La columna de Luis Montero: El analgésico.
Muhammad al-Ghazali fue mi primer implante. Con él se inauguró esa relación simbiótica entre redes neuronales que aún sigue vigente, nuestras respectivas redes se sumarían a la del otro. A su red se sumaría la mía y a la mía la suya. Esto es, a sus capacidades se añadirían las mías; y a las mías las suyas.