P. -Retratos Inconclusos Policiales-. (2005-2010). 100 x 150 cm. Cromogénica a color. Fotografía cortesía del artista.

J.M.C. (29) -8 arrestos desde el 2003. Serie R.I.P. -Retratos Inconclusos Policiales-. (2005-2010). Díptico: 69 x 102cm c/u. Cromogénica a color. Fotografía cortesía del artista.

Pero de pronto –vuelvo a la crónica de mi visita a MADC–, me percaté que no estaba escudriñando cárceles visitadas hace ya muchos años, destapando grafitis y anotaciones en sus murallas como si fueran palimpsestos que avivan la imaginación, sino que me encontraba en la ciudad misma, en el corazón de nuestra capital, en el Centro Nacional de Cultura (sede del MADC), y sentí engatillar en la zona retiniana mi mirada hacia aquellas otras miradas desdibujadas, observándome yo mismo en ellas, en un lapso de confusión existencial, cuando uno no sabe si es víctima, testigo, o cómplice o investigado. Ahí se comprende el poder de la imagen de estimulación emocional hacia el receptor del mensaje, quien se sume en una reflexión acerca de lo visto que lo acrecienta pero que a veces también lo agrede.

Al lado F.M.A. (35) -8 arrestos desde el 2002. Serie R.I.P. -Retratos Inconclusos Policiales-
(2005-2010). 100 x 150 cm. Cromogénica a color. Fotografía cortesía del artista.

Repito, recordé estar en la ciudad, engullido por esa trama de contradicciones, como decía en el siglo pasado el sociólogo alemán Alexander Mitscherlich: “instigadora a la discordia”, detonante de la degradación social, de la criminalidad que demuestra astucia, juego salvaje, sin perder la dosis de ambiguo erotismo que poseen sus armas: la bala, cualquiera que sea su calibre, es un símbolo penetrante, erótico si se quiere, pero que hiere y/o mata. No puedo tampoco hacer a un lado en mis recuerdos su cartel ObeliskWDC –expuesto en el Premio Nacional de Diseño Morphogénesis 2009, MADC–, donde Hernández centró una enorme bala blanca, ese objeto exquisitamente minimalista, de simetría pura, que se vuelve ícono de los procesos de criminalidad que envuelven a las ciudades doblegadas hoy día por las intenciones perversas del crimen organizado.

Hojas de contactos fotográficos de la Serie R.I.P. de José Alberto Hernández. Foto cortesía del artista.

Estos grandes retratos de delincuentes que como roedores serpentean en las venas y arterias de los centros urbanos, cargando su trazado de incertidumbre, están realizadas por un procedimiento técnico también impresionante, en tanto no se trata de impresiones digitales si no de película y papel fotográfico revelado con altísima calidad. José Alberto Hernández vuelve a demostrar el manejo de una técnica y tecnología con rigor, tanto como la fuerza conceptual que detona en su obra desde sus inicios, que fluye entre la porosidad que bordea la vida y la muerte.

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