La columna de Joan Costa en Experimenta. Hoy: Info-grafía

La columna de Joan Costa en Experimenta. Hoy: Aprendiendo de Einstein

“Si no puedo dibujarlo es que no lo entendí”. Pequeña confesión de un gran genio.

Está clarísimo. Cuando él dice que no entendió se refiere a la mente, al entendimiento, algo que éste anda buscando. Es la capacidad de comprender alguna cosa que da vueltas por la cabeza.

Es obvio que Einstein no está hablando de memoria visual. Habría dicho no recordar en vez de “no entender”. Lo que uno recuerda (o no) es lo ya visto y sabido. Einstein estaba pensando en algo nuevo, que todavía no tenía claro.

Lo que recordamos es fácil dibujarlo. Todo el mundo sabe dibujar una silla con tres trazos o un árbol con un palo y una nube encima. Hemos visto tantas sillas y árboles que la memoria los simplifica (es ahorradora de energía biológica) y retiene solo lo esencial. Lo reduce a esquemas (la mente es inteligente).

Para dibujar así lo que uno recuerda no hace falta ser muy hábil ni hay que añadir detalles (la memoria los suprime). También los niños dibujan así. 

Y de este modo las cosas se fijan en su mente. Y aprenden a entender.

La primera lección que Einstein nos recuerda es que lo que no tienes claro en la cabeza no lo podrás explicar, ni escribir ni dibujar. O lo harás mal.

Entonces podemos pasar a otra cuestión. ¿Por qué quería dibujarlo? Si no lo entendía podía seguir dándole vueltas hasta entenderlo. Pero él se para. Piensa. Y quiere dibujarlo. ¡Para verlo! Somos visuales, y la evidencia de unos trazos sobre el papel es una realidad. A la vez que el embrión de la idea se muestra tal cual es en este momento, esos trazos estimulan las neuronas y se establece un circuito en feedback muy productivo. Es el “sistema retinex” (retina y córtex cerebral) donde están las neuronas que asocian las ideas y activan el acto motor, el acto gráfico.

La mente da la orden. La mano obedece. El ojo lo guía. Pero la mente y el ojo piensan conjuntamente. Y la mano sigue, tacha, rectifica, cambia de dirección al dictado del cerebro y bajo el control del ojo. Ambos, al mismo tiempo juzgan. Y avanzan. Vamos entendiendo.

Así se desarrollan y progresan las ideas en este circuito creativo “mente-mano-ojo” que se realimenta a sí mismo. Con la visualización de la idea podrás también comunicarla.

Esto es pensamiento complejo. Que es esquemático. Precisamente para dominar la complejidad del mundo.

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