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Juan Carlos Sanabria: Arquitectura, transformación y desafíos

Las experiencias que vivimos en la actualidad, implican variar actitudes, pensamientos, y en mayor medida a las profesiones creativas; se requieren espacios de discusión para el mejor entendimiento de los fenómenos sociales y culturales que nos impactan. La revolución de la Comunicación, demuestra efectividad, internet y las redes sociales mueven ese motor de cambio; para estar informado sobre un asunto que afecta a la sociedad, no hay que esperar a que se imprima un tabloide, o que se difunda en noticieros de radio y televisión, hoy es en tiempo real. El periodismo –por ejemplo-, se retroalimenta con insumos para la discusión por redes sociales, e incluso, abre encuestas que inciden en el impacto de cómo se brinda la noticia hoy en día.
Para este “post” en particular, inicio una serie de conversaciones con destacados profesionales e intelectuales, para abordar, entre otros temas, cómo se está reinventando la forma de ser de cada profesión. El arquitecto Juan Carlos Sanabria, director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad VERITAS, Costa Rica, asumió recientemente la dirección de la escuela de Diseño de Espacio Interno, aprovecho ese intersticio de reacomodo al frente de ambas escuelas, para conocer sus puntos de vista acerca de implicaciones como la educación de la arquitectura y el diseño delante de estos acontecimientos mundiales.
Juan Carlos Sanabria expresa que ante esta coyuntura estamos en un punto de quiebre, para él, en estas profesiones ya no estamos diseñando objetos, sillas, edificios, ambientes, espacios, sino “posibilidades de que algo ocurra”, donde la dimensión de dicho “algo” es inimaginable.

Sesión de trabajo del Arquitecto Juan CArlos Sanabria con Asesores y Profesores de la Escuela de Arquitectura, Universidad VERITAS, CostaRica.

LFQ: ¿Dónde queda puesto el diseño, y el arquitecto, como pensador, hacedor y autor del proyecto?
JCM:
Antes, el arquitecto, diseñaba un edificio donde tenía control del todo, ahora se diseñan ciertas estrategias que generen acercamientos para con la comunidad, o incluso podríamos llamarlos espacios de negociación.
Esta transformación conlleva incertidumbre, en la medida de que el arquitecto perdió la autoría. Él es el activador de un sistema que se comporta con independencia y lo que nos viene de vuelta –la retroalimentación-, que proviene de la comunidad, redimensiona el proyecto.

LFQ: Cuando observo hacia la historia, encuentro individuos activadores que tenían un dominio y sobre todo un pensamiento de diseño; como un Giotto, por ejemplo, pintor de los frescos de la Basílica de San Francisco de Asís y la Capilla Scrovegni en Padua, debió investigar pigmentos que reaccionaran acordes con las técnicas constructivas de esos tiempos, además del manejo de una espacialidad de la pintura producto del uso de la perspectiva caballera; de pronto, se trasladó a Florencia para diseñar y construir el campanario de Santa María de las Flores -el Duomo de Florencia-, enfrentando el reto de investigar sobre lo ya edificado con otros materiales, y nuevos procesos. Ni qué decir de Brunelleschi, quien diseñó la cúpula de esa catedral, debiendo afrontar procesos constructivos de alta complejidad, pensar los mecanismos para subir materiales, y el andamiaje; además, fue el ideador –junto con Giambatista Alberti-, de la sintaxis de la perspectiva oblicua al poseer amplio bagaje de la matemática. El doctor Franklin Hernández –director de la escuela de Ingeniería en Diseño del Instituto Tecnológico de Costa Rica-, insiste que esa experticia se perdió después de la Revolución industrial, cuando las profesiones comenzaron a actuar separadas y sin dominio sobre la técnica. Por supuesto que el nuevo paradigma da temple a otros retos, yo me pregunto, ¿estamos formando a los futuros profesionales para asumir esa forma de pensamiento?
JCS: El reto para la profesión es enorme, tiene que ver -como se adujo-, con el manejo de la incertidumbre, en tanto yo como arquitecto lanzo temas, líneas de trabajo, pero no tengo control total de los frutos del proceso. Eso se vuelve un desafío para la educación del diseño y la arquitectura, trae su propia contingencia al esperar que el estudiante lo asuma en la práctica formativa. Existe resistencia en los talleres donde el arquitecto está diseñando el modelo de interacción para con la comunidad, donde intervienen gran variedad de factores.
Hoy en día, al educar, importa el manejo de herramientas para poder trabajar en gestión con la sociedad, donde se habla de tácticas de diseño, estrategias de qué diseñar. Se observa al arquitecto como un facilitador de diseño, un estratega, que ya no puede ser ese purista de la historia de la arquitectura.

Evaluación de proyectos en la Escuelade Arquitectura VERITAS.

LFQ: ¿Hacia dónde apuntar? ¿Qué observan en las escuelas de diseño y arquitectura para contribuir a asimilar el cambio? ¿Cuál es la naturaleza de esos activadores?
JCS:
Para aclarar lo expresado: el arquitecto e interiorista de hoy en día no debe diseñar productos terminados, objetos (sean estos edificados, mobiliario, etc). Debe concentrarse en diseñar procesos de gestión del diseño, donde se trabaje sobre procesos colaborativos en donde el arquitecto o diseñador dicte el norte o posible gama de resultados. De esta firma, el producto o edificio terminado es resultado de una negociación entre fuerzas ambientales, culturales, preferencias del cliente, valores de mercado, en donde el arquitecto reitero gesta las posibilidades del proyecto pero no tiene el control total del resultado final.
La saludable y positiva pérdida de autoría del arquitecto sobre su obra se basa en lo anteriormente expuesto y en el hecho de que esas ideas en donde el profesional impone sus ideales o imprime sobre el terreno su voluntad casi irresponsable serán cada vez menores. Lo sustituirá un planeamiento táctico donde el proyecto nace de las condiciones y actores que lo gestan, promoviendo un diseño orientado hacia el desempeño más que uno basado en valores meramente estéticos. Veremos nacer diversos modelos de evaluación de nuestros proyectos donde se mida ese desempeño en áreas específicas al que cada proyecto tendrá que responder.
El diseño deja de ser una imposición y será el resultado de una negociación. La historia nos ha enseñado a dejar de hablar del futuro como un elemento que podemos predecir con certeza y para el que diseñamos objetos definidos. Como alternativa, debemos hablar de posibilidades de futuro, posibilidades de proyectos, donde nuestros esfuerzos se concentran en diseñar y calibrar procesos de gestación de proyectos sensibles e informados de los múltiples factores a los que tendrá que responder, los cuales por su interacción definirán en su momento el resultado final de la obra construida o diseño.

LFQ: Para concluir, esta fase de intervenciones para el blog Diseñacr, pretenden ser conversaciones cortas, pero que vayan al grano de los asuntos que nos están motivando la transformación. Y, sobre todo, cuando entra en juego la educación, en tanto y cuando son personas quienes deberán aprender tácticas de acercamiento a la realidad. El arquitecto Juan Carlos Sanabria es enfático al señalar que diseñar deja de enfocar un objeto en particular: una silla, un equipo electrónico, un edificio, un parque, una ciudad, un mural fuera o dentro del edificio, lo diseñado es un objeto vivo, que interactúa con el entorno y con la comunidad. El arquitecto es el diseñador de la interface, pero al final, el producto será visualizado y reflejo del talento del colectivo. Se vuelve siempre significativo aquel grabado de Escher cuando la misma mano se dibuja a sí misma, pero con el impacto de las contingencias que cada día se presentan con nuevas caras, y son otros los desafíos, o, como dijo Juan Carlos, diseñamos “posibilidades para que algo ocurra”.

 

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