Un pabellón en el que las plantas son las auténticas protagonistas
Hanói es una de las ciudades más contaminadas del mundo. En 2016, el nivel de partículas contaminantes registrado fue siete veces superior a los niveles permitidos por la Organización Mundial de la Salud. Ante esta situación, el estudio de arquitectos local Hung Nguyen Architects decidió poner su «granito de arena» para ayudar a mejorar la calidad del aire, mediante la construcción de un pabellón en el que las plantas son las auténticas protagonistas.
Recuperando el aire puro
Pavilion of The Origins se encuentra situado en la parte superior de un edificio de tres plantas. El proyecto surge con un objetivo claro: contribuir a la limpieza del aire mediante el cultivo de plantas, cuya función no es meramente ornamental, sino que son plantas purificadoras que pueden absorber las toxinas nocivas del aire para ayudar a desintoxicarlo.
Estructura cubicular
La estructura principal del pabellón está compuesta por una serie de marcos en forma de cubo. Cada marco cuboide actúa como un pequeño pabellón en sí mismo para albergar plantas en su interior. A su vez, la superposición de varios de estos marcos crea estructuras a escala humana, con alturas variables y espacios entre ellas por los que fluyen tanto la luz como el viento. Los cubos están suspendidos a diferentes alturas para facilitar la purificación del aire en todas las esquinas del pabellón. El color blanco de los marcos de acero y los guijarros del suelo reflejan la luz en varias direcciones, mientras que el techo translúcido de policarbonato reduce la radiación solar. Las plantas crecen y se extienden a lo largo de toda la estructura, generando un ambiente limpio y fresco.
Binomio hombre–naturaleza
Los límites entre el interior y el exterior son difusos, creando así una relación armoniosa entre el ser humano, la naturaleza y el espacio. Las plantas son las protagonistas absolutas de esta construcción. La esbelta estructura se muestra como una mínima intervención del hombre en la naturaleza, y la arquitectura actúa como una cuerda que refuerza la interacción y la conexión entre el ser humano y la naturaleza.