La columna de Teresa Jular: Los pecados del diseño. 2

No sabía en lo que me metía cuando dejé abierto el tema en la columna anterior, comprometiéndome a seguir escribiendo sobre los pecados del diseño (1). En ella entoné un mea culpa sincero, aunque también retórico, mencionando mi propia contribución al consumismo, la obsolescencia programada y la generación de basura electrónica. No solo la dura, sino también y, sobre todo, la blanda.

La columna de Teresa Jular: Los pecados del diseño. 1

Si mi memoria no me falla, César Astudillo -a quien conocí cuando ambos fuimos parte del jurado de los Premios Nacionales de Diseño 2019 y al que sigo desde entonces en Twitter y, más recientemente, en Telegram (1)- escribió en una ocasión algo así como que el Diseño tenía que superar el pecado original de tanto como ha contribuido a la Sociedad de Consumo.

La columna de Teresa Jular: Me gustan mis clientes 

Soy persona privilegiada en todo lo relativo a mi educación. Mi madre me regaló, como poco, el amor a la lengua y la cultura francesas, y mi padre me enseñó a mirar el color y las formas y ver en ellos. Doy fe de que dos hijas de profesora y artista pueden crecer sanas y fuertes en León, conviviendo con el despotismo ilustrado, el expresionismo abstracto y el olor a aguarrás.