La columna de Eugenio Vega: De la enseñanza, las profesiones reguladas y sus paradojas

Vivien Thomas, un joven afroamericano residente en Tenessee, tenía 19 años cuando se hundió la bolsa de Nueva York. Había terminado la enseñanza secundaría y trabajaba de carpintero con el fin de ahorrar dinero y estudiar medicina en Nashville, en una de las pocas universidades para estudiantes de raza negra que había entonces.