La columna de Luis Montero: Empatía sintética.

Americo Carnap, presidente del complejo de industrias farmacéuticas Pzifer, anunció lo que denominó la solución moral definitiva, la primera pastilla ética de la historia. Por fin íbamos a comportarnos como seres racionales; y, lo mejor, es que lo íbamos a hacer todos. Si Kant afirmó que el…

La columna de Luis Montero: El humano disminuido.

Frente al tan cacareado humano aumentado, ese humano cuyas capacidades son reforzadas por implantes tecnológicos, programas varios y las inminentes modificaciones genéticas, John Sandel propone lo contrario, el humano disminuido, un humano cuyas capacidades son recortadas por otros implantes tecnológicos, programas varios y las inminentes modificaciones genéticas.

La columna de Luis Montero: Dos sonrisas.

«Soy la última superviviente de la última generación que va a morir. La única superviviente de la última generación antes de la modificación genética masiva. La última humana cuyo código genético no fue diseñado para una regeneración automatizada, continua de su tejido celular. La última vieja.

La columna de Luis Montero: Troppo vero!

TroVero era una compañía fundada por Thomas Rembrandt, que pretendía emular en sus clientes la reacción de Inocencio X cuando contempló el retrato pintado por Velázquez. «Troppo vero!», exclamó el papa al verse ante sí mismo visto como era visto por los otros. Demasiado veraz. TroVero, a partir del análisis de las…

La columna de Luis Montero: Soy un millón de singularidades pequeñas.

«Crecimos temiendo que los robots nos dominarían algún día. Hay cientos de películas con ese argumento, no hace falta que cite títulos. Que una mañana nos íbamos a despertar con el cielo cubierto de naves tripuladas por robots que transportaban ejércitos de robots dispuestos a lanzarse a tierra y masacrarnos. Iba a ser el final de la especie humana tal y como la habíamos conocido.

La columna de Luis Montero: Argumento Ex programmator.

«¡Culpable!», sentenció el juez con un seco golpe de martillo justiciero sobre la mesa.
Alexandra O. Quine fue declarada culpable de imprudencia profesional. Ella era la responsable del proyecto HAL 2030, la primera IA que sería calificada de IGU (Inteligencia General Universal) artificial. Una IA capaz de emular los procesos cognitivos del humano. Una inteligencia humana en una máquina.