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Rodolfo Morales: fascinación por reutilizar materiales

Uno de los caracteres presentes en el diseño costarricense, es el de producir piezas únicas, o bajas series, de un impacto sustentado en la calidad técnica y manejo de las ideas. Rodolfo Morales es uno de estos diseñadores, pero suma el ser apasionado por la reutilización de materiales: visita los sitios de compraventa o demoliciones donde adquiere viejas vigas, horcones, alfajillas, fustes de añosas maderas, quizás de alguna casona de esas antiguas que cedió al tiempo ataviada por las voces de sus memorias, y con su intervención, las vuelven a una segunda vida, adquieren otro significado en una sala de estar, en un estudio o en cualquier lugar donde colman el espacio con su presencia. Morales las transforma en bases para una lámpara, un mesón o bufetera, pasan a ser marco para un espejo, mesa, cama, trastero, pero siempre las carga con esa poesía que da vueltas en su mente a la hora de “diseñar”, y su fino pensamiento que encuentra valor donde no lo había.

Lámpara, mesita de centro y buferera, de Rodolfo Morales. Fotografías L.F.Q.

Maderas alternativas
La otra fascinación que experimenta Morales es el uso de maderas alternativas y no comunes en la industria del mueble. Es un “enamorado” de la madera del pejibaye -chontaduro, Bactris gasipae, planta de la familia de las Arecáceas (palmeras) que posee tal dureza que es comparada con el hierro; la usaban nuestros ancestros prehispánicos en la confección de arcos, flechas, puntas de lanza y otras herramientas. En la actualidad se cultiva para explotarla como palmito o cuando la palma llega a una edad adulta da frutos también comestibles. Su madera posee abundante fibra, oscura, sepia, jaspeada, y a pesar de su dureza la ataca un bichito que la agujerea y él juega con esas huellas de su naturaleza.
La otra madera utilizada es la gravílea, Grevillea robusta, de la familia botánica de las Proteáceas; se trata de un árbol no nativo que sembraron nuestros abuelos para sombrear los cafetales del Valle Central; de color rosa claro su madera posee un jaspe que la reviste de alta vibración sensorial.

Morales juega con esos caracteres tan contrastantes, los inserta en las viejas maderas de demolición generando diálogos, cuyas voces no se escuchan, pero deleitan estimulado sus signos en tensión. También utiliza el “laurel de plantación” y sobrantes no comerciales en los aserraderos.


Sala de exhibición donde se observa algunos de los muebles de este diseñador. Fotografía L.F.Q.

La inserción de nuevos materiales
En la última exposición de sus productos en la Galería Nacional, San José, a finales de 2010, nos sorprendió con la combinación de metales encontrados también en compraventas, tales como viejas rejas de puertas o ventanas; él analiza su forma y estructura reinventándolos en el mueble.
Se declara enemigo de productos contaminantes, sus tratamientos los logra con el uso de lijas finísimas, tiempos de secado, y una tecnología por lo general con equipos que él mismo fabrica e inventa adecuándolos a sus necesidades y aptas a las durezas de esas maderas.

"Zen-silla", propuesta presentada en la muestra Museo del Árbol, 2011. Silla "Aborigen" en madera de pejibaye, y mesita tequilera en madera de gravílea. Fotos L.F.Q.

Diálogos
Sus piezas se ven muy bien en espacios minimalistas donde se busca insertar un componente que tonifique el ambiente y genere diálogos con la interioridad del sitio y el ánimo de quien lo habita. Son en suma motivadores de esos momentos en que nos dejamos engullir por la poesía del lugar, la sensación atmosférica que provoca la iluminación, y, genera emociones latentes cuando encontramos belleza donde no la había: en una pieza de metal corroída pero activa, en un tronco que quizás encontró al margen de un río o una playa y que pasan a ser sujetos activos de su pensamiento de diseñador.

Bufetera "Diálogos", con la cual participó de la Segunda BID Madrid 2010.

Trayecto y camino
Conocí a este diseñador en 1995 cuando realizó su primera muestra de objetos artesanales en la Galería José Figueres Ferrer del Banco Popular en San José. Me tocó ser curador de sus propuestas exhibidas en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo de Costa Rica, en 1996; también expuso en Teorética, en las distintas muestras de Confrontación en el Arte, Museo del Árbol, entre otras. Expuso en la Bienal de Saint Etienne, Francia, y en la segunda Bienal Iberoamericana de Diseño, Madrid, 2010.


Mesón con un único apoyo

Su principal logro profesional fue obtener el Premio de la revista “Estilos y Casas” en la Primera Bienal Costarricense del Mueble 2008, y mereció el Gran Premio 2010 de la segunda edición de esta bienal promovida por la Facultad de Diseño de la Universidad VERITAS, cuando entre los miembros del jurado contó con el distinguido diseñador catalán Ramón Benedito.
Mesa "Cien piés" en diferentes maderas. Foto L.F.Q.

Sagaz pero sumido en su taller que como él migra por diversas geografías del país, ahí donde encuentra troncos, raíces, metales que ya nadie pone su mirada en ellos pero que él observa desde otro plano perceptivo: donde haya texturas quizás sonoras, táctiles, o alguna sinestesia que trastoque nuestros sentidos.

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