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Organs-on-a-chip, ganador del Design of the Year Award 2015

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Ni a una silla, ni a una lámpara: el premio al mejor diseño que otorga todos los años el Design Museum de Londres ha sido concedido a un chip capaz de emular el metabolismo celular del cuerpo humano. Desarrollado desde el Instituto Wyss de la Universidad de Harvard, Organs-on-a-chip podría cambiar drásticamente el desarrollo científico aplicado a la medicina, y lo que es más importante, erradicar la experimentación con animales y seres humanos.  

 

Organs-on-a-chip, Donald Ingber y Dan Dongeun Huh, 2015.

Por primera vez desde su creación hace ocho años, el galardón concedido por el museo londinense ha recaido en un proyecto ligado a la investigación médica y el progreso científico. El jurado, liderado en esta ocasión por el artista indio Anish Kapoor, ha escogido Organs-on-a-chip por su capacidad para promover el cambio y extender metodologías propias del diseño a otras disciplinas. Para ello ha tenido que competir con más de setenta nominados, entre los cuales los anteriormente reseñados The Ocean Cleanup, House of Trees, la Filarmónica de Szczecin y Miito

Organs-on-a-chip, Donald Ingber y Dan Dongeun Huh, 2015.

Organs-on-a-chip, Donald Ingber y Dan Dongeun Huh, 2015.

Organs-on-a-chip, Donald Ingber y Dan Dongeun Huh, 2015.

Organs-on-Chips consiste en un microdispositivo que emula el metabolismo de las células humanas. Este chip, diseñado por los bioingenieros Donald Ingber y Dan Dongeun Huh en los laboratorios del Instituto Wyss de la Universidad de Harvard, está previsto que sirva para ensayar los efectos de ciertos experimentos en entornos biológicos controlados. De esta manera se quiere reducir costes de laboratorio, acelerar la creación de nuevos medicamentos, estimular el desarrollo de la medicina personalizada y, sobre todo, erradicar la experimentación científica con animales y seres humanos.

Lung-on-a-chip, Donald Ingber y Dan Dongeun Huh, 2015.

Sección de Lung-on-a-chip, Donald Ingber y Dan Dongeun Huh, 2015.

Lung-on-a-chip, Donald Ingber y Dan Dongeun Huh, 2015.

Organs-on-Chips pone a prueba los últimos avances en materia de biotecnología, fusionando circuitos integrados con células reales. El primer prototipo resultante ha sido Lung-on-a-chip, un dispositivo del tamaño de un pulgar que imita las funciones químicas de un pulmón. En su interior descansan varios microcanales forrados con células pulmonares y por los que circula sangre y aire. Los científicos estudian la reacción del organismo artificial ante la presencia de bacterias e infecciones, introduciendo medicamentos en prueba y analizando la actividad de los glóbulos blancos.

Organs-on-a-chip, Donald Ingber y Dan Dongeun Huh, 2015.

Organs-on-a-chip, Donald Ingber y Dan Dongeun Huh, 2015.

En palabras de Paola Antonelli, comisaria de arquitectura y diseño del Museum of Modern Art de Nueva York, "[Organs-on-a-Chips es] el epítome del innovation design —forma hermosa y elegante, concepto cautivador y aplicación pionera". Aún en fase experimental, el proyecto ha sido capaz de emular el funcionamiento de las células de los intestinos, el hígado, los riñones y la médula ósea. Se espera que en un futuro las investigaciones permitan interconectar distintos chips bajo un mismo organismo, creando así un suprasistema que emule la verdadera complejidad del cuerpo humano.  

Organs-on-a-chip, Donald Ingber y Dan Dongeun Huh, 2015.

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