Andy Warhol: el diseñador que se eternizó en el artista. 90 años de creatividad

Andy Warhol: el diseñador que se eternizó en el artista

Feliz cumpleaños Andy

A 90 años del nacimiento de unos de los personajes más relevantes de la cultura contemporánea, Experimenta rinde tributo a través de este artículo, no solo a su inconmensurable legado artístico, sino también a su aporte menos conocido, el realizado en el ámbito del diseño. Feliz cumpleaños Andy.

Entre el diseño y el arte

Siendo todavía Andrew Warhola y mucho antes de ser considerado uno de los mayores referentes del arte pop, Warhol logró ser reconocido como diseñador gráfico e ilustrador de prestigiosas marcas. En la búsqueda de su estilo propio, el multifacético artista —que en agosto habría cumplido 90 años— ayudó a desdibujar las fronteras entre el diseño y el arte, abriendo camino a nuevas formas de interpretar ambas disciplinas.

Andy Warhol: el diseñador que se eternizó en el artista. 90 años de creatividad
Andy Warhol: el diseñador que se eternizó en el artista. 90 años de creatividad

Un diseñador en la gran manzana

Nacido el 6 de agosto de 1928 en Pensilvania (EE. UU.), Andrew Warhola se graduó como diseñador comercial en la escuela de Arte de Pittsburgh y en 1949, con apenas 20 años, se mudó a Nueva York. La explosión de la industria publicitaria en la gran manzana creó un ambiente altamente estimulante para el joven diseñador y su romance con la ciudad se extendería durante toda su vida. Allí, adoptó el apellido Warhol, cuando la revista Glamour, por error, publicó su ilustración para el artículo Success is a Job en agosto de 1949. Importantes firmas como Columbia Records, Harper’s Bazaar o Vogue se interesaron por su trabajo. Su sello personal ya tenía, por entonces, un toque caprichoso y lúdico que hacía que sus dibujos resultaran especialmente atractivos para las marcas.

Una técnica propia

En esta primera etapa, el artista fue reconocido por sus dibujos de línea manchada (blotted line), técnica que combinó el dibujo con la impresión y que consistía en tomar un dibujo, repasarlo con tinta y colocar otro papel encima para copiarlo. El dibujo que quedaba marcado en el segundo papel era utilizado como el original. Esta técnica le permitió al diseñador crear múltiples ilustraciones y realizar rápidamente cambios de color o composición a pedido del cliente. Warhol supo priorizar la creatividad por sobre la habilidad técnica, por lo que no era extraño hallar manchas e imperfecciones en sus trabajos. Además, durante este período de definición de un estilo propio, el joven profesional contó también con la colaboración de su madre, Julia Warhola; quien con su delicada caligrafía participó en muchas de las producciones de su hijo. Julia llegó incluso a recibir un premio por su aporte en la portada del álbum del músico Moondog, The Story of Moondog.

Zapatos, temáticas y algo más

Los niños, las portadas de los álbumes, la moda femenina y, muy especialmente, los zapatos, dominaron la temática en los trabajos de Warhol durante la década de 1950. El cuerpo más grande de ilustraciones comerciales del artista fue producido para el fabricante de calzado femenino I. Miller & Sons y utilizado para publicidades de gran tamaño, que aparecieron semanalmente en The New York Times. Por entonces, además, Warhol llegó a crear un libro para celebrar el rol central que este elemento tenía en su trabajo. Allí, bajo el título A La Recherche Du Shoe Perdu (En busca del zapato perdido), compiló dibujos que fueron pintado a mano por él y sus amigos, y fueron acompañados de ingeniosos pensamientos, transcritos con la caligrafía de su madre. Los textos solían basarse en frases popularmente reconocidas, e incluso el título de la obra ironizaba con la famosa novela de Proust En busca del tiempo perdido. Años después, convertido en artista, Warhol retomaría también la temática del calzado.

La transgresión, un sello propio

Famosas portadas como la del álbum The Velvet Underground & Nico  (1967), o Sticky fingers de The Rolling Stone (1971) mostraron a un Warhol en la cresta de la ola. Para ilustrar la primera, utilizó la imagen de una banana, cuya cáscara adhesiva podía despegarse, mostrando en su interior un símbolo fálico de color rosa. La provocadora iniciativa causó tal escándalo que acabó siendo censurada. Y, en el segundo caso, utilizó la fotografía de unos ajustados pantalones vaqueros a los que añadió una cremallera real, que al bajarse dejaba ver la imagen de un bóxer. En España, la portada fue censurada por el régimen de Franco y reemplazada por otra. Ambos trabajos ilustran una de las etapas más vanguardistas y transgresoras de Warhol como diseñador. Músicos de todo el mundo, desde Aretha Franklin hasta Miguel Bosé, quisieron tener una portada del artista.

Andy Warhol: el diseñador que se eternizó en el artista. 90 años de creatividad
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Un salvoconducto a la fama

Se podría pensar que la primera etapa del trabajo de Warhol en el diseño y la ilustración fue como un laboratorio de técnicas y estrategias que prepararon la llegada del Warhol artista. Y si bien es posible encontrar una línea de continuidad entre las obras de aquellos años y el estilo que más tarde lo haría famoso, el ilustrador de esos primeros años pareció ser un profesional mucho más metódico y estudioso, que absorbió con avidez las tendencias, las temáticas y las novedades de su tiempo. En el afán de encontrar un estilo que le valiera el reconocimiento como artista, durante los años 50, Andy Warhol fue armándose de un amplio archivo de imágenes y materiales. Y fue, finalmente, en los 60 cuando halló el salvoconducto que le permitió ingresar en las Bellas Artes sin necesidad de abandonar completamente el diseño.

El artista

La capacidad de Warhol para interpretar la omnipresencia del consumo, de la producción en masa y de los medios de comunicación en la sociedad estadounidense de la posguerra fue lo que lo convirtió en un verdadero ícono de la escena neoyorquina de la época. La primera exposición de una obra del artista, a sus 34 años, fue una representación de 32 latas de sopa Campbell expuesta en la galería Ferus de Los Ángeles. La obra, que despertó fuertes críticas, marcó el debut del arte pop en la costa oeste de los Estados Unidos. Años después, Andy Warhol llegó a ser considerado padre de este movimiento y sus obras representaron algunos de los aspectos centrales del mismo, como la obsesión por las celebridades, la repetición, la publicidad y la utilización de imágenes provenientes de otras áreas de la cultura dominante.

Andy Warhol: el diseñador que se eternizó en el artista. 90 años de creatividad
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La desconexión

El uso de máquinas y la producción en masa también fueron clave para Warhol, reflejando con su trabajo una lógica propia de la producción industrial, que buscaba desvincular al artista de su obra. Ese sentido tuvo también la decisión de utilizar colores basados únicamente en esquemas y sin referencia alguna a emociones o sensaciones concretas. Así, como si de una cadena de montaje se tratara, Warhol solía contratar asistentes que le ayudaban a producir varias versiones de sus cuadros. Y fue por todas estas características que su estudio de arte recibió el nombre de The Factory (La Fábrica) y su obra contribuyó a difuminar las fronteras entre el diseño comercial y las bellas artes.

Filosofía Warhol

Si bien los trabajos del joven diseñador de la década de 1950 tienen poco en común con los de la aclamada figura del arte pop de los años siguientes; por aquel entonces, sus estudios y una siempre viva intuición comercial fijaron en Warhol una sólida base visual y estética, que incluyó definitivamente a lo largo de toda su carrera artística. Sus obras posteriores llaman a una reflexión casi obligada: Todo puede ser consumido, desde las celebridades o los objetos de la vida diaria, hasta las imágenes de muerte y horror. Él supo representar así su época, con la misma frialdad y superficialidad con que los medios de comunicación masiva traducen la realidad. Y con una mirada aguzada y fiel a su tiempo, Andy Warhol también fue capaz de convertirlo todo en una obra de arte lista para consumir.

NOTA: Andy Warhol: el diseñador que se eternizó en el artista, es un artículo escrito por Joselina Berraz publicado en el número 79 de Experimenta. Puedes conseguir este número y muchos más en nuestra tienda online.

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