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Adornar o no adornar

El ornamento es algo que ha sido revisado constantemente a lo largo y ancho de la historia del diseño. Uno de sus más fervientes enemigos fue Adolf Loos, arquitecto austriaco nacido en 1870 cuyo libro “Ornamento y delito” es un hito dentro de la cultura proyectual. En su obra, afirmaba que “como el ornamento no está unido orgánicamente a nuestra cultura, tampoco es una extensión de ella”, o que “el ornamento significa fuerza de trabajo desperdiciada y material profanado”. Incluso pensaba que iba en contra de la economía de un país.

Resulta curioso observar que, en el pasado, el lujo estaba basado en la ostentación y el exceso de decoración, y sin embargo en la actualidad sucede todo lo contrario, hasta se puede llegar a considerar que engalanamiento excesivo de los espacios y los elementos superfluos de los objetos han adquirido ciertas connotaciones “pecaminosas”.

No obstante, muchos todavía piensan que embellecer los productos permite un gran abanico de posibilidades expresivas, una narración que puede llegar a enriquecer los productos. Tanto es así, que existen objetos que en sí mismos son un adorno, o que el ornamento tiene un valor funcional haciendo de, por ejemplo, interruptor. Sin ir más lejos, la customización que tanto está de moda, no es más que “adornar” a tu gusto personal o con tus colores favoritos un determinado objeto. Posiblemente vaya en la naturaleza del ser humano dejar su huella personal y marcar sus pertenencias con algo que lo identifique, y eso va desde el fondo de pantalla del ordenador, hasta la tapicería que eliges cuando compras coche nuevo.

Es diferente la ausencia de ornamento a la renuncia de decoración. Los detalles y los lenguajes son muy importantes para que un objeto o un espacio transmitan lo que queremos. No se trata de adquirir objetos totalmente austeros, sino más bien huir del ornamento gratuito que no hace sino ocultar la verdadera belleza de las formas y los materiales.

Teteras diseñadas por Peter Beherens en 1909  para AEG

2 opiniones en “Adornar o no adornar”

  1. Bien reflexionado, no se trata de añadir por añadir pero una pequeña vuelta de tuerca da personalidad a un diseño y deja la huella de su creador.
    Hoy se habla de minimalismo acogedor, es decir, espacios limpios y claros con detalles que generen sensaciones confortables.
    Ya lo dijo uno de los mejores, el diseño son los detalles.

  2. Así de simple y claro. Lo plasmas perfecto.
    Es un placer seguir tus reflexiones.

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