40 años de Diseño en la Escuela de Arte y Superior de Cerámica de Manises

Un Any de Cent 1916-2016

En 2016, la Escuela de arte y Superior de Cerámica de Manises (Valencia), celebró sus 100 años como institución docente especializada en el ámbito de la cerámica. Hecho que acaba de conmemorar con la presentación de su libro, Un Any de Cent 1916_2016, presentado el pasado día 28 de septiembre en el Centro Cultural de La Nau de l´Universitat de València. Sin embargo, este 2017 la Escuela sigue de celebración, con el 40 aniversario de la inclusión del concepto Diseño en su plan de estudios. Concretamente fueron los miembros del equipo directivo, quienes tras realizar un viaje por diversos centros cerámicos europeos como Faenza (Italia), Limoges (Francia), y Selb (Alemania), entre otros, decidieron que era necesario: introducir un nuevo actor en escena: al diseñador. Una idea que a partir de entonces,  se introduciría paulatinamente en las diferentes materias impartidas por la Escuela, y no fue hasta el año 2000 cuando se realizó su inclusión total y oficial, al producirse un cambio de plan de estudios, y con ello la creación de asignaturas específicas como la de, Diseño Industrial Cerámico.

Diseño + Cerámica

Durante la década de los 80 y el coetáneo boom del diseño, la industria de la cerámica comenzaba a contar con la labor de un diseñador en su proceso productivo y creativo.  Un ejemplo de ello es Javier Mariscal, quien en aquellos momentos trabajaba para importantes empresas del sector como Pamesa o Porcelanas Bidasoa, al mismo tiempo que desde la firma Adex comenzaron a contar con el talento creativo de profesionales como el diseñador de moda Francis Montesinos o el pintor Guillermo Perez Villalta para el diseño de sus azulejos. Asímismmo, y Aprovechando el tirón del binomio diseño+cerámica, en la escuela tomaron como referencia la metodología docente de la Bauhaus, al crear un equipo de trabajo compuesto por un profesor y tres maestros de taller. Metodología que les permitió establecer colaboraciones con empresas del sector como SANBO, e incluso con entidades como la ONCE, con el claro objetivo de hacer realidad los proyectos desarrollados por los alumnos.

Sin embargo, el mencionado binomio no llegó demasiado lejos en el tiempo debido a la evidente reticencia, por parte del sector más artesanal de la cerámica, con respecto al valor que el diseño les podía aportar. Hecho que lejos de ser algo positivo para el crecimiento empresarial de la cerámica, fue una de las principales causas de desaparición de una gran cantidad de pequeños y medianos talleres radicados en la población de Manises y alrededores.

Años 90

A pesar de todo ello, durante los años 90 algunos alumnos de la escuela realizaron una serie de proyectos que han quedado para la memoria histórica de la Escuela, al poder ver reflejado en ellos el momento que se estaba viviendo. Entre ellos el proyecto desarrollado en 1992 por un grupo de alumnos que consta de una serie de Cuencos producidos en porcelana blanca posteriormente coloreada, mediante el proceso de colada de barbotina de porcelana en moldes de escayola.  Piezas sencillas a la par que elegantes cuyo perfil formal toma como referencia la tendencia desarrollada en aquellos años, en Inglaterra y los Países Nórdicos, de introducir en el servicio de mesa piezas capaces de aislar/conservar el calor de los utensilios principales.

A unos años más tarde, concretamente de 1998, pertenece el juego de café Marta, un proyecto desarrollado en equipo y realizado en porcelana blanca, también mediante la colada de barbotina en moldes de escayola. Un juego compuesto por piezas de perfil formal dibujado por formas geométricas simples, como la esfera,  de cuya curvilínea nacen los diferentes elementos necesarios para la perfecta funcionalidad del conjunto, asa, base, bocas, etcétera.

Juego de Café Marta, proyecto de la Escuela de arte y Superior de Cerámica de Manises, 1998

El siglo XXI y los cambios de Planes Docentes

Con el cambio de siglo tuvo lugar el mencionado cambio de plan docente de la Escuela, de manera oficial. Hecho que provocó la unión de las dos titulaciones hasta entonces activas, y el cambio de nombre de la escuela a: Escola Superior de Ceràmica de Manises. Cambio docente que provocó cambios sustanciales en el modelo educativo impartido hasta el momento.

El inicio del nuevo milenio, también trajo consigo un periodo pleno de cambios tanto tecnológicos como de tendencias estéticas a los que escuela no dudo ni un momento, en sumergirse de lleno. Uno de ellos es la incorporación de la impresora 3D como proceso de fabricación, principalmente, de pequeños componentes habitualmente realizados por las manos del artesano. A ello debemos sumar, el surgimiento de nuevos ámbitos de aplicación del diseño como lo fue y lo sigue siendo, el  ámbito de la gastronomía. Ámbito en constante desarrollo y evolución para el que varios alumnos desarrollan diferentes proyectos. Como es el caso de Cristina Ferrer quien en el año 2000 ideó y desarrolló el proyecto WU, compuesto por una serie de cinco recipientes polivalentes destinados a un uso regular en el ámbito de la alta cocina. Piezas de perfil suave y sencillo, realizadas en porcelana blanca a 1260º e inspiradas en la cultura Zen, caracterizadas por el detalle cromático de su superficie realizado con calcas de colores vitrificables de alta temperatura.

 Ya en 2010, la Escuela sufrió un nuevo cambio de Plan de Estudios, en el que si bien el concepto del diseño ganó espacio y  logró establecer vínculos profesionales con diferentes empresas del sector cerámico y subyacentes, tales como Esmaltaglass, Coloresmalt, Adex, Akellarre, etcétera, en este cambio la titulación final sigue sin tener el nombre de “Grado”, generando un importante nivel de desconfianza entre los posibles estudiantes, y en consecuencia, un eminente descenso en el número de matrículas que se agrava con el crisis económica del país.

Cuencos WU, proyecto de la Escuela de arte y Superior de Cerámica de Manises, 2000

Artesanía High-Tech

Marco político y docente, convulso y complicado, en el que desde la Escuela se sigue trabajando por recuperar su valor como institución docente dedicada exclusivamente al sector de la cerámica, capaz de adaptarse a los avances tecnológicos y sociales, para posicionarse e individualizarse en su particular mercado formativo.  Un ejemplo de ellos es la valoración proyectual del concepto artesanía high-tech: «El concepto artesanía high-tech busca solucionar un problema derivado del descredito de la producción industrial masiva y sus consecuencias sociales y medioambientales y a la importación incontrolada de productos cerámicos de países donde los derechos laborales no existen”.

Contexto en el que se hallan los proyectos desarrollados por la ceramista Susana Gutiérrez, como el plato de postre Nahås diseñado como una pieza única y cautivadora, resultado de la investigación llevada a cabo por su creativa al explorar las posibilidades de los nuevos materiales y las últimas tecnologías en el ámbito de la cerámica. Una pieza impresa en microescayola aglutinada con cianocrilato e ideada para ser producida a partir de un molde de escayola utilizando colada de barbotina de porcelana, haciendo uso de la impresión 3D para el modelo y la silicona para la producción de las matrices necesarias para reproducir la pieza en serie.

Por ultimo, cabe hacer hincapié en el hecho de que la impresión 3D no es la panacea que va a salvar a la cerámica de todos los males, si no que sencillamente, se trata de una herramienta complementaria que abarata costes en aquellos procesos que realizados a mano pueden durar días. Una herramienta pensada, por su rapidez, para crear objetos cerámicos personalizados y producidos en series cortas a un coste razonable.

Plato de postre realizado en impresora 3D, proyecto de la Escuela de arte y Superior de Cerámica de Manises, 2015

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