«El objetivo era proporcionar una solución alternativa para reemplazar la tradicional bolsa de plástico para llevar».
La joven y talentosa creativa húngara, Nikolett László, estudiante de diseño gráfico en la Universidad Católica de Eger, ha completado un maravilloso proyecto personal en el que gracias a un ingenioso enfoque y una elegancia impropia de su supuesta inexperiencia, consigue sacarnos una sonrisa de satisfacción y dejar claro que la cantera del diseño centroeuropeo está más fuerte que nunca.
Susho, como ha sido bautizada la iniciativa, es un teórico sushi-bar con una clara inclinación al servicio take away. Bajo este marco y con estos antecedentes, László decidió apostar por un paisaje fresco, con una paleta tímida pero implementada con personalidad, que fuera capaz de identificar el producto y sus variedades de forma simple y sencilla. Sobre este lienzo, un sutil sistema tipográfico y una lograda serie de ilustraciones a mano alzada consiguen brillar con luz propia.
«Los tres colores principales de la marca son: azul, verde y rosa salmón. El verde está destinado para el sushi vegano, mientras que el azul es para el sushi mixto (vegano y de pescado) y el rosa salmón es para el sushi de pescado», comenta László.
Hasta aquí todo normal, logrado, pero normal. El giro inesperado llega de la mano del contenedor principal. Solucionado habitualmente con una imperdonable bolsa de plástico, en un golpe de inspiración László optó por «deconstruir» una bolsa de papel para crear una suerte de andamiaje donde las cajas, ordenadas en packs de tres y de seis, se anclan de forma orgánica. «El objetivo era proporcionar una solución alternativa para reemplazar la tradicional bolsa de plástico para llevar.
La propuesta de László se completa con una serie de piezas promocionales, cartelería y papelería en general, todo a la altura de un proyecto sin fisuras.
