La columna de Luis Montero: Soy un millón de singularidades pequeñas.
«Crecimos temiendo que los robots nos dominarían algún día. Hay cientos de películas con ese argumento, no hace falta que cite títulos. Que una mañana nos íbamos a despertar con el cielo cubierto de naves tripuladas por robots que transportaban ejércitos de robots dispuestos a lanzarse a tierra y masacrarnos. Iba a ser el final de la especie humana tal y como la habíamos conocido.