«Colaborar con artesanos para dar vida a nuestras piezas no sólo es un proceso profundamente satisfactorio, sino una fuente de plenitud creativa y personal».
“Esto no me hace daño a mí. Esto no le hace daño al medio ambiente. Esto no le hace daño a nadie”, es el mantra que guía y nombra el trabajo del estudio guatemalteco Nada Duele formado por Giselle MacDonald y Mariano Orellana.
“Trabajamos mano a mano con maestros artesanos en Guatemala para dar vida a objetos funcionales que honran el oficio tradicional, al mismo tiempo que fomentan la preservación de estas prácticas y generan empleo en la región. Nuestra filosofía se basa en una producción ética y sostenible que no cause daño a nadie ni a nada, un principio que da origen a nuestro nombre. Este mantra guía cada decisión que tomamos en la creación y distribución de nuestros productos. Si algo responde con un «sí» a cualquiera de estas preguntas, simplemente no lo hacemos. Así de sencillo”, detallan.
Además, como parte de este colectivo de jóvenes que apuestan actualmente sobre todo en Latinoamérica al binomio diseño y artesanía, con cada producto buscan narrar el patrimonio natural y cultural de su país. Desde la cristalería de vidrio soplado reciclado hasta alfombras y cojines de lana, pasando por artefactos de piedra y hierro forjado. Así entre sus piezas más icónicas se encuentran el Pōhaku, un florero de vidrio soplado reciclado fundido sobre piedra natural (esteatita, piedra volcánica, mármol y serpentina). Sus alfombras y las copas Galia”.
“Guatemala es un país extraordinariamente rico en recursos naturales, paisajes, materiales, cultura, historias, y tradiciones artesanales, además de contar con una comunidad de artesanos sumamente talentosos. Este entorno, lleno de inspiración, nos impulsa a crear. Desde la majestuosidad del Volcán de Agua hasta la vibrante energía de los mercados locales, donde convergen artesanías, flores, y especias, cada rincón de nuestra tierra nos motiva a diseñar. Colaborar con artesanos para dar vida a nuestras piezas no sólo es un proceso profundamente satisfactorio, sino una fuente de plenitud creativa y personal. Nos apasiona el trabajo conjunto, la fusión de ideas, y el respeto mutuo que surge de esta colaboración, donde diseño contemporáneo y técnicas artesanales se encuentran en armonía.
Aunque Guatemala no ha sido tradicionalmente reconocida por su diseño, hemos visto un cambio significativo en la última década. Este auge es resultado, en gran medida, de proyectos que valoran y promueven la artesanía local dentro de un contexto de diseño contemporáneo. Nos enorgullece ser parte de este movimiento, contribuyendo al crecimiento y la apreciación de nuestras tradiciones, materiales, y cultura. A través de nuestra labor, buscamos aportar de manera auténtica y sostenible al desarrollo creativo y económico de nuestro país”, nos cuentan.
Porque además, a la hora de consultarlos sobre las técnicas y materiales más icónicos de Guatemala, la lista es larga: “Guatemala es un país con un rico legado artesanal, donde técnicas ancestrales y materiales locales se combinan para dar vida a piezas únicas llenas de historia y tradición. En el ámbito textil, destacan el tejido en telar de cintura y el telar de pie, ambos empleados por comunidades indígenas para crear obras llenas de color y simbolismo. El telar de cintura, símbolo icónico de la tradición maya, expresa narrativas y la identidad cultural de cada región a través de sus patrones, mientras que el telar de pie permite elaborar piezas de mayor escala como mantas, ponchos y alfombras de lana.
El uso de fibras naturales es otro aspecto esencial del patrimonio artesanal, como las alfombras de petate tejidas con fibras de palma. La cerámica de barro rojo de Chinautla y la talla en piedra, que abarca jade y piedra volcánica, representan otras expresiones artísticas tradicionales. Los materiales emblemáticos incluyen algodón natural en tonos crudo y marrón, lana de ovejas de Huehuetenango, barro rojo y diversas fibras vegetales para cestería. El jade, venerado en la cosmovisión maya, también es fundamental en la herencia cultural del país. Estas prácticas han sido perfeccionadas a lo largo de generaciones”, señalan.














