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Cradle to Cradle

He tenido ocasión de ver el documental Cradle to Cradle y la idea esencial se resume en que hay que rediseñar la forma en que hacemos las cosas.

Se parte de un hecho fundamental: en la naturaleza no hay desperdicio y no hay contaminación. ¿Cómo se puede mantener el ritmo de consumo actual sin perjudicar el medio ambiente? La esencia es que no habría problemas si creásemos técnicas de producción eficaces y que no produjesen residuos. Para conseguir esto necesitamos seguir el concepto Cradle to Cradle (en español, de cuna a la cuna). Este movimiento es obra del arquitecto y diseñador industrial William McDonough que desarrolló en colaboración con su socio, el químico alemán Michael Braungart.

La idea es sencilla: todos los materiales que utilicemos en fabricación deben ser nutrientes técnicos (representados por el ciclo azul) o nutrientes biológicos (el ciclo verde). Los nutrientes técnicos, como los plásticos, el cristal o los metales, se pueden reutilizar o reciclar. Sin embargo, los nutrientes biológicos, como la madera, el algodón o el corcho, se pueden compostar para convertirlos en abono natural.

Hoy en día la mayoría de las empresas no sólo deben tratar de reducir el daño medioambiental sino que tienen que renovarse y rediseñar los procesos de producción pensando en el ciclo total de vida del producto consiguiendo productos seguros para el medio ambiente y 100% reciclables.Los productos que cumplan estos requisitos tendrán una marca de certificación, Cradle to Cradle™ (C2C), y pueden ser tan variados como pinturas, materiales de construcción, mobiliario o incluso edificios enteros.

Actualmente empresas de la talla de Herman Miller, Ford, Ikea y Steelcase han empezado a colaborar con él.

Un ejemplo de producto con la certificación Cradle to Cradle Gold es la silla de oficina Think, de Steelcase. Ha sido diseñada respetando cada paso del ciclo de vida del producto. Por ejemplo, el 37 % de la silla está hecho de material ya reciclado; el 98 % es reciclable, y se puede desmontar en cinco minutos lo que facilita su reparación, e incrementa su duración.

El mismo libro Cradle to Cradle está impreso en papel sintético, hecho de resinas de plástico y otros materiales inorgánicos, simulando perfectamente el papel y además es resistente al agua. Por supuesto que también se puede reciclar depositándolo en el contenedor de envases. 

Debemos asegurarnos que la próxima Revolución Industrial sea verde y genere beneficios tanto para la gente como para el planeta.
 

3 opiniones en “Cradle to Cradle”

  1. Realmente interesante!! La verdad es que yo también espero que haya una revolución industrial verde. La verdad es que tengo ganas de saber más sobre el tema, buscaré el documental, gracias por el post.

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