La obra del artista Carlos Rivera Lauria puede admirarse en la Galería Orfila de Madrid (calle Orfila, 3), hasta el 5 de diciembre de 2013. Abstracción y constructivismo vinieron de la mano para crear un mundo nuevo, una nueva realidad regida por sus propias leyes –en el caso del segundo, con una aspiración a lo racional no lejana al diseño y la arquitectura. Carlos Rivera Lauria (Santa Fe, Argentina, 1951) se incardina en esta tradición, suma también de otros tantos constructivismos del cono Sur sudamericano, como el de Torres García o Washington Barcala, ambos, precisamente, con un protagonismo fundamental de la madera en su obra, caso también de Carlos Rivera, buscando una calidez, una proximidad a lo orgánico en cuanto naturaleza, con la que escapar a la rigidez o el frío normativismo de la geometría. En Construcciones permanece aquella propuesta ética, de proyecto arquitectónico al que alude su título, que la sensibilidad de Carlos Rivera sitúa ahora, críticamente, frente a las recientes consecuencias de un urbanismo especulativo: barrios despoblados, bloques de viviendas vacíos o a medio construir. Un nuevo diálogo con la geometría que revivifica con la intervención del color, proposición de sueños y esperanzas, unidos a ese calor de la madera, recuerdo de la primera habitación, la cabaña primitiva, como recordatorio del principio y, al cabo, fin último de la arquitectura.
