Un refugio para conectar con la naturaleza
La segundas viviendas ofrecen el lienzo perfecto para que arquitectos, interioristas y diseñadores pongan a prueba su imaginación, talento y profesionalidad. En este idílico contexto creativo nace House in Saiko, un espectacular volumen que entre otras muchas cosas, hace de la «conexión con la naturaleza» su santo y seña.
Perdida en los bosques de la Prefectura de Yamanashi, en la isla de Honshū, esta joya de la arquitectura nipona es obra de Keiji Ashizawa Design, estudio multidisciplinar con sede en Tokio, dirigido por el arquitecto Keiji Ashizawa.
Sus 160 m2 construidos comienzan en una imponente tarima de madera, preámbulo perfecto para unos interiores donde la madera y el acero lo son todo. El salón principal está gobernado por un espectacular mesón que aún guarda las líneas silvestres del árbol que le dio vida. La escueta escalera que une las dos alturas despega desde una suerte de jardín interior de piedra y arena ligeramente bajo nivel.
Si los espacios comunes se han solucionado con gracia, los privados, más de lo mismo. Ubicado en la primera planta, el techo a dos aguas proporciona un sabor especial a cada una de las estancias.
Y si bien la propuesta de Ashizawa y su gente se hace fuerte en los detalles, el espacio de aguas con vistas al acantilado —con acceso directo desde el salón—, rompe el molde. «Cuando un suave viento estacional corre por la casa, sus ocupantes pueden sentir la naturaleza en su piel. Aquí, los espacios interiores y exteriores se unifican como uno solo», comenta Ashizawa.
