La columna de Emilio Gil en Experimenta. Hoy:

La columna de Emilio Gil en Experimenta. Hoy: Los diarios impresos que resisten

En los últimos meses me resulta especialmente interesante el seguimiento de la primera plana de la edición dominical del diario El Mundo. Bajo la dilatada e inteligente dirección artística de Rodrigo Sánchez en sus diferentes diarios y suplementos el grupo editorial ha reunido una serie de magníficos trabajos –un buen número de ellos premiados internacionalmente– que dicen mucho del excepcional talento de este profesional. Las primeras planas del diario en domingo son una vuelta de tuerca más en una especialidad del diseño en la que cabría suponer que no puede haber nada nuevo bajo el sol. La ordenación de la página, la posición de la cabecera, la ausencia de una rejilla clara, el equilibrio entre imágenes potentes y titulares donde se mezclan redondas e itálicas, tipos con y sin serif, la incorporación de un tratamiento de ilustración de gran nivel… todo ello aporta un enorme atractivo y capacidad de reclamo a esta apertura de un diario impreso al que se le supone un mayor tiempo de lectura que en el resto de la semana.

Los diarios británicos se imprimieron históricamente en un riguroso blanco y negro hasta el mes de febrero de 1962 en que The Sunday Times introdujo un suplemento de 40 páginas en color como una revista aparte. Aunque fuertemente criticado al principio –lo mismo que sucedió años más tarde cuando los avances técnicos permitieron introducir el color en las páginas regulares de los diarios corriendo el peligro de ser considerados como publicaciones frívolas o faltas de rigor– el aumento en las ventas inició un modelo que pronto siguieron el resto de los diarios en todo el mundo. La posibilidad de incluir publicidad en color fue otra de las razones que impulsaron el éxito de este tipo de publicaciones, aunque solo fuera por los ingresos que generaban para las empresas editoras. 

La aparición en España del diario El País en mayo de 1976 con su diseño original a cargo de Reinhard Gäde y Fermín Vílchez fue una revolución de un calado insospechado en muchos aspectos relacionados con la comunicación y más allá. Como secuela de la irrupción de este diario Reinhard Gäde rediseñaría posteriormente otros periódicos españoles de la época como fueron Diario 16, El Ideal Gallego, Ya, Heraldo de Aragón, Diario de Cádiz y As, e incluso llegó a diseñar una nueva propuesta para el ABC madrileño que nunca llegó a presentarse en público.

En España, durante la larga preparación del proyecto El País, que se prolongó durante casi tres años, se convocó un concurso para el diseño de su cabecera entre cuarenta diseñadores españoles en el que participaron Alberto Corazón –con un original planteamiento vertical de la mancheta–, Cruz Novillo y Enric Satué. Finalmente la cabecera que se impuso, toda en letras en caja alta y originalmente sin ningún tipo de acento sobre la “I”, fue un diseño de Reinhard Gäde en colaboración con el periodista Julio Alonso. 

Como escribiera Carlos Pérez de Rozas, profesor en la década de los 90 de Diseño Periodístico de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y Director Adjunto de arte en el diario La Vanguardia, “las imágenes, las fotografías o los despieces, pensados como puntos de apoyo a una noticia nunca interrumpen la lectura, siempre se mantienen al margen, como complemento, en la mayoría de las ocasiones dispuestas en el perímetro”. Observando la prensa impresa hoy en día cabría preguntarse, ¿sigue siendo válida esta afirmación?

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