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“Los personajes corporativos más importantes de Costa Rica”

El Museo de Arte y Diseño Contemporáneo -MADC-, como parte de la programación del Festival Internacional de Diseño –FID 2014-, abrió una muestra de diseño de personajes corporativos, curada por Ariel Arburola y Carlos Redondo, fundadores de FUNDREDIMAS (Fundación para el rescate y dignificación de mascotas corporativas de ayer y hoy), organización “imaginaria” que se propuso investigar y recopilar para preservar esos emblemas representativos de los principales productos comerciales, empresariales, e institucionales, en un lapso que inicia en la década de los años sesentas hasta los noventas del siglo pasado –y, como ellos mismos expresan: “y más allá”. La muestra rememorativa con más de ochenta imágenes y modelos escultóricos estará abierta al público hasta el 3 de mayo próximo.

Muestra en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, “Los personajes corporativos más importantes de Costa Rica”. Fotos LFQ.

¿Qué motiva la visita?
El proyecto expositivo actúa sobre diversos significados para la población, en tanto son registros visuales, auditivos, comunicativos y publicitarios que agenciaron, y aún lo hacen, una importante componente de nuestra cultura material y popular costarricense. Y aunque estos parezca “embobador”, ¿quién, en algún momento de su vida no ha repetido aquellos estribillos –o, mientras se ducha-, cante la letra de un anuncio visto en la tele, o escuchado en la radio, e incluso al encontrarse una simple postalita dentro de un producto alimenticio, con el ícono impreso de una de esas mascotas, mentaliza una memoria de estos signos impostados que tienen que ver tanto con la economía local, el trabajo, la producción de la industria, como con los imaginarios simbólicos de nuestra rica diversidad cultural? Visitar la exposición abriga un espacio activador de las emociones, confrontativo con los modelos importados, gesto tan importante para comprender hoy en día la marea de comunicación global donde por lo general somos un numeral en los registros mercantiles, que adquiere importancia en tanto y cuando nos comportemos como consumidores; aunque parezca enajenante, son otro carácter de tácticas de dominación, y rasgo que nos perfila como moradores urbanos del siglo XXI.

Muestra en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, “Los personajes corporativos más importantes de Costa Rica”. Fotos LFQ. 

Personalidades homenajeadas
La muestra en Salas 2, 3 y 4 del MADC no es solo para observar los modelos tridimensionales de tales personajes corporativos, apreciar cortos publicitarios en los monitores, o deleitarnos con la reproducción de las ilustraciones y procesos de diseño de personajes, imbrica la oportunidad de subir a los muros del museo la evocación de connotados ilustradores, diseñadores y caricaturistas nacionales, para rendirles homenaje por las “paternidades” de dichas mascotas, o por su labor en campos como el periodismo gráfico, el diseño, la publicidad y la animación. Observamos, sin dejar de experimentar alguna dosis de extrañamiento y nostalgia, a la figura del gran Hugo Díaz (San José 1930), quien nos legó la amplitud de su crítica, ingeniosa y aguda como caricaturista del semanario Universidad y del periódico La República, distinguido con tres de los más altos galardones en la cultura local: el Premio Nacional de Periodismo Joaquín García Monge en 1976, el Premio Aquileo J. Echeverría en Artes Plásticas en la rama de caricatura en 1996 y el Premio Nacional de Periodismo Pío Víquez en 2000, precisamente antes de su pronto deceso el 17 de junio del 2001. En los espacios del museo quedaron grabadas otras biografías y retratos de ilustradores y diseñadores costarricenses como Félix Arburola, John Timms, Carlos Eduardo Porras, Edén Pernía y Ricardo Montero, hacedores de estos y otros emblemas comerciales e institucionales seleccionados para la presente exhibición.

“Los personajes corporativos más importantes de Costa Rica”. Fotos LFQ. 

Un alto “emocional” en el camino
Conversando con la directora del MADC Fiorella Resenterra acerca de algunos recurrentes formales y cromáticos en varias de los emblemas corporativos expuestos, al recorrer una a una las salas intensificando las emociones con aquellos personajes -algunos que no había visto en años-, me dejé engullir por una especie de catarsis ante una pesada carga que traía a espaldas por tantas problemáticas sociales y del vivir urbano actual, como la densidad del tráfico automotor que nos hace difícil movernos en las vías de la ciudad, la delincuencia siempre al acecho, lo negativo del periodismo amarillista que para tener audiencia juega con enfoques que nos hace percibir una vida demasiada tensa, entre otras la situación en Venezuela, la ocupación rusa de Crimea, la realidad de Ucrania, las bandas terroristas y narcos de los caballeros templario de Michoacán y otros grupos violentos en México y su infiltración en América Central, las subidas del dólar por lo tanto del petróleo, todo eso que agobia, que cansa, pero de repente, entrar al museo dispara nuestros mecanismos internos de las emociones y aquellos sujetos pegados a las paredes o expuestos en vitrinas y pedestales –como expresa Daniel Coleman en La Inteligencia Emocional “nos suavizan para abrirnos el corazón”, ante la elocuencia del grafista e ilustrador, del diseñador de personajes que luego vemos convertidos en mascotas, y ahora pueblan un amplio imaginario con alto sentido de pertenencia, como “el león” de la Liga Deportiva Alajuelense, la mascota del Club Sport Herediano, el simpático “cocodrilo tosty”, el trencito de Canal 7 activadores de recuerdos -por lo menos a la gente de mi edad-, al evocar los primeros años de la televisión en Costa Rica, pero también el gallo de las tiendas Gollo, la “tapita” y “fresita” repletos de chocolate de La Gallito, la “vaca lula” de Dos Pinos, entre casi una centena de imágenes y modelos expuestos, labor que requiere de las destrezas gráficas pero también escultóricas al modelar un objeto capaz de divertirnos por sus gestos y rasgos, pero también adherir nuestras preferencias a su efectiva categoría simbólica, la que más vende y alcanza éxitos en los sofisticados mercados actuales.

Homenaje a los diseñadores, ilustradores y creadores de personajes. “Los personajes corporativos más importantes de Costa Rica”. Fotos LFQ. 

Reflexión

Vuelvo a insistir sobre la valía de esos registros visuales y comunicacionales albergados en los sistemas cerebrales de todas las personas, que convierten a los espacios del MADC en un cruce de memorias con el detonante de que nos pertenecen, los identificamos en tanto los conocimos en el día día, en el trabajo, en la escuela, en la pulpería de la esquina, en el pequeño o gran supermercado, en el estadio, el cine, o el mall. Están en los carteles, en los banners, en los spots, en la gráfica mural pegada a autobuses, vallas, y por ser pegajosas son, efectivos instrumentos de comunicación de masas, a pesar de la revolución de la impresión y el diseño digital, permanecen como provocadores para que en el diseño busque innovar y trascender dentro de una amplia diversidad de lenguajes. El museo, en esta oportunidad, se convierte en un espacio que dispara flechas directas al corazón, el del espectador, quien entra desguarnecido para tal ataque, pero emerge empoderado, en tanto lo observado es un arsenal que él mismo colectó cuando puso su mirada en la ciudad, en las vitrinas de las tiendas donde adquirió un producto, utilizó un servicio o se sirvió del deleite que le provoca la mayoría de estos símbolos. Me mueve concluir con un pensamiento de otro estrato de dicho imaginario: El Principito de Antoine de Saint-Exupéry cuando dijo: “Es con el corazón como vemos correctamente, lo esencial es invisible a los ojos”. 

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