La columna de Chema Aznar

La columna de Chema Aznar: Neohumano

Estamos asistiendo a una transición transhumana, que lamentablemente podría conducir –si no lo evitamos– a una sociedad poshumana, quizá sin humanos, o a lo sumo seres híbridos. Según dice Luc Ferry: “el transito es imperceptible en el espacio terapéutico, además de lo aumentativo, aplicado desde el objetivo de curar o no. Va configurándose un hibrido o hibridación como humano–máquina”. En el capítulo dos de su libro “Revolución transhumana” Luc Ferry expone la ideología fundamental del transhumanismo, en la que presenta cuatro vínculos subterráneos de la ideología transhumanista: los grandes datos (internet de las cosas), inteligencia artificial (A.I.), Impresoras 3D y robótica desde aplicaciones en sistemas o productos, que afectarían a las relaciones de forma absoluta y también particularizada. Además en estos últimos años tenemos diversos fenómenos, enmarcados en la transición transhumana, como la economía colaborativa, por ejemplo, la uberización o la biología bajo intereses económicos, cambiando el mercado de la medicina.  

Parafraseando a Luc Ferry y citando a Jean-Antoine Condorcet y Ray Kurzweil en su libro “La revolución transhumana”, éstos dicen lo siguiente:

Jean-Antoine Condorcet: “Sueña con el perfeccionamiento del potencial natural y no solo social y político, del ser humano y vemos que el transhumanismo puede, sin forzar las cosas, reivindicar una cierta tradición del humanismo clásico que solo desea en el fondo hacer que las cosas crezcan y prosperen”.    

Ray Kurzweil: “la inteligencia, todo lo que se relaciona con la vida del espíritu, se podría almacenar en soportes materiales de un tipo nuevo, como cargamos ficheros en una memoria de USB .Kurzweil, sueña con un hombre “interconectado” con un ordenador, con todas las redes de internet gracias a implantes cerebrales, que se convertiría en “poshumano”. 

Michel Houellebecq en su obra “La posibilidad de una Isla” narra la evolución de Daniel2, un hibrido, en donde iría construyéndose desde un relato de vida o biografía constante a través de cuerpos humanos idénticos en el tiempo. El autor no se acogería exactamente a las consideraciones que apunta R. Kurzweil, pero sí desde las leyes de Pierce en que se oponía a una filosofía mecánica y determinista. Sostiene que hay tres elementos que se combinan en la evolución del universo: “el azar, la ley y la formación de hábitos a través del amor, siendo éste último el motor principal que unifica a los otros dos”.

De una forma confusa, desde la particular imaginación de Houellebecq, este fenómeno se describe como una “descarga molecular directa”, en contexto espacialmente esquemático, cibernético, poshumano (neohumano según el autor). Según Laurent Alexandre, en algunos decenios la nanotecnología permitirá construir y reparar molécula a molécula todo lo que sea posible. Houellebecq, en su libro “La posibilidad de una Isla” describe una situación distópica, en donde confluirán las ciencias y las tecnologías desde planteamientos dirigidos a una sociedad de control mitigado. En la obra de Houellebecq se vislumbra esta situación:  

“Daniel24, 4:“Las notas de mis predecesores, Daniel2 a Daniel3 a Daniel23, denotan en líneas generales la misma incomprensión. Daniel2 y Daniel3 dicen que todavía son capaces de reproducir el fenómeno (la risa) bajo la influencia de ciertos licores; pero para Daniel4 ya se trata de una realidad inaccesible. Ha habido muchos trabajos sobre la desaparición de la risa en los neohumanos; todos están de acuerdo en reconocer que fue rápida”. 

Los profesionales del diseño, desde su responsabilidad, buscan en la actualidad posibilidades para el futuro, como siempre lo han hecho, pero están más atentos a los eventos, los desafíos. Sus propuestas se reducen, banalizan y fracasan, traducidos limitadamente para producir efectos, acontecimientos en un tiempo de los últimos estertores de la posmodernidad, produciéndose así solo micro- acontecimientos, productos, con fines no luminosos, sino más bien chatos, repetitivos, tautológicos , pero fieles a un criterio no demostrado, que no ofrece pruebas ni garantías de su validez, pero eficientes en la creación de futuros pos-consumidores, preparando un futuro pos-humano. Pero, ¿el Diseño es consciente de este tiempo transhumano?

Habría que preguntarse qué hace el diseño desde estos presupuestos, sabiendo que es y ha sido parte activa de la ecología material. Parafraseando a Geert Lovink en su libro “Tristes por diseño” en su “considerando el Diseño como una patología”, digamos activo en el sistema. Tendríamos que entender del diseño su funcionamiento interno, así como las aplicaciones a través de vectores de la distracción y la tristeza. Cabría entonces la pregunta en relación al rol del diseño en el futuro ¿qué condiciones se presentan a los profesionales del diseño?, siendo que el mundo es entendido más que nunca en las redes o sus implicaciones como mecanismos de supervivencia.  

El diseño está siempre a punto de producir acontecimientos, utilizando herramientas cedidas por el mismo sistema, desertor de lo humano, referidas a propuestas de estimulación artificial, como sugiere acertadamente E. Sadin y que atañe a la profesión del diseño: 

“El espejo conectado no solo representa la imagen reflejada sino sus datos… que origina éste del rastro humano… El devenir de lo digital, que pronto será predominante, se erige como una instancia de orientación de los comportamientos destinada en todo momento a ofrecer marcos de existencia individual y colectivos que suponen los mejor administrados, y esto ocurre de modo fluido, casi imperceptible, hasta tomar el aspecto de un nuevo orden de las cosas”.

¿El diseño vive en la conjunción digital, la robótica, la automatización, la uberización del mundo, el fin del trabajo?. El Diseño podría participar dando nuevos sentidos en las aplicaciones tecno-científicas, biológicas, por ejemplo desde un sentido colaborativo, coordinado en lo medical wearables o en los sistemas, equipos, espacios, productos, UX, comunicación que colateralmente van a necesitar las trasformaciones tecnológicas, biológicas etc. Desde nuevos usos, funciones sociales o estéticas podría decidir, entender, revisar su funcionamiento dentro de los sistemas de conjunción digital. Situar el Diseño desde su empoderamiento, consensuando, coordinando, indagando espacios abiertos de coordinación, buscando espacios de participación en redes sociales. En lo que nos toca a los diseñadores hemos de procurar que desde este transhumanismo posmoderno emerja, sencillamente, lo humano.   

Citas

Ferry Luc. La revolución transhumanista, Alianza Editorial 2017 Madrid.

Houellebecq Michel. La posibilidad de una Isla .Editorial Debolsillo 2016.

Lovink Greert . Tristes por diseño: Las redes sociales como ideología.Editorial  Consonni 2019 Bilbao. 

Sadin Erik La inteligencia artificial o desafío del siglo Analisis de un antihumanismo radical. Ed. Caja Negra

Alexandre, Laurent. La guerre des intelligences. Commet l’Intelligence Artificielle va révolutionner l’éducation, JC Lattès, 2017.

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