Iconos, retratos y diseño. Jorge Arévalo

Una marca reconocida en cada trazo

Aunque podemos encontrar su huella en todo el mundo, Jorge Arévalo nació en Madrid, donde sigue residiendo y trabajando. Diseñador e ilustrador, desde finales de los 90 sus ilustraciones se publican en los principales diarios y revistas españolas y pronto empieza a ilustrar en Europa y EEUU, estando presente en revistas como Vanity Fair, The New Yorker, Vogue, Tatler, Telva, Harpers Bazaar, Rolling Stone, Esquire o Woman.

Con premios internacionales en sus espaldas, como las dos medallas de oro y una de plata en los premios internacionales de la SND (Society for News Design), en 2005 publicó “RETRATOS”, una primera selección de personajes del cine, la música y la moda. Posteriormente, en 2007, publicó “BIS”, un libro más personal, de sensual expresividad. Hace tres años publicó su tercer libro, el segundo volumen de “RETRATOS”. Con “RETRATOS” recibe el “Premio Nacional de Diseño Editorial Daniel Gil” y el “Premio Nacional de la AEPD” al mejor libro de ilustración.

Sus ilustraciones forman parte de las colecciones de CUSTO BARCELONA desde 2006, y colabora junto a CUSTO en el diseño y decoración del avión de la MTV.

Es incluido además en los recopilatorios de la Editorial TASCHEN: “ILLUTRATION NOW”, “PORTRAITS” y en el reciente “100 ILLUSTRATORS” donde están seleccionados los 100 mejores ilustradores mundiales del momento.

Ha puesto su talento al servicio de marcas como Ray Ban, Shiseido o Deus ex Machina y ha diseñado e ilustrado las dos ultimas campañas para los festivales de Jazz Madrid organizados por el propio ayuntamiento de la capital. Su obra ha participado en diferentes exposiciones en Madrid y Barcelona.

De trazo preciso y seductor, el trabajo de Jorge Arévalo es un claro exponente del cruce entre diseño, ilustración y medios (gráficos y audiovisuales). Los invito a acompañarnos en esta conversación. 

Trabajas tanto para medios impresos como para marcas de productos en todo el mundo ¿existe alguna diferencia sustancial en tu forma de trabajar al abordar estos tipos de encargos?

Hay diferencias, pero en ambos casos son enriquecedoras. Las revistas dejan bastante margen de libertad dentro de su línea editorial y en el compromiso con el autor se asume que esa libertad es un valor añadido para la propia publicación. Las marcas controlan mucho más su posicionamiento en el mercado y, por tanto, las decisiones suelen estar marcadas por criterios de marketing más que por arte, y esto requiere cierto rigor a la hora de ilustrar que define muy bien el trabajo. Los tiempos de entrega con las revistas suelen estar muy ajustados y ya con la prensa diaria son de locura, en cambio con las marcas hay más previsión y por tanto más margen.

En tu obra, los retratos ocupan un lugar destacado. El genial Richard Avedon decía que la gente lo buscaba para ser fotografiada averiguar cómo son, ¿qué descubres de las personas que ilustras?

Esta es la parte más fascinante, si no te implicas con el personaje estás perdido. Hay que entenderlo, asumir que te produce indiferencia, que lo amas o que lo odias. Por eso disfruto tanto cuando hago mis libros, elijo a los personajes en función de mis filias, se convierten en fetiches y eso se nota en cómo luego transmiten las ilustraciones. 

Sobre todo en prensa, cuando me piden un personaje desconocido, el retrato se limita a interpretar sus rasgos, pero cuando te enfrentas a alguien muy reconocido la cosa se complica, te implicas de otra manera y sabes que el público también lo va a hacer.

A veces me han pedido su ilustración personas retratadas en prensa que pensé que no se verían reflejados y en cambio se han sentido halagados o definidos en su retrato. Avedon sabía de qué hablaba…

Si bien retratas personajes y lugares universales, hay un fuerte hilo conductor en tu trabajo que está relacionado con la cultura norteamericana, algo que se evidencia en tus series Places y Jazz ¿tiene que ver simplemente con el tipo de encargos que recibes o es una elección personal?

No puedo ocultar mi fijación con ese universo visual de los 60 en general y sobre todo en EE. UU. en particular. El cine, la ilustración, el arte, la música, New York. Si hay un referente es la serie MAD MEN a la que he dedicado varias ilustraciones y que además es portada de mi segundo libro de RETRATOS.

También es cierto que a raíz de empezar a trabajar para revistas como Vanity Fair, The New Yorker o Rolling Stone, su estilo marcadamente americano va definiendo mi línea de trabajo. Mis ilustraciones ahora son más elaboradas, más detalladas y cálidas que hace 20 años y eso se lo debo a toda esa influencia.

Jorge Arévalo. Jazz Icons: B. B. King.
Jorge Arévalo. Jazz Icons: Aretha.
Jorge Arévalo. Jazz Icons: Nina

Tu trabajo tiene una fuerte impronta gráfica, con líneas claramente definidas, casi como si estuvieran creadas sobre una retícula formal o una grilla constructiva, ¿te consideras un diseñador que ilustra o un ilustrador que diseña?

Soy un diseñador que ilustra, llevaba ya años como director de arte cuando empecé a publicar en medios, tengo una agencia, sigue siendo mi trabajo y eso imagino que me define para bien o para mal. Diseñar me enriquece a la hora de ilustrar, sobre todo el manejo del espacio, del vacío para dar peso al objeto. Dibujar no es ilustrar, se puede dibujar de manera increíble, pero trabajar en una maqueta determinada y con un briefing determinado implica muchos más matices. A veces, según ilustre para una revista u otra, cambio ciertos códigos gráficos en mi trabajo de manera evidente sin que venga implícito por parte de la revista y es porque inevitablemente no puedo evitar ver la ilustración desde el punto de vista del director de arte.

Has publicado en libros, expuesto en diversas muestras, ilustrado productos de consumo, también en el mundo de la moda y en artículos periodísticos de temáticas diversas ¿hay algún lugar por explorar al que aún no has accedido y al que te gustaría llegar con tu trabajo?

Creo que mi trabajo donde realmente se proyecta y aporta es en los libros de RETRATOS, haría 2 volúmenes más sin dudarlo, más textos y más relatos en ellos, es el único soporte donde no trabajo con briefing, tengo total libertad, aunque me temo que las editoriales ahora no están por los monográficos.

Me gustaría trabajar más en textil, hace tiempo me plantee una línea propia, así que está pendiente, pero es que si algo echo de menos es la falta de tiempo, debería estar cansado y en cambio cada vez quiero abrir más proyectos. 

Tu serie Architects & Chairs es de mis preferidas ¿cómo nace la idea? ¿cómo entrelazas la historia entre estas persona y productos?

“Architetcs & Chairs” es puro fetichismo por los objetos. No podemos aspirar a vivir en sus casas, pero sí a sentarnos en sus sillas. Si vemos “Con la muerte en los talones” , “El Guateque” o “La naranja mecánica” por ejemplo, nos damos cuenta de cómo el mobiliario puede definir la historia. Wes Anderson, Almodóvar o Guy Ritchie lo manejan muy bien, ser director de arte en cine tiene que ser fascinante.

Confieso que voy a Vitra o a Minim, casi de manera regular solo por estar entre las piezas, y antes de que me preguntes, solo tengo un LC2 blanco y el EAMES BIRD (éste fue un regalo de Vitra). En la familia hay dos arquitectos, así que además hay influencias varias.

Jorge Arévalo. Icons: Charles & Ray Eames
Jorge Arévalo. Icons: Walter Gropius
Jorge Arévalo. Icons: Le Corbusier
Jorge Arévalo. Icons: Mies Van Der Rohe

Los iconos son una temática recurrente en tu trabajo. Y curiosamente –o tal vez no- tu obra se publica en revistas icónicas –Rolling Stone, Vanity Fair, Vogue, The NewYorker, entre otras- ¿qué lugar ocupan los iconos en la cultura contemporánea? ¿crees que estos medios siguen siendo reflejando las aspiraciones, deseos e intereses de la sociedad del siglo XXI?  

Italo Calvino, tiene un maravilloso ensayo “6 propuestas para el próximo milenio” donde ya atisba la velocidad como referente de nuestro tiempo y es que estamos en la cultura de la inmediatez, todo se consume muy rápido, las modas son tremendamente efímeras y por tanto solo “los iconos” de verdad permanecen, por eso mis constantes referencias a personajes con un legado que ya no se puede modificar. 

Los “iconos” son necesarios, marcan las épocas, el estilo y el pensamiento. Son puntos de inflexión en la historia y están totalmente conectados.

Yo, que doy clases a universitarios, me doy cuenta de que una gran mayoría ignoran completamente cualquier referencia estética más allá de los últimos diez años.

Rolling, Vanity o The NewYorker, manejan muy bien esos códigos, desde la realidad hasta la mitificación, quizás por eso encajo bien en su línea editorial.

También das clases en la universidad, ¿cómo ves a las nuevas generaciones?, ¿Cómo ves la formación actual en las escuelas de diseño e ilustración? 

Las nuevas generaciones, estarán muy preparadas técnicamente, estarán muy especializadas y sabrán hacer su trabajo de manera eficaz, pero hay una parte más abstracta y compleja, de visión global que tiene que ver con la falta de formación en las humanidades y que les penalizará para tomar buenas y argumentadas decisiones creativas. Les cuesta mucho mirar más allá de lo que ha pasado hace 10 años. Yo insisto mucho en que vean cine de hace 50 años o que visiten el Prado cada vez que puedan. Que entrelacen tendencias y que vean cómo las modas son cíclicas independientemente de cómo avance la tecnología, aunque me temo que alguien sacará un software con un “mágico” algoritmo para tomar esas decisiones.

Las escuelas deben insistir en esa parte humanística y también en ser honestas con los alumnos. Saber manejar Indesign, no implica ser buen diseñador y saber manejar Illustrator no te convierte en ilustrador. Es bueno que los referentes en diseño e ilustración vuelvan a dar clases, no puede ser prioritaria la formación académica del profesor sobre su talento o trayectoria.

¿Cómo han influido las redes sociales en la ilustración?

Todo, para bien y para quizás para mal. Tu trabajo se publica y ya está proyectado a millones de personas, los canales para llegar a las marcas o los directores de arte se han acortado, el problema es que en esa democratización la diferencia venga marcada por el número de seguidores y estos no siempre se corresponden con la calidad del trabajo. Es verdad que ahora es el público el que tiene el poder en las marcas, pero que éstas tomen su decisión para elegir a un ilustrador en base al número de seguidores, acabará por reventar la burbuja. Los directores de arte deben volver a tomar las riendas en este sentido y no la gente de marketing o los contables.

Tu próximo proyecto será…

Es un proyecto para hablar con ilustradores de tendencias e ilustración, claro.

Un viejo proverbio –o maldición- de la cultura china dice que “ojalá te toque vivir tiempos interesantes” como una forma de expresar que la vorágine de los acontecimientos no te den respiro en tu propia vida. Vivimos como sociedad global, sin duda alguna, tiempos interesantes ¿lo consideras una maldición o una bendición para ti y tu trabajo? En lo personal ¿vives tiempos interesantes?

Los “tiempos interesantes” me temo que no son iguales para todas las generaciones. Mi generación ha crecido en la era analógica, así que, si ahora no se ha descolgado creo que lleva ventaja, sabrá distinguir la calidad y sobre todo la sabrá disfrutar. Un libro, su acabado, el papel, las tintas, el olor es algo que en las nuevas generaciones no entra ya en su código. La publicidad, cuando quiere conectar con una generación pre redes sociales, utiliza connotaciones puramente analógicas, da más matices sensoriales y se regodea en los placeres pequeños… ”te gusta conducir”. A las nuevas generaciones les enseña directamente el producto y a vender.

Vivo tiempos interesantes, sí, pero me harían falta tres vidas para gestionarlos y disfrutarlos. 

 

(Entrevista publicada en Experimenta 87)

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.