La columna de Emilio Gil en Experimenta. Hoy:

La columna de Emilio Gil: En Penguin está todo (I)

Hojeando el libro Classic Penguin. Cover to cover, se aprecia el enorme atesoramiento de talento que esta editorial británica fundada en 1935 ha ido acumulando desde entonces. A lo largo de varias ediciones fui profesor en el Módulo de Diseño del Máster de Edición de la editorial Santillana y la Universidad de Salamanca. Eran tiempos en los que todavía el libro electrónico no había entrado con la fuerza que lo hizo años más tarde pero ya empezaba a intuirse la importancia que más tarde ha ido adquiriendo. En un momento u otro de mis intervenciones me sentía obligado a declarar mi admiración y pequeñez ante la abrumadora y admirable trayectoria de Penguin, la editorial británica creada en 1935 por Allen Lane. Mi reconocimiento de esta realidad era siempre con una frase del estilo: “Queridos alumnos, yo aquí sobro. Repasad la historia de la Editorial Penguin porque ahí está todo”.

Durante una época, los libros de Penguin fueron ordenados correlativamente con un número que aparecía en la base de sus lomos. La lista comenzó con Ariel de André Maurois, siendo Adiós a las armas de Ernest Hemingway el número 2 y Poet´s Pub de Eric Linklater su tercer número.

Hablando sobre ellos mismos y utilizando la fina ironía británica en Penguin aclaraban que, aunque los pingüinos son blancos y negros, sus libros eran polícromos codificando los temas por color según un esquema que ya había sido utilizado previamente por Albatross Books, una editorial alemana fundada por Kurt Enoch en 1932 y cuyo diseño inspiró a Penguin. En sus primeros diez títulos se siguió el siguiente criterio: azul oscuro para Biografías, naranja para Ficción y verde oscuro para Misterio y Crimen. El resto de colores se fue definiendo en sus primeros mil títulos y respondía a la siguiente clasificación: rojo para Teatro, cereza para Viajes y Aventura, gris para Temas Internacionales, amarillo para Miscelánea y violeta para Ensayo. Tanto esta forma de identificar los temas por color como la utilización de un tipo de palo seco inspiró de alguna manera a la editorial española Austral que encontró de la mano de un diseñador anónimo un equivalente al pingüino británico en un carnero, que representaba de forma remota la constelación astrológica. Austral nació dos años después que Penguin en Argentina avalada por la colección “Universal” de la Espasa Calpe de aquel país.

Los primeros títulos fueron impresos en Old Style No. 2 pero en 1937 Penguin adoptó la Times New Roman. Alrededor de unas veinte tipografías se han utilizado para diferentes fines siendo Gill Sans el tipo elegido para los títulos en cubiertas hasta que, en 1951, Hans Schmoller, el tipógrafo y diseñador que Tschichold recomendó como su sucesor, introdujo la Corvinus. Schmoller supervisó cada pieza impresa en las instalaciones de Penguin en Hardmondsworth siempre a la búsqueda de la perfección como afirmó Gerald Cinamon otro de los grandes diseñadores de la editorial.

Las primeras cubiertas de Penguin diseñadas por Edward Young presentaban un esquema simple y fácil de desarrollar título a título proporcionando a la editorial una identidad fuerte y reconocible. Las tres bandas horizontales, el empleo sistemático de la tipografía Gill Sans en titulares y la inclusión de su pingüino como símbolo eran elementos suficientes para su identificación.

Cuando se trabaja en diseño buscando crear una identidad editorial es básico establecer unos recursos gráficos que al igual que hizo Edward Young para Penguin permitan establecer una relación con el posible comprador, pero sin perder de vista que una identidad excesivamente férrea corre el peligro de convertirse en algo repetitivo o lo que es peor no permitir la diferenciación de un título con respecto a otro. Los niveles de flexibilidad que se pueden conseguir dependen del talento del diseñador, pero los límites están claros: lograr el reconocimiento necesario y, a la vez, la diferenciación de unas cubiertas con respecto a otras.

En el extremo contrario de la rigidez de los primeros títulos de Penguin estaría el trabajo que Daniel Gil realizara para otra editorial de libros a un precio asequible como fue la española Alianza Editorial. Fundada en 1965 por José Ortega Spottorno, Alianza fue en su momento un símbolo de distinción y un guiño para ser reconocido entre iguales. Aquellas publicaciones de bajo coste con el transcurso de las décadas han devenido en símbolos de una época e hitos del diseño editorial español. Colecciones las de Alianza situadas en el contexto de una época dorada del diseño editorial con trabajos como los de Derek Birdsall para Penguin, las colecciones de bolsillo alemanas para RoRoRo o Bob Noorda, Max Huber o Franco Maria Ricci y Massimo Vignelli en Italia.

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